PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

ACTUALIDAD - DOMINGO, 3 DE OCTUBRE DE 2010


imagen de la cárcel de los rosales. e.p.

SANIDAD PENITENCIARIA
 

La prevalencia de la hepatitis C y
el sida en la cárcel ceutí es cinco veces menor a la media española

El porcentaje de presos que padecen
toxicomanía también se reduce a la
tercera parte, aunque las tasas de patología dual se acercan al promedio nacional
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

A la vulnerabilidad social de la población reclusa se une otra forma de debilidad de nefastas consecuencias para su integridad física y su salud: la prevalencia de las toxicomanías, las enfermedades infecciosas y las patologías psiquiátricas. El 23,3% de los reclusos de Los Rosales tienen problemas severos de drogodependencia, un 6% padece hepatitis C, un 1,3% el virus del sida y un 5% patologías duales. Unas cifras que, aun invitando a la reflexión ciudadana, sin significativamente menores a las que reflejan las estadísticas nacionales de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.

El 80 por ciento de la población penitenciaria española no tiene estudios o sólo los primarios. Casi el 40 por ciento estaba en paro antes de entrar en prisión y en muchos casos sus ingresos proceden de la economía sumergida. Son algunos de los indicadores que expresan su vulnerabilidad social, una vulnerabilidad que se acentúa al cumplir condena porque en la cárcel se concentra la mayor tasa de enfermedades infecciosas.

La alta prevalencia de enfermedades infecciosas graves y patologías psiquiátricas es inextricable de la incidencia del consumo de drogas entre la población reclusa. Sin embargo, la prisión de Los Rosales, con 300 internos de un perfil delictivo bajo, pues la mayoría son marroquíes condenados por tráfico de hachís, es en cierto modo afortunada, porque los patrones epidemiológicos de esta prisión reflejan una tasa significativamente menor de incidencia de todos estos problemas sanitarios, según explica el doctor Ahmadieh Jurdi, del cuerpo facultativo de Instituciones Penitenciarias.

Según los datos que maneja la misma, el 70 por ciento de los reclusos españoles tiene o ha tenido problemas con la droga. En Los Rosales hay setenta reclusos con problemas de toxicomanía, veinte en tratamiento de mantenimiento con metadona. Es decir, que la prevalencia de la drogodependencia no supera el 23,3% del total de la prisión.

El porcentaje se reduce aún más cuando lo que se analizan son enfermedades asociadas al consumo de droga por vía parenteral: el 30 por ciento de los reclusos españoles padece hepatitis C y el 10 por ciento el virus del sida. En Ceuta este porcentaje baja al 6 y el 1,3 por ciento, respectivamente.

No ocurre lo mismo con la patología dual. En España el 8 por ciento de los reclusos padece enfermedades mentales asociadas al consumo de drogas y hasta un 40 sufre trastorno mental y de personalidad. Uno de cada cuatro presos tiene en su historia clínica algún diagnóstico de enfermedad psiquiátrica. En Los Rosales en el último semestre la incidencia de la patología dual era del 5 por ciento, sólo tres puntos inferior a la media nacional, aunque hasta el 10 por ciento padece algún trastorno mental. Actualmente hay siete pacientes cono patología dual, esquizofrenia y hasta síndrome de Asperger.

La prisión cuenta con cuatro internos de apoyo para la prevención de suicidios, pero entre su cuerpo facultativo no se encuentran ningún psiquiatra por lo que, como en otras especialidades, deben ser remitidos al Ingesa. La cárcel registra cuatro salidas diarias a todo tipo de especialistas. Los médicos de prisión también reciben alguna formación en psiquiatría, pero no hay que olvidar que en España sólo existen dos hospitales psiquiatrico-penitenciarios en Alicante y Sevilla.
 


El estudio médico de cada nuevo interno se prolonga durante un mínimo de veinte días

El control sanitario de los enfermos se realiza nada más entrar: análisis de sangre, vacunación, detección de drogodependencias para dispensarle mantenimiento con metadona en colaboración cono el CPD. El estudio de la salud del nuevo interno se prolonga durante veinte días, con pruebas de marcadores de hepatitis, sífilis y sida y mantoux para determinar si padece tuberculosis. Si es así, se le aisla en enfermería. También se procura que los reclusos de mayor edad estén en las celdas más adecuadas. Ahora se quiere poner en marcha un módulo de respeto. Además, la prisión desarrolla programas individualizados de rehabilitación para cada paciente que consume droga de bajo umbral o padece trastornos de la personalidad. El servicio médico de Los Rosales está compuesto por tres médicos titulares especialistas en medicina de familia y del deporte, cuatro ATS y dos auxiliares. El jefe del servicio es Javier García Corona. El Área de Tratamiento dispone además de dos psicólogas. Hay una consulta médica y otra de enfermería.
 


NOTICIAS RELACIONADAS

Cómo velar por la vida, la integridad y la salud de las personas privadas de libertad

Reticencias a la distribución de jeringuillas para reducir los riesgos

Alerta médica ante la PPP (Petición Permanente de Psicofármacos)

 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto