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sucesos - JUEVES, 14 DE OCTUBRE DE 2010


inmediaciones del paso del Biutz. ep.

tribunales
 

Fiscalía pide prisión para un comerciante por un supuesto atentado a la UIP

Los agentes de dicho Cuerpo declaran que
los clientes de esta nave del Tarajal intentaban colarse en el paso del Biutz
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó ayer un año y seis meses de prisión para el encargado de una nave del Tarajal por un supuesto atentado a los agentes de la UIP que controlaban el paso del Biutz. Estos argumentaron que los clientes del establecimiento intentaban colarse con el consecuente riesgo de avalancha. El acusado sostuvo en todo momento que los policías le habían agredido con la porra.

El encargado de una de las naves del polígono del Tarajal ocupó ayer el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal por un presunto delito de atentado contra varios agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y por el que la representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó una pena de un año y seis meses de prisión. La defensa, por su parte, pidió la libre absolución de su cliente argumentando que era este el que había sufrido la agresión de los policías del Cuerpo Nacional con el uso de las porras.

Los hechos se produjeron el 17 de enero de 2008 en el exterior de una nave próxima al paso del Biutz. Según lo declarado por los agentes, los clientes de dicho establecimiento intentaban colarse en dicho cruce con el consiguiente riesgo de provocar una avalancha sobre los porteadores. Motivo por el cual los policías requirieron al propietario de la nave para que saliese de la misma y desalojase a los compradores.

Ante la negativa de este, “entramos para detenerle y se resistió, agarrándose a la puerta del local y propinándonos puñetazos y patadas. Así que tuvimos que llamar a los compañeros para que nos ayudaran. Cuando conseguimos detenerlo y dejar que lo calmasen, lo dejamos esposado”, explicó uno de los policías en calidad de testigo. Sin embargo, la versión del acusado fue completamente diferente. Según este, los agentes entraron “imponiendo” que todas las personas abandonasen el lugar y “yo no podía salir porque estaba solo y no podía dejar el negocio”. El imputado, además, añadió que durante el arresto, los agentes le habían agredido con la porras, “arrastrándome por el suelo y golpeándome en la cara, la espalda y todo el cuerpo sin que yo les hubiese insultado ni nada”. Esta versión fue corroborada por varios testigos de la defensa, quienes advirtieron haber presenciado la detención. “Yo estaba de cajera y vi cómo entraron echando a la gente. Luego, discutieron con mi jefe y le agarraron del cuello con la porra, pegándole y arrastrándole”, advirtió la testigo.

Otro de los comerciantes de la zona también argumentó encontrarse en el exterior y ver cómo los policías “pegaban al hombre. Uno lo arrastró al suelo con la porra. Fue lamentable cómo trataron a esta persona”, señaló. El juicio quedó visto para sentencia.
 

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