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ACTUALIDAD - SÁBADO, 23 DE OCTUBRE DE 2010


AGENTE VESTIDO DE PAISANO. REDUAN.

BRUTAL ATAQUE A LA POLICÍA EN EL PRÍNCIPE
 

Brutal ataque a la Policía en El Príncipe para liberar a un detenido ya esposado

Decenas de personas arremetieron contra
varios agentes de la Policía para impedir que se llevaran a un sospechoso, al que lograron extraer del coche aún engrilletado
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Policía mantenía, al cierre de la edición, tomado un bloque de la barriada de Príncipe Felipe para evitar la fuga de un delincuente que se había atrincherado en una vivienda después de ser ayudado por una turba de personas que, de manera violenta, cargaron contra la Policía a pedradas y a golpes para poder liberar a quien mantenían detenido y esposado en el interior del vehículo policial. Pese a los disparos al aire de advertencia realizados por los agentes, no pudieron evitar ser zarandeados, golpeados y fuertemente atacados. Mientras varias decenas atacaban a los agentes, otros lograban sacar del coche al detenido engrilletado.

Cerca de una veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía tenían tomado, al cierre de la edición, los alrededores de un edificio de la barriada Príncipe Felipe, en una de cuyas viviendas se ocultaba un individuo que pudo huir esposado cuando se encontraba en un vehículo policial después de una operación de la Brigada de Policía Judicial que se había desarrollado sobre las 21’30 horas y que terminó en un ataque brutal a pedradas, palos y golpes por parte de decenas de personas contra los funcionarios actuantes.

La Policía mantenía - esta madrugada- acorralada la vivienda y el edificio donde se refugió el delincuente tras ser ayudado en su huida, en espera de una orden judicial de entrada en el domicilio que no llegará -increiblemente-, al menos, hasta la mañana de hoy.

Los dantescos hechos se iniciaron alrededor de las 21’30 horas cuando dos agentes de paisano incrustados en El Príncipe se toparon de frente con un individuo al que buscaban por sospecharse de haber sido autor de un grave suceso delictivo reciente. De tal modo que procedieron a darle el alto, informarle del motivo de la detención, a esposarle e introducirlo en el vehículo policial camuflado. Fue en ese instante cuando varios vecinos, tras percatarse de la acción policial, alertaron a gritos a decenas de individuos que pululaban por la zona.

Éstos no se lo pensaron dos veces y se dirigieron en masa contra el vehículo y los agentes actuantes, de modo que lograron cercar el coche y a los agentes, a los que fustigaban a pedradas, a golpes y a empujones en una acción virulenta de tal calibre que lesionaron de consideración a los policías quienes -instantes antes, habían podido alertar de los acontecimientos a las unidades que siempre se hallan próximas al barrio. Eso no impidió que resultaran ambos heridos de distinta consideración (uno con una fuerte pedrada en la cabeza y el otro con contundente golpe en una pierna) cuando intentaban impedir que la turba se llevara al detenido, en el coche y esposado.

Disparos al aire

Varios radiopatrullas llegaban a la zona de la alerta de la policial cuando, con los agentes aturdidos y noqueados por el masivo ataque, el numeroso grupo extraían del vehículo camuflado al detenido engrilletado con quienes huyeron. Varios disparos al aire realizados por los agentes que llegaban en la ayuda no amedrentaron a los violentos, aún así los policías los persiguieron hasta el interior del bloque 13 de Príncipe Felipe, en una de cuyas viviendas lograron introducirse algunos de los agresores junto con el individuo esposado.

A partir de ese momento, los agentes intentaron sin éxito que el huido y sus rescatadores se entregaran al estar totalmente acorralados. A la 01:30 horas el edificio permanecía rodeado, vigilado y contravigilado por agentes uniformados de la UPR y por policías de paisano, en espera de una respuesta judicial que no llegaba para poder penetrar en la vivienda.

Más de una veintena de policías de distintas unidades permanecerían apostados alrededor de la vivienda y del edificio durante toda la madrugada hasta la llegada de la dichosa orden judicial.

La zona permanecía en tensión durante las primeras horas de la madrugada; los vecinos mostraban su cara más desafiante tanto contra la policía, como contra los periodistas de esta casa que nos desplazamos al lugar. Los policías, pertrechados, rodeaban el edificio y los agentes de paisano permanecían en las escaleras del bloque.
 


La colaboración ciudadana no se pide para buscar
chivatos, sino para que no impidan la acción policial

De nuevo elementos subversivos del barrio de El Príncipe, en esta ocasión del Felipe, se han mostrado extremadamente hostiles contra la acción de la Policía. La detención de un delincuente ha sido el motivo que ha llevado a más de una veintena de individuos residentes en la zona a atacar furibundamente a los agentes, en su labor de lucha contra la delincuencia. Unos hechos lamentables que deberían constituir un elevado motivo de preocupación para quienes, desde las poltronas políticas, ven cómo una parte de la sociedad no se aviene a las mínimas normas de conducta en un estado de derecho y se enfrentan constantemente contra el orden establecido y contra los profesionales que deben garantizar la libertad y seguridad de todos los ciudadanos. Para algunos vecinos de este barrio, la palabra policía es sinónimo de enemigo; el término justicia sinónimo de cachondeo, y el de Ley el que marca el mafioso de turno en la zona. Si a ello se le suma el azuzamiento público y reiterado para victimizar a algunos miembros de esta peculiar vecindad, se obtiene un cócktel tan injusto como peligroso. No se piden chivatos, sólo que no impidan el trabajo policial.
 

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