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OPINIÓN - VIERNES,29 DE OCTUBRE DE 2010

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

El mundo de Néstor Kirchner
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

Fuera mundos cerrados. Fuera bloqueos. Ese era el mundo querido por Néstor Kirchner. Servidor lo piensa también. Debemos vencer el aislamiento y convencernos que la humanidad es una, y ha de ser libre, dispuesta a conocerse y a respetarse. El mundo tiene que abrirse al mundo y ser un lugar de encuentro, de culturas reencontradas y de civilizaciones civilizadas. Este planeta nos pertenece a todos. Todos hemos de tomar el camino del abrazo, de amar por lo menos un día y experimentar lo que se siente. Dejemos los mundos fracasados, que para nada estimulan la apertura a ese universalismo intercultural, tan enriquecedor como preciso, del que Néstor Kirchner era todo un precursor, a ultranza de la defensa de los derechos humanos.

Tiene que nacer el nuevo mundo de Néstor Kirchner. Él lo tenía claro: “respeto a la diversidad y a la pluralidad y combate sin tregua contra la impunidad”. Pienso que nos merecemos este mundo. Porque hay un mundo que acabó ciego por cultivar el ojo por ojo. Y porque hay otro mundo que acabó enfermo por colonizar la mentira como gobierno. La consecuencia salta a la vista: el mundo está desbordado de monstruos insensibles capaces de destruirlo todo y de derribarlo todo, de practicar la tortura como regocijo. Por ello, considero muy necesario romper los muros de la indiferencia, practicar lo de ser ciudadano del mundo como lo fue Néstor Kirchner.

El mundo no puede encerrarse. Por cierto, Néstor Kirchner, al que ahora llora todo el mundo su sorpresiva muerte, subrayo que ha sido un pionero en reafirmar la apertura y en priorizar una globalización justa, que operase para todos y no para unos pocos, en el marco de un comercio sostenible y ecuánime, abierto, sin obviar el apoyo necesario para el desarrollo de los postergados, de modo “que el éxito o el fracaso de las políticas económicas se mida en términos de éxito o fracaso en la lucha por el crecimiento, la equidad distributiva, la lucha contra la pobreza y el mantenimiento de niveles adecuados de empleo”.

Cuando el desarrollo sostenible parece estar echando raíces en algunas partes del mundo, fallece el hombre que siempre quiso ser honesto en su hoja de ruta, asumiendo como él mismo dijo ante Naciones Unidas, “el desafío de pensar nuevo para un mundo nuevo”. Todo un ejemplo de sabio talento y de mejor talante, no en vano puso en práctica, lo de “combinar distintas ideas y crear medios prácticos para ponerlas al servicio de los pueblos”. Un deber que lo ha cumplido con creces. Descanse en paz, ¡el hombre de paz!
 

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