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OPINIÓN - JUEVES, 4 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

La cosa no pinta de colores a favor del presidente de los EE. UU, Barack Obama, según los entendidos ante las elecciones que se celebraron el pasado martes en las que los republicanos alcanzarán una mayoría que dejará fuera de juego al actual presidente. Mayoría con la que tratarán que, Obama, no sea el candidato demócrata a las próximas elecciones presidenciales.

No, tranquilos, no me voy a apuntar ningún tanto, a pesar de que hace meses y viendo las actuaciones de Obama, escribí que este sería su único mandato como presidente del país más poderoso del mundo mundial.

Otro en mí caso se hubiese puesto todas las medallas del mundo, ante semejante acierto, que se cumplirá inexorablemente, dentro de un par de años. A mí, personalmente y en persona, me da exactamente igual, que Obama gane o deje de ganar las elecciones, haber o no haber acertado tal o cual cosa, a pesar de que esta la volveré a acertar, estoy plenamente convencido de ello. Son tantas las veces que me he tenido que cantar aquello de la chirigota gaditana: “no tirarme bocadillos de jamón, que me voy a mosquear” y besarme, que ha llegado el momento, que ambas cosas me aburren.

Obama llegó a la presidencia del los EE. UU como un aire fresco que entraba en la Casa Blanca, despertando ilusión y esperanzas en el pueblo americano.

Pero esa ilusión y esa esperanza que despertó, así como su popularidad, con el paso del tiempo, ha ido diluyéndose como un azucarillo en el café, ante la crisis económica que está soportando y de la que parece difícil salir a pesar de las fuetes inyecciones económicas a los bancos, más el paro que soporta habiendo alcanzado la mayor tasa de paro conocida en los EE. UU, a los que hay que añadir algunos de los errores cometidos, harán que la gran esperanza, desparezca como por encanto.

Recuerdo que desde estas misas líneas, o sea desde esta misma página, le hicimos alguna que otras recomendaciones de asunto en los que no debería inmiscuirse, a pesar de ser el presidente de todos los americanos de América.

Le advertimos que dejara, para mejor momento, el asunto de la sanidad y que ni se le ocurriese subir los impuestos, así como que fuese fuerte en su política exterior, sin poner paños calientes a la misma. Lógicamente, el presidente del país más poderoso del mundo, no nos hizo ni puñetero caso, cuando lo que mejor es habérmelo hecho y haberme nombrado asesor suyo, par llevarlo por el camino que tenía que ir en determinados asuntos.

Claro que también otro presidente me debería haber hecho caso, nombrándome asesor y ni puñetero caso, a pesar de todas las advertencias que hice. Qué más le hubiese dado nombrarme asesor, si ya tiene 365 asesores uno para cada día del año. Mi día en el almanaque hubiese sido: “el “día menos pensado”.

La cosa es que, Obama, como ya avisé, no repetirá en el cargo. Sus contrarios se han lanzado a por él, tratando de evitar que sea reelegido cosas que, al parecer, pueden conseguir con cierta facilidad, indicando que de llegar al poder, bajarán los impuestos.
 

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