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OPINIÓN - VIERNES,12 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

La destrucción de un pueblo
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Acabo de encontrar una ruta abierta por diminutas hormigas en una zona del cuarto de baño, bastante alejado de la cocina, y eso me llena de pavor.

¡Mi casa invadida por hormigas!

Busco el origen y llamo a las fuerzas de seguridad zoológicas para que me ayuden a expulsar a esas diminutas, inofensivas y colonizadoras invasoras.

No conseguimos expulsarlas por lo que no nos queda más remedio que, con la colaboración de todos los vecinos, exterminarlas sistemáticamente.

No queda ni una aunque sí un fuerte olor a amoníaco…

Bueno, esto se puede aplicar a los humanos, a esos otros humanos que invaden hogares ajenos con aviesas intenciones de quedarse.

Comienzan con los colonos judíos para seguir por los moros de Marruecos.

Esto sería un campo que le vendría muy bien a aquel presidente del país que se enfureció por un perejil.

Si cumpliera con la norma más elemental de la convivencia humana, abría levantado polvareda con una actuación digna de medallas al mérito guerrero si se hubiera enfrentado a Marruecos por lo del Sáhara.

Cobardía por cobardía, no es de recibo que a estas horas nuestro país pida de rodillas la intermediación de la ONU en el conflicto.

Tanta cobardía como demuestra el rey alauita al pasarse por el sobaco, o por salva sea la parte, su promesa que soltó en 1999 sobre que iba a imponer un nuevo concepto de autoridad para terminar con el abuso de las fuerzas de seguridad y otros desmanes.

La brutalidad que demostró su padre antaño sigue vigente. La carga contra un pacífico grupo de sahauris, que reclamaban mejoras sociales, así lo demuestra.

La radicalización que hace el monarca marroquí del conflicto es demasiado patente por lo que no es necesario hacer un detallado relato de todo.

Aquí, como siempre, seguiremos haciendo manifestaciones mientras el mundo sigue girando.

Tal vez nuestros dirigentes crean que manteniendo el régimen monárquico alauita se consiga una estabilidad en la zona porque no quieren que el Sáhara se convierta en un estado dominado por tribus en las que predomine la delincuencia a través de terroristas islámicos.

Manteniendo a Marruecos como un perro guardián del flanco sur de Europa puede ser bueno, aunque pudiera ser que se muestre demasiado agresivo. Entonces ¿qué haremos?

Pero de ahí a tolerar que vaya destruyendo todo un pueblo sería demasiado para la conciencia del país. Aunque existen otras formas de destruirlo sin recurrir a las armas que no sean las naturales del hombre.

Como ocurre en todos los países invadidos… violaciones en masa.

Se me ocurre decirle a los marines de los EE.UU. que en el subsuelo del Sáhara hay tremendas bolsas de oro negro… veremos si intervienen. Fosfatos no los necesitan. Si se lo digo a Obama se enfada conmigo.

Cambiemos de tema.

Nuestro rey está invitado por el emir de Kuwait. Está trabajando por el país. Es curioso.

Está trabajando para los empresarios, seguro, porque si la visita la hace Rodríguez Zapatero o cualquiera de sus ministros, pero a Cuba o Venezuela, eso es calificado como visita a rojos peligrosos y dictadorzuelos de tres al cuarto… ¿En Kuwait no dominan los sátrapas?

Aunque de paso aproveche la ocasión para salir en la foto junto al posible campeón del mundo de F1… o es que en realidad va a eso solamente.

Ojalá me inviten a mí a ir a ese minúsculo país. Me ofrezco para “trabajar por España”.

Traería una botella de chapapote.
 

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