PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - VIERNES,26 DE NOVIEMBRE DE 2010

 
OPINIÓN

Lo que la apariencia esconde

Por Äntonio Gómez


La visita del que es vicepresidente tercero del Gobierno de España a su ciudad natal viene revestida de la más envolvente apariencia de institucionalidad y compromiso, pero la realidad indica -por la tozudez de los hechos que lo marcan- que su llegada se debe al aprovechamiento de unas circunstancias menos nobles y más propias del ensalzamiento del ego.

La lectura del informe de la Fundación Everis, presentado ante Su Majestad El Rey el pasado día 15 y firmado por eminentes empresarios de los distintos sectores económicos del país pone de manifiesto que “los políticos no dan la talla”.

Tal y como han sucedido las cosas en torno a la visita del vicepresidente, se entiende que los supuestos asuntos de vital importancia para el futuro del tejido empresarial de esta tierra, como el de la modificación de la bonificación en las cuotas a la Seguridad Social, el REF, la reforma estatutaria, la singularidad de Ceuta en el marco de la UE, la financiación autonómica... y ese largo etcétera de cuestiones tan decisivas para la estabilidad económica y social de la ciudad, forman parte del ‘ya que voy por allí toco un poco los asuntos y me hago la foto que siempre queda bien’. Porque sí, efectivamente, el vicepresidente llega a Ceuta para lo que viene, y de paso -por aquello de no faltar- se ve con el presidente de la Ciudad para darle la palmadita en la espalda y ya que está, salir al lado del mejor alcalde de España.

Hoy tenemos que poner de manifiesto que el vicepresidente ha perdido una excelente oportunidad de trasladar su mensaje de acción de Gobierno a todos los ceutíes, decantándose arbitriariamente por la elección de un medio acostumbrado a festejar cada cinco años aniversarios a costa de suculentos favores económicos del erario público ceutí, con los que ganar adeptos, incluso, de la relevancia de personajes como el de marras, a los que se hipnotiza merced al lujo y a la ostentación, incluso obscena, con recursos cedidos.

Eso es lo que hoy nos encontramos, a un vicepresidente atrapado en las mallas hipnóticas de los que tratan de enjugar su mal presente con el permanente recurso de un pasado hoy deshonrado. Y en ese escenario donde se dibujan las notas de la mayor sinfonía de la confusión jamás conocida, caen uno tras otro quienes tienen el deber de velar por los intereses generales de la ciudadanía. Este es el caso.

El que el Gobierno de Ceuta se haya exprimido para estar a la altura de lo que los ciudadanos necesitan no ha importado para que los intereses generales hayan sido hoy el segundo plato. Así se ha concebido, o mejor dicho, así se ha malconcebido, probablemente por un muy mal asesoramiento que no restaña culpa en la responsabilidad de quien, por lo que representa, no debe hacer distingos en los mensajes que ha de trasladar a los ciudadanos, y mucho menos en esta ciudad.

Hoy los lectores de EL PUEBLO no tendrán la oportunidad de conocer la opinión de Manuel Chaves, a quien se le pidió expresarse por este medio. A alguien se le ocurrió la idea de que se perpetrara tan arbitraria decisión, pero el ceutí Chaves también participó -en su acción u omisión- en que ello ocurriera. No vale ahora que, viendo el error, se quiera enmendar con argumentos que suenan a consolación. Tiempo hubo y la elección ha quedado bien clara. ¿La reunión con el presidente de todos los ceutíes?: una apariencia de lo que la realidad esconde.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto