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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

¡Insultos, agresiones y ...tiros!
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Es una realidad, un tema preocupante, la situación por la que atraviesa, en los momentos actuales, el colectivo de docentes de nuestro país. Conductas agresivas, amenazas, insultos, problemas para dar clases y acoso a través de la Red, por lo que el ejercicio de la docencia se ha convertido de alto riesgo.

El Defensor del Profesor es un servicio del Sindicato de Profesores ANPE. Un observatorio de la realidad en las escuelas españolas. Con una media de diez llamadas diarias, registra en la actualidad un total de 14.529 llamadas de docentes, en sus cinco años de existencia, lo que les conducen a ser víctimas de violencia en las aulas; pero, se supone que sean muchas más por aquellos que no denuncian.

Las citadas llamadas, en esos cinco años, significan una media de 2.096, que comparadas con las registradas en el curso 2009-2010, que ascendieron a 3.998, muy distantes de la media, siendo muy preocupante, porque hacia dónde nos dirigimos.

La mayoría de las quejas y denuncias de los docentes, se centran en dificultad de dar clases (28%), acoso y amenazas de padres (24%), acoso y amenazas de alumnos (22%)….

Desde el propio Defensor del Profesor, se ofrece, con atención inmediata y gratuita, un amplio abanico de servicios que incluye: asesoramiento, protección, gestión ante las Administraciones, denuncias ante los Juzgados.

Por otra parte, por el citado servicio se ha abierto un debate social sobre la conflictividad en las aulas fruto de la cual, las Administraciones Educativas han empezado a buscar soluciones (¿).

También se ha puesto en marcha la campaña bajo el título “Yo también soy defensor del profesorado”, siendo muy bien acogida por la sociedad, teniendo como respuesta de la misma la iniciativa para animar al profesorado, en reconocimiento al valor de su profesión. “Cada docente es necesario, sólo así se consigue el avance de los estudiantes”.

Los resultados que ofrece el Defensor del Profesorado hace hincapié en que la mayoría de los conflictos se desarrollan en Educación Secundaria, pero, cabe destacar el importante ascenso que empieza a tomar las agresiones a docentes de Educación Primaria, que protagoniza el 38% de las llamadas recibidas. En este caso cobra especial protagonismo los propios padres de los alumnos los que profieren las amenazas e insultos y, en contadas ocasiones, agresiones.

Se destaca como avance positivo el respeto y la disciplina dentro de las aulas, fruto de la concienciación de las Comunidades Autónomas sobre la urgencia de crear normativas que regulen la convivencia de los centros educativos.

Conviene tener presente que el colectivo de enseñantes es el más castigado por esta lacra de España. El llamado “síndrome del quemado” es cuatro veces mayor entre los docentes que en otros sectores, por ejemplo Sanidad, que también se ve afectado.

Sirva como ejemplo algunos recientes casos que demuestran que las denuncias empiezan a tomarse en serio. “En Barcelona, un juez impuso la mayor condena dictada por agresión a un profesor. Dos años de cárcel para la madre. Acudió a hablar con la maestra de su hija y acabó arrancándoles los pelos”. Y el caso de una docente: “Me encuentro abatida. Una alumna de 3º de la ESO me empujó contra la mesa mientras me gritaba: ¡Cuando te pille por la calle, te mato!. No he podido dormir. Acudir a clase me ha supuesto un gran esfuerzo. Me sabía observada por todos los alumnos. Sólo tengo ganas de llorar”.

Los docentes temen convertirse en el hazmerreír de sus alumnos o en la diana de la crítica de sus compañeros por no controlar su clase.

Todo lo anteriormente expuesto no tiene ni punto de comparación con lo ocurrido a un profesor, tutor del grupo al que pertenecía un estudiante. El centro de Formación Profesional. El citado estudiante sustrajo una batería de coche y, al ser descubierto, le dijo “este asunto lo arreglará un amigo mío”. Se trataba de un externo y con antecedentes penales. Y la amenaza se cumplió. Dos detonaciones, dos impactos de bala en la fachada de su vivienda. Pero, no sólo fue con este profesor; lo mismo ocurrió con un compañero –de baja por depresión- por le hecho de haberlo suspendido.

Al parecer, un joven de 20 años al que definen como peligroso, se dedica a “captar” a los rebeldes del Centro. Siendo lo ocurrido una acción premeditada, e identificados los presuntos autores. Ellos hicieron el trabajo sucio. Ahora la Policía los pondrá en manos de la Justicia.

Ante esta situación, que presenta un aspecto hondamente preocupante, hasta el momento, no se ha encontrado una fórmula capaza de resolver el problema.

Hay consenso generalizado acerca del carácter desastroso de nuestro sistema educativo, que es nefasto. La enseñanza pública, en la actualidad ha perdido buena parte del prestigio que tuvo hasta finales de los años ochenta. Ya no cumple su principal función que es la de transmitir conocimientos y formar intelectualmente a los ciudadanos.

Los enseñantes están en el punto de mira de los alumnos y de su familia. Viven atemorizados ante las actitudes agresivas, a veces apoyados por la propia familia. Esta falta de respaldo de los padres en problemas de disciplina, o el presenciar agresiones físicas entre los alumnos son situaciones que dan lugar a alto nivel de estrés, al igual que la idea de enseñar a personas que no valoran la educación o impartir clase a un número alto de alumnos. Todo ello lleva a considerar que su entorno de trabajo no es seguro. ¡Se buscan fórmulas para evitar todo este esperpento que vive nuestro sistema educativo¡
 

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