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sociedad - LUNES, 6 DE DICIEMBRE DE 2010


actividades en la cárcel. cedida.

  instituciones penitenciarias
 

Esencias con rasgos hindúes

La prisión de Los Rosales pone el broche
final al programa sobre interculturalidad, pionero en las cárceles españolas, con una degustación gastronómica a cargo del sacerdote Juan Carlos Ramchandani
 

CEUTA
Redacción

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Una comida vegetariana que “no sólo nutre el cuerpo sino también el alma”, sirvió de colofón final al programa sobre interculturalidad que el Centro Penitenciario Los Rosales ha llevado a cabo este año como segunda edición de una acción pionera en las cárceles españolas.

Un menú hindú compuso la tarjeta de presentación de, además, los actos previstos por el centro penitenciario para celebrar el aniversario de la Constitución Española en colaboración con el Centro Dharma Yoga.

La comida fue cocinada por Radhapriya, esposa del sacerdote hindú Juan Carlos Ramchandani, y contó con la ayuda de un grupo de internos del curso de cocina. Era el segundo año consecutivo que se cocinaba y se servía un menú hindú a todos los internos, siendo una actividad única y pionera en las cárceles españolas.

En el modulo de mujeres, el director de la prisión ceutí, Juan Hernández Rebollo, agradeció al matrimonio Ramchandani su participación en el acto, e hizo entrega de un ramo de flores a Radhapriya.

Ramchandani bendijo la mesa y tuvo unas palabras de agradecimiento para la dirección de la prisión y los reclusos además de hacer una entrega de libros de cocina hindú al director del recinto de Los Rosales, al subdirector de Tratamiento, Máximo Martínez, y a la responsable del programa de interculturalidad.

“Ha sido una experiencia muy gratificante el compartir nuestra cultura y rica gastronomía con los internos e internas del centro; una comida vegetariana que no solo nutre el cuerpo sino también el alma”, manifestaba el sacerdote hindú.

La comida y las ricas esencias llegadas desde la India fueron muy bien acogidas por todos los internos e internas de la prisión “por su variedad, sabor y cantidad”, opinaba Ramchandani.
 

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