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OPINIÓN - MARTES, 7 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Después de más de treinta y cuatro años trabajando en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, me duele en lo más profundo de mí alma que vayan a desaparecer, a sabiendas que esta institución ha realizado una tremenda labor en favor del Comercio, la Industria y la Navegación, no sólo en el territorio nacional sino en el extranjero donde gozan de un reconocido prestigio y respeto.

Y me duele más porque, en definitiva, no entiendo la razón por la cual deben desaparecer con la gran labor que realizan en favor de la pequeña y mediana empresa si nadie lo remedia dejando desamparada, con su desaparición, a esas pequeñas y medianas empresas a las que asesoraba.

Y sigo sin entender, por mucho que lo intento los motivos de su desaparición que, al final de cuenta, no tiene ninguna razón de ser, ya que en nada beneficia a las medidas tomadas para paliar la crisis, puesto que su desaparición nada aporta al Gobierno en esas medidas para tratar salir de la crisis.

La Cámara vive de unos pequeños porcentajes de las declaraciones de los beneficios de las empresas. Como estos se realizan según el montante de beneficios, hay un cuarenta por ciento de pequeñas y medianas empresas que no pagan al no llegar sus beneficios al montante por el que han de contribuir.

La mayoría que tiene que pagar lo hace alrededor de 20 euros al año, otros entre 20 y 60 euros anuales, así hasta llegar a una ínfima cantidad que pagan 300 euros anuales y sólo un 2% que son los que conforman las grandes empresas pagan más de 300 euros anuales.

Ante estos pagos, cantidades de poca monta que pagan la mayoría de sus afiliados, cabe preguntarse a quién o quiénes benefician esta normativa. No hay que ser muy inteligente para saber que esa normativa, que va a llevar a la desaparición de las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, sólo beneficia a las grandes y millonarias empresas. No hay más. Esa es la pura realidad.

La sabia de mí abuela diría ante esta situación: “Esto es desnudar a un santo, para vestir a otro. Aunque en esta ocasión se ha desnudado al santo mas pobre, para darle ropas de calidad al más rico, puesto que el pobre se ha quedado en pelotas picada.

O sea lo de siempre, que quienes más pagan son los que menos tienen. Vale que se les descuente los salarios a los funcionarios, Vale que se les congele las pensiones a los pensionistas, porque les dan unos dineros al Estado para salir de la crisis, prestando su colaboración.

La Cámara no le cuesta nada al estado, porque el Estado nada aporta económicamente a las Cámaras. Entonces, cuál es la razón para tratar de acabar con ellas, con la gran labor que realizan. Sólo tiene una explicación, favorecer a las grandes empresas. No hay otra explicación.

Total que funcionarios, pensionistas y ahora las Cámaras son los que estamos aportando para salir de la crisis. O sea los que menos tenemos. Total más personal al paro y suma y sigue.

Sigo sin entender la desaparición de las Cámaras, porque no tiene razón de ser.
 

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