PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 7 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Primer lunes de diciembre
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es lunes y caigo en la cuenta, a las siete de la mañana, nada más echarme abajo de la cama, de que estoy poseído por un enfado monumental. Inmediatamente, trato de buscar la causa -o las causas- de mi enojo. El motivo -o los motivos- del disgusto que me hace estar predispuesto a discutir con los demás por un quítame allá esas pajas.

Cuando eso me ocurre, es decir, cuando me levanto contrariado, que suele sucederme de higos a brevas, lo primero que hago es hacer en mi casa una declaración jurada de que cualquier contestación inadecuada que yo dé debe perdonárseme porque me he echado abajo del catre por los pies y no respondo de mí.

Para que ustedes se hagan una idea: en cinco años, que es la edad que tiene mi perro, es la tercera vez que éste me ha visto cabreado de verdad. Hasta el punto de que nuestra caminata matinal, tan recreativa siempre, ha sido una especie de suplicio sin que hubiera razón alguna para ello.

Bueno, sí que la había: me puede un disgusto morrocotudo. Un disgusto que no atiende a la razón con la que intento darle un regate: es más fácil ser agradable que desagradable. Pero ni por esa. Vamos, que si quiere arroz, Catalina. Y, claro, solamente me queda, como en anteriores ocasiones, tratar de hallar el motivo o los motivos de mi enfado.

Empiezo, pues, por recordar lo que hice el día anterior; qué leí, qué oí en la radio o qué vi en la televisión. Y lo primero que se me viene a los ojos de la mente es la figura de Francisco Narváez, ‘Kiko’, en la Sexta. Y bien... No creo que el que Kiko me parezca un andaluz, de Jerez, que trata de hacerse el gracioso por sistema y que ande caído de boca por el Pep, cual él acostumbra a referirse a su amigo Guardiola, sea la causa de mi enfado. Tampoco debe serlo que el amigo de Kiko declare, con cara de dominico, que él pertenece a un país muy pequeñito. No. Ambas cosas carecen de importancia como para agriarme el carácter de modo y manera que ni siquiera se me pueda hablar.

Así que dejo a Kiko Narváez, resonándome aún en los oídos las eses con las que trata de hacernos creer que ha nacido en Valladolid –menudo tormento para el buen gusto de los tímpanos- y me dispongo a encontrar otras causas que hayan motivado que mi carácter esté avinagrado, en este primer lunes de diciembre.

Y caigo en la tentación de acordarme de Juan Luis Aróstegui. Lagarto, lagarto... Pues muchas personas me han dicho, días atrás, que haga el favor de dejar tranquilo al socio de Mohamed Alí. Por una razón muy sencilla: Porque el simple hecho de mencionarlo atrae la mala suerte.

La misma que va a tener, sin duda alguna, amén del líder de la UDCE, el sindicato ANPE. Si acaso continúa poniendo sus votos al servicio de un tío que todo lo que toca lo convierte en ruina. A ver si un día me da por contarles a ustedes, queridos lectores, cuando al sindicalista Aróstegui, siendo concejal, se le ocurrió la idea de querer montar una fábrica de leche pasteurizada en un paraje de Benzú. Y ya pueden imaginarse cómo acabó el proyecto.

En fin, cuando me veo obligado a entregar la columna, todavía no sé a qué se debe que mis sentimientos estén aborrascados. Festoneados de enojo. Será que diciembre me deprime. Y, como acaba de principiar, tendré que invocar a mis santos predilectos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto