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OPINIÓN - SÁBADO, 11 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Tonto con muchas pretensiones
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Debo reconocer que muchos lectores de ‘El Pueblo de Ceuta’ me piden encarecidamente que me olvide de mencionar en esta columna a Juan Luis Aróstegui. Y además me dicen por qué debo hacerlo: porque es un tipo que atrae la mala suerte y porque está acabado para la política.

No obstante, mi respuesta es siempre la misma: aunque Aróstegui sea la persona más detestada de esta ciudad, por razones evidentes, sigo pensando que alguien como él no debe ser ignorado. Faltaría más.

En realidad, lo que trato es de darle cuerda para que se termine ahorcando políticamente. Y lo estoy consiguiendo. Pues en cuanto lo cito de frente entra al trapo y se deja en la acometida la mitad de esa inteligencia suprema de la que tanto alardea a cada paso.

En esta ocasión, empezaré diciéndole que he visto dos fotografías suyas en las que aparece con Mohamed Alí. Y en ambas me he percatado del mal trago que está pasando Aróstegui por tener que figurar en una conferencia de prensa junto a alguien que no quiere ver ni en pintura y para hablar precisamente sobre las reivindicaciones de Marruecos sobre Ceuta. El asunto tiene su miajita de guasa.

Al sindicalista Aróstegui, que maneja a su antojo Comisiones Obreras, se le nota a mucha distancia que se siente muy mal a la vera del líder de la UDCE. Y más en los momentos que corren. Pero, como Aróstegui está acostumbrado a tragarse sapos de mucho peso, aguanta el tirón con la esperanza de poder conseguir un acta de diputado. Victoria pírrica, sin duda alguna, si acaso la suerte decidiera ponerse de su lado en esta ocasión.

Por tal motivo, no me extraña que el hombre que ha cosechado más fracasos electorales en Ceuta, arremeta contra Juan Vivas porque éste sea capaz de conseguir mayorías absolutas como si tal cosa. Sin hacer el menor esfuerzo. Acudiendo a las urnas convencido de que lo van a votar porque sí. Porque el vecindario así lo quiere. Y punto. Mientras que él, Aróstegui, tan finchado, tan inteligente y tan obsesionado con creer que los ceutíes están cometiendo una injusticia con él, se ha visto obligado a buscarse la vida en un partido al que hasta hace nada despreciaba.

Sí, claro que sí, mire usted, todo el mundo tiene derecho a evolucionar. Si bien la evolución del sindicalista de CCOO ha sido la menos esperada. Vamos, la peor. Y, por consiguiente, cuando se le recuerda su monumental equivocación, pierde los papeles y se pone a disparatar.

Y no duda en escribir con el alma soliviantada. Así que las palabras le salen a borbotones. Sin orden ni concierto. Mas él no cesa de escribir artículos donde da pruebas palpables de escribir muy mal. Pésimamente. Con lo que demuestra que sus mayores invirtieron mucho dinero en costearle estudios que no ha sabido aprovechar. Eso sí, el escribir mal no es su mayor problema. ´

El problema gordo lo tiene, Aróstegui, al emitir sus opiniones en un periódico añejo para tratar de convencernos de que el periódico de marras subsiste por obra y gracia de un editor con el alma de mecenas puro. Y se queda tan pancho.

Aróstegui, pensando así, hace posible que yo le considere tonto con balcones a la calle. Lo cual significa, según Antonio Burgos, que es un tonto con muchas pretensiones.
 

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