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OPINIÓN - DOMINGO, 12 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Por Navidad un cuento
(La nueva Ley educativa “Todea”)

 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

D. Jacinto es un maestro que está a punto de jubilarse. Durante su ya extensa dedicación a la enseñanza (él prefiere llamarla Instrucción Pública) ha ejercido sólo en la provincia de Cáceres. Primero en un pueblecito de pocos habitantes, en la Comarca de las Hurdes, para después trasladarse a otros lugares, hasta conseguir ser “diezmilista” (apto para ejercer en poblaciones de más de 10.000 habitantes) y pasar a la capital, donde obviamente, tenía mejores opciones para estudiar sus hijos.

Sus primeros años de docencia lo pasó económicamente muy mal, ya que el sueldo de Maestro era muy corto. Bien cierto que la expresión “pasa más hambre que un maestro de Escuela”, lo resume con total realidad. Por tal razón se vio obligado a dar clases particulares y recurrir a las socorridas “permanencias”, que, mediante un módico precio, los alumnos se comprometían a continuar una hora más, después de su jornada escolar. Fueron unos años muy duros.

D. Jacinto nunca estuvo satisfecho con la deriva que ha tomado nuestro sistema educativo. Guarda gratos recuerdos de la “Ley Moyano” (1857, que estuvo vigente durante más de cien años), y a la que considera muy positiva para la escuela española. “Hablaba de la gratuidad de la enseñanza española y obligaba a los Ayuntamientos a pagar a los maestros”. No obstante, los maestros se veían obligados a complementar sus ingresos ejerciendo otros oficios: (contables, secretarios de Ayuntamiento, representantes de artículos, secretarios de Hermandades…).

Después, y a partir de 1970 con la Ley General de Educación (EGB), ha visto desfilar una serie de leyes, cuyas siglas llegaron a confundirle: LODE, LOGSE, LOCE y LOE, ésta última la que rige en la actualidad. Respiró profundamente con la aparición de la LOCE, Ley de Calidad de la enseñanza porque se ponía de manifiesto algo que se había perdido: la cultura del esfuerzo. Con todas ellas, con excepción de la del 1970, en las postrimerías del franquismo, se podría decir que el resto no ha sido otra cosa que “una ley en contra del otro”.

Jacinto piensa que la situación caótica de nuestro sistema educativo, tendrá que llegar a su fin. Sabe de los grandes esfuerzos que está realizando el actual Ministro de Educación, después de llevar a cabo múltiples gestiones, se encuentra con la oposición radical del otro partido mayoritario. No se resolvió con un autentico PACTO, sino sólo un acuerdo más o menos significativo de medidas a favor de la educación.

Nuestro protagonista piensa que lo que debería hacer el Gobierno Español es recuperar las competencias en Educación, transferidas “generosamente” a las Comunidades Autonómicas. Y parece lógico que nuestro país quiera mantener –recuperar- su identidad nacional, dentro de la Constitución de 1978, aprobada por voluntad general, libremente expresada. Los textos de los diversos grados de enseñanza deben ser consensuados y comunes. No es correcto que una autonomía pueda enseñar a los alumnos una cosa y en otra, una distinta. Clama al cielo, por ejemplo, lo que ocurre con nuestra HISTORIA. Según HUGH THOMAS, historiador inglés, piensa que “a los niños españoles les deberían enseñar historia de su gran Imperio desde pequeñito”. En resumen, los grandes hechos de nuestra historia: el descubrimiento de América, obra gigante de la colonización, los Reyes Católicos…

Somos el país de la cultura y debemos rendir homenaje permanente a la diversidad y a la pluralidad. No hay propiamente cultura española, sino culturas fundidas con los iberoamericanos bajo el denominador común del idioma de Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Borges, Octavio Paz, Unamuno, Vargas Llosa, flamante Nobel…

Jacinto acaba de conocer los resultados del Informe Pisa, que hace que la educación sea motivo de esperanza, una vez cada tres años. Los nuevos resultados indican que la educación española está estancada en la mediocridad, desde hace diez años. No progresamos. Continuamos ligeramente por debajo de la media de OCDE en las tres competencias medidas: comprensión lectora, conocimientos matemáticos y conocimientos científicos.

Sobre el Informe hay dos datos que son dramáticos: el primero es el índice de fracaso escolar en España. La OCDE había fijado como objetivo para 2010 una tasa del 10% pero, nosotros superamos el 30%; el segundo, revelado en el mismo Informe, es que el número de españoles no llega a la mitad de los promedios de la OCDE, es decir, también fracasamos en excelencia…

Ante este nuevo fracaso, el Gobierno pide con urgencia un Pacto de Estado. Hemos recibido un severo varapalo en nuestro modelo educativo. Pacto presentado mese atrás, pero, como todos sabemos, por intereses partidistas, fracasó. En reunión urgente, se apuesta, en primer lugar, por el castellano, que se convertirá en lengua vehicular en la enseñanza en todo el territorio nacional porque no es una cuestión de gobierno, sino de Estado. En aquellas Comunidades con segunda lengua, casos de Cataluña. País Vasco, Galicia… convivirán armónicamente los dos idiomas; también tendrán cabida el inglés, el francés y el chino y, por supuesto programas comunes, donde obligatoriamente se impondrán nuestra Historia, Geografía, Literatura… dejando también un espacio donde se contemplen las características y peculiaridades de cada Autonomía. Ha llegado el momento de decir ¡basta ya! a tanto fracaso y abandono escolar. Un parón en seco a nuestra nefasta política educativa. ¡Ahora, sí!

Con el consenso de todas las fuerzas implicadas, partidos políticos, sindicatos, asociaciones de distintas tendencias, a la voz de ¡todos de acuerdo!, han dado a luz una nueva ley de educación, bajo las siglas de TODEA (todos de acuerdo), que se impondrá de inmediato en todos los lugares del país.

Esta “movilización educativa” de toda la sociedad, significará una notable mejora, porque la educación de una nación, a igual que la salud, es el resultado de múltiples agentes y de numerosos factores, como, de nuevo, recordando a José Antonio Marina, “para educar a un niño, hace falta la tribu entera.”

Él, Jacinto, sí que tendrá la suerte de ver que nuestros alumnos han sido muy competentes.
 

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