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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 22 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Milagros García
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace tres semanas, más o menos, escribí yo de la secretaria de organización del Partido Socialista de Ceuta, en una miscelánea semanal. Y lo hice pensando solamente en que convenía destacar sus muchas ganas de abrirse paso en la política local. Destaqué, por encima de todo, la magnífica impresión que me había causado la señora Milagros García cuando la conocí, debido a una entrevista que tuvo a bien concederme años atrás. En la que estuvo realmente agradable y dispuesta a facilitarme la tarea.

Antes de esa entrevista, y si la memoria no me falla, nunca había yo hablado con la señora García. Y, desde luego, a mí no se me ocurrió preguntarle qué méritos reunía, al margen de ser militante del Partido Socialista de Ceuta, para aspirar, como aspiraba, a ocupar un puesto en la Administración.

La señora García es noticia en estos días por dos razones: una, porque no tuvo el menor reparo en arremeter duramente contra el nombramiento de Eduardo Gallardo como coordinador del Área de Menores. Calificando de desvergüenza el hecho. Y otras lindezas por el estilo. Otra, porque Alberto Gallardo Ramírez, siempre tan presto a responder cuando cree que su familia ha sido puesta en entredicho, le ha contestado de manera desabrida por medio de una carta abierta.

Alberto Gallardo Ramírez, aunque lo he tratado lo justo, me parece que es tan educado como capaz de fajarse con cualquier adversario sin ningún tipo de remilgos ni contemplaciones. Y por más que dé, a primera vista, la impresión de ser temperamental y algo precipitado en sus actuaciones, no es enemigo fácil para nadie.

Alberto Gallardo Ramírez es hueso duro de roer. Y además tiene la manía de no callarse ni debajo del agua. Se conoce que se entrena diariamente en la playa de la Ribera. Y, sobre todo, cuenta con la ventaja de tener un despacho donde acuden a largar mucha gente que saben de la vida y milagros de muchas otras gentes. Con lo cual Alberto está en posesión de abundante información.

A mí me consta que Gallardo Ramírez, Alberto él, a pesar de sus defectos de humano, como cada quisque, es un tipo a quien se puede recurrir en caso de necesidad para que te eche una mano en algo que él pueda intervenir. Sé también que es amigo de sus amigos y que jamás atenta contra nadie porque sí. Y mucho menos contra las mujeres. Porque si hay algo por lo que Alberto tenga un respeto desmedido es por las mujeres, los niños y los desvalidos. Y también es muy dado a respetar a las instituciones. De casta le viene al galgo.

No obstante, cuando yo leí las declaraciones de Milagros García, secretaria de organización del Partido Socialista de Ceuta, contra el nombramiento de Eduardo Gallardo Ramírez como coordinador de Menores, tuve la certeza de que Alberto, que ya se había mordido la lengua ante otras declaraciones improcedentes de un propietario de una televisión local, iba a saltar en esta ocasión.

Y lo ha hecho con dureza. Para que Milagros García se dé cuenta de que enfrente hay una persona dispuesta a cantarle las cuarenta. Una persona que ha empezado por decirle quién es ella, colocada a dedo en un puesto de enorme responsabilidad, para denunciar públicamente la designación de otra persona para ocupar un cargo público. Mercedes se ha columpiado. Y Alberto Gallardo no ha tenido el menor reparo en decirle de todo menos bonita.
 

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