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OPINIÓN - LUNES, 27 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Discursos navideños
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Pasó la Navidad de los católicos, cristianos en general, con la misma pinta que de años anteriores: disfrazada de Papa Noel en su papel como hombre anuncio.

Los comercios hicieron su agosto en pleno diciembre y los ciudadanos/as quedaron más pobres que antes.

Sin embargo, pese a mi posición sobre los temas religiosos obsoletos (he de ratificar mi afirmación de que la Natividad no existió jamás el 25 de diciembre, salvo en la mente de ciertos clérigos de antaño, por cuanto al niño sobre el que gira ese día nació realmente en marzo), he seguido la corriente, como cada año, y he organizado la cena de Nochebuena y la comida de Navidad para toda mi familia. Más como intenciones de encontrarnos, al menos una vez al año, y ver lo contentos y felices que se ponen nuestros niños.

Obvio es que en esos navideños ágapes suele soltarse algún que otro discurso, amén de enviar felicitaciones a todos los conocidos, en el que glosar las virtudes de esos días y los deseos, algunos envenenados, de felicidad y prosperidad.

De todos los discursos leídos, oídos y analizados… me quedo con el de nuestro rey.

Realmente, para mí, ese discurso no sirve absolutamente para nada mientras subsista el tabú que normalmente corrompe la democracia.

El discurso del rey es más significativo, o debería serlo, si tuviera el brillo de la sinceridad y hubiera explicado que es un discurso dirigido más a los poderosos y a los ricos que al pueblo español.

Con algo ha de vivir el rey y su familia ¿no? Tiene su fuerza a través de los grandes grupos inversionistas, en línea con todos sus antepasados.

Un discurso a un país donde sus dirigentes permiten que las instituciones bancarias se hagan con el auténtico poder, privando a los ciudadanos de toda posesión a través de la inflación seguida por la recesión hasta que sus hijos se despierten sin casa ni techo… no es expresamente ideológico de un Estado de Bienestar.

Ya sabemos que la banca representa a los señores feudales que rinde el mínimo tributo a su rey.

Alguna frase podría haber soltado el monarca, aunque no sirviera para nada en absoluto, haciendo referencia a la crisis que afecta a los ciudadanos cuando se les rebaja el sueldo, se les congelan las pensiones y se les retiran ayudas significativas ofreciéndoles en cambio subidas espectaculares de los combustibles, de la electricidad, de los alimentos básicos, etc. con el fin de que el IPC se vea aumentado espectacularmente y así seguir subiendo los precios pero no los sueldos.

Pero el problema no es, realmente, ese. El auténtico problema es el de estar sometidos a los designios de la todopoderosa banda que domina la UE y que es la que tiene la sartén por el mango.

Colocar a España al mismo nivel que los países, a los que pertenece esa banda, significa destruir cientos de miles de vidas humanas, al menos en el aspecto económico, por cuanto si un alemán cobra 3.000 euros al mes y un español 1.000… con precios a ese nivel ya me contarán.

El rey debería hacer honor a su rango y, por estas fechas, regalar el 50% de su nómina anual a los más necesitados de sus súbditos… así sería un auténtico rey mago.

Pero no, se siguen la pautas sociales de la era mariantonietana. En el Bilderberg saben rato de estas cosas.

Posicionarse al lado de los poderosos no es noticia. Lo sería si se posicionara al lado de los pobres.

En fin, no me vendría mal volver sobre mi antigua rutina… codearme con los ricos. Al menos tendré el sustento diario asegurado a través de los ágapes y fiestecillas que suelen ofrecer.

Bueno, sigo siendo bobo pero ahí va: felices fiestas para todos, sin excepción.
 

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