PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES,30 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Conversación en un taxi
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El taxista me conoce desde hace ya bastantes años. De religión musulmana, ávido lector y capaz de hacer sus pinitos escribiendo sobre asuntos variados, cada vez que le ha tocado prestarme un servicio, ha gustado de hablar conmigo del tema de actualidad.

Así lo hicimos en el mes de marzo, cuando estaba recién nacida la coalición “Caballas”. Una agrupación política, salida de la alianza habida entre Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui. Y que propició la siguiente proclama del segundo. Vino a decir, más o menos, lo que sigue:

Que los ceutíes, gracias a la formación “Caballas”, iban a dejar de vivir en el siglo XIX. Que “Caballas” había nacido con fuerza suficiente para sacar del atraso en el cual estaban inmersos los ciudadanos de esta tierra. Y denunciaba el que aquí se siguiera pensando que lo más importante de cada día fuera presenciar el levantamiento del puente del Cristo y estar atento a oír el cañonazo de las doce. Finalizó su discurso parafraseando a Alfonso Guerra:

-“Caballas” será capaz de hacer una Ceuta que no la va a conocer ni la madre que la parió”.

El lunes, nueve meses después del nacimiento de esa criatura, bautizada como “Caballas”, el taxista y yo volvimos a coincidir. Y en el trayecto de mi casa al centro, lo primero que me dijo es que si me acordaba de cuando él me anticipó que Mohamed Alí, pactando con Aróstegui, había propiciado su derrumbe político.

Y le respondí que sí. Que mi memoria, aunque haya perdido cierto vigor, continúa respondiéndome bien, incluso más que bien. Y el hombre, curtido ya en mil batallas y ladrón de oído por su actividad, me puso al tanto del posible descalabro que puede sufrir Mohamed Alí en las urnas. Y debido a que el tiempo apremiaba, ya que mi destino estaba ya muy cerca, se expresó con celeridad:

-Mire usted, De la Torre, hay muchas personas, al igual que yo, que votaron a Mohamed Alí, convencidas de que era la persona ideal para que se hiciera notar en la Asamblea de la Ciudad. Para que su voz fuera respetada y, de paso, sacarle beneficio a un posible acercamiento al gobierno. Pero a Alí, con todos mis respetos para él, le ha faltado cintura para realizar semejante labor. Y se ha dedicado a perder el tiempo arremetiendo contra socialistas y populares, sin ton ni son. Y no contento con actuar de manera tan absurda, teniendo tres diputados, va un día y, de la noche a la mañana, decide darle participación en su éxito a un tío, perdedor nato y que cuenta con escasas simpatías entre los musulmanes. Pues, por si usted no lo sabe, ese muchacho, el Aróstegui, nunca fue bien visto entre nosotros. Aunque él crea que el ponerse al frente de unos parados recorriendo las calles de la ciudad, le ha dado algún prestigio. Pues no. Está más que equivocado. En fin, que me ha encantado poderle contar lo que le he contado. Y, además, sé que usted no mencionará mi nombre. Porque tampoco hay ninguna necesidad de complicarse la vida.

En virtud del curioso principio, tan corriente en esta tierra, que nos lleva a creernos diferentes de lo que somos en realidad, el líder de la UDCE, que se ha tenido siempre por práctico, por ser un hombre de acción, acabó metiéndose en una aventura ruinosa para su partido. Así pues, nada extraño resulta cuando se oye preguntar: ¿habrá habido algo a cambio de esa absurda decisión tomada por Mohamed Alí: persona formada y tenida por inteligente?
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto