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sucesos - VIERNES, 14 DE ENERO DE 2011


Steven Van Brussel. p.g.

robo
 

El joven viajero belga recupera su bici a cambio de 50 euros

Tras la denuncia, el jueves, del robo de su
bicicleta, el ciclista fue alertado ayer de que debía pagar por su “rescate”
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ya lo dicen en la película de Vittorio de Sica El ladrón de bicicletas: “Todo tiene remedio… menos la muerte”. Así que si el jueves publicaba EL PUEBLO que un joven belga denunciaba el robo de su bicicleta en el Monte Hacho, ayer el chico se marchaba, sobre pedales, hacia Marruecos. Recuperó su bici, aunque tras pagar 50 euros. Tras el intercambio, el viajero puso rumbo a su siguiente destino, Marruecos.

La esperanza es lo último que se pierde. Eso pensaba el miércoles Steven Van Brussel, y su buena fe le trajo suerte. EL PUEBLO publicaba ayer que un joven belga, de 28 años, había empapelado Ceuta con carteles en los que denunciaba el robo de su bicicleta.

La peculiaridad estaba en que los anuncios apelaban directamente al ladrón. “¡Me has robado la bici, sí, tú!”, encabezaba el escrito. Pues bien, Steven pudo ayer continuar su camino subido en su bicicleta.

La historia se inició el pasado junio, cuando este profesor de inglés y alemán decidió hacer un paréntesis en su trabajo y dedicarse a viajar por el mundo. Amante de la naturaleza y de la aventura, se armó con lo básico y se echó a rodar por los caminos. Partió de su Bélgica natal. Alemania, Francia y Suiza fueron sus primeros destinos. Le siguieron Italia y, de nuevo, Francia.

Un paréntesis en los Prinieos para reunir algo de dinero trabajando en una granja y rumbo al sur. No le asustó cruzar el Estrecho a pesar de que no le habían hablado precisamente bien de estas tierras. Vino dispuesto a acabar con los prejuicios. Pero no pudo romperlos. Llegó a Ceuta y, en pocas horas, ya no tenía bicicleta. Mientras dormía la siesta en una tienda de campaña instalada en Monte Hacho dejó amarrada la bici. El sueño duró apenas media hora, tiempo suficiente para que su medio de transporte desapareciera. A Steven le pareció ver al ladrón y llamó a la Policía. “Hay muchos policías en Ceuta –explica Stevan-, pero lo único que hicieron fue trasladarme al hostal. Solo sirven para estar en las terrazas tomando café”. Desesperado, tuvo una idea. Empapelar la ciudad. Ese mismo día habló con EL PUEBLO. “No creo que se pueda hacer nada, todo el mundo me dice que la bicicleta ya estará en Marruecos, pero quizás alguien se entere de algo”, añadió.

En la mañana de ayer, un joven se presentó en el hostal donde Steven permanecía alojado. “Sé quién tiene tu bicicleta”, le dijo. A Steven se le iluminaron los ojos. “Te la devolveremos por cincuenta euros”. Steven ni siquiera pensó en que estaba pagando por algo que era suyo. Volvía a ser el hombre más feliz del mundo. Le había costado mucho trabajo reunir los 1.700 euros que le costó comprársela.

“Intercambio”

A las 11.30 de ayer se produjo el intercambio. En media hora Steven había dejado el hostal y poco después ponía rumbo, sobre pedales, a Marruecos. Su intención ahora es adentrarse en el país vecino y participar en un tour para ciclistas. Después quiere participar como voluntario en una granja. A través de la web www.wwoof.org, una asociación que se dedica a vincular a voluntarios con granjas orgánicas que apuestan por formas de vida más sostenibles, se ha puesto en contacto con un centro situado en Ben Slimane, entre Casablanca y Rabat. Deja Ceuta feliz. Si le preguntas si volverá, con una sonrisa, contesta: “Me parece a mí que no”.
 

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