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					Fue después de una comida con el presidente de la Ciudad, 
					Juan Vivas, y la consejera de Educación, Cultura y Mujer, 
					Mabel Deu. El escultor Ginés Serrán llegó cuarenta minutos 
					tarde a la cita, aún con el ‘jet lag’ de sus recientes 
					estancias a California y México, y dio un paseo junto a EL 
					PUEBLO antes de volar hacia Nueva Delhi, donde expone su 
					obra esta semana. 
					 
					Un recorrido por las calles donde están expuestas muchas de 
					sus obras, en el que narró lo que estas esculturas suponen 
					para Ceuta: “Son elementos emblemáticos”. Como ejemplo, dio 
					el caso de la Feria de Fitur, que empieza hoy en Madrid: 
					“Todos los años llevan fotos y póster de las esculturas para 
					vender la imagen de Ceuta. Desde que las hice hace más de 
					cinco años se han convertido en el patrimonio histórico y 
					cultural de Ceuta, e intentan promocionar la imagen de la 
					ciudad”. 
					 
					El recorrido se inicio en la estatua dedicada a Enrique, ‘el 
					Navegante’. Personaje que aprovechó para recordar que él no 
					ha esculpido a nadie “que sea extraño para esta ciudad”. Y 
					añadió: “Y aquellos que se oponen a esculturas en la ciudad 
					es como si se opusiesen a la Alhambra en Granada o a la 
					Sagrada Familia en Barcelona. Los que hablan contra las 
					esculturas de Ceuta están hablando contra el patrimonio 
					histórico de la ciudad”.  
					 
					Desde Al Idrisi hasta el Hércules, recorrió el Paseo de las 
					Palmeras fotografiándose junto a sus filósofos y geógrafos, 
					como Pompelius Mela, romano del siglo I nacido en Tarifa. 
					Adelantó que ya ha empezado negociaciones con el alcalde de 
					la ciudad gaditana para poner allí una réplica de este 
					busto. 
					 
					El recorrido finalizó, como no podría ser de otro modo, en 
					‘Las dos columnas de Hércules: Ábyla y Calpe’, ubicada en la 
					plaza de la Constitución. Era la primera vez que el escultor 
					veía su obra en su nueva ubicación, y aseguró que aunque 
					había escuchado las protestas de los ceutíes ante el cambio, 
					él está convencido de que su desplazamiento “fue un 
					acierto”. Además, anotó: “Yo nunca he hablado de este tema, 
					pero quiero puntualizar que es una falacia que digan que la 
					Ciudad se ha gastado un millón de euros por el Hércules. La 
					ciudad pagó 385.000 euros, no pagó más”. Tras hacer un 
					recuento de su obra en Ceuta -”la Ciudad compró nueve 
					esculturas, yo regalé dos: la cabeza de Al Idrisi a la 
					comunidad musulmana, y el pensador judío a la judía, y el 
					otro Hércules lo tengo prestado”-, contabilizó en “no más de 
					1,1 millones de euros” el total al que ha vendido a la 
					ciudad todas sus obras. “Precio que fue pagado en cuatro 
					plazos, y que no cubre ni los costos en bronce”, puntualizó. 
					 
					La más grande del mundo 
					 
					Explicó también que en 2004 propuso crear un Hércules de 
					tres metros, pero que al ponerse a trabajar, decidió hacerlo 
					a ocho metros para que tuviera más impacto. “Tuve que hacer 
					un gran esfuerzo porque los presupuestos no lo cubrían; 
					necesité hacerla en barro y fundirla en 8.000 kilos de 
					bronce. Es la escultura de un personaje clásico más grande 
					del mundo”. “Yo no me he enriquecido con esto, todo lo 
					contrario, me ha costado mucho esfuerzo y mucho trabajo, y 
					si no hubiera nacido en Ceuta no se si lo habría hecho”, 
					agregó. 
					 
					Vestía un conjunto negro, incluida la bufanda, y gafas de 
					cristales morados. Antes de despedirse, aseguró que le 
					encantaría hablar con la gente para saber qué piensan de sus 
					obras, pero que apenas pasa por Ceuta con tanto viaje. “Yo 
					creo que están disfrutando de lo bonita que está la ciudad”, 
					dijo, y concluyó: “Que digan que hay muchas esculturas, es 
					como ir a Florencia y decir que hay muchos Miguel Ángeles”. 
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