PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

ACTUALIDAD - JUEVES, 20 DE ENERO DE 2011


efectivos de la policía. reduan.

DISPOSITIVO POLICIAL EN EL MARCO DE LA ‘OPERACIÓN GUADIANA’
 

La Policía toma El Príncipe, identifica a 50 personas y detiene a una con droga

Los agentes con material antidisturbios
pidieron la documentación a viandantes y motoristas y los de paisano se internaron en los laberínticos callejones de la barriada
 

CEUTA
Luis Santiago

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Una dotación de entre 60 y 80 policías nacionales tomó ayer tarde la barriada de El Príncipe dentro de un operativo de identificación de personas que se prolongó dos horas. El servicio formó parte de la ‘Operación Guadiana’ que llevan a cabo el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local en las barriadas de Ceuta. Los agentes uniformados y de paisano identificaron entre las seis y las ocho a unas 50 personas en prevención de la comisión de posibles delitos, para detectar la posesión de drogas y comprobar si alguna persona tenía reclamaciones judiciales. Finalmente se produjo una detención por tráfico de drogas.

Un total de 50 personas, entre transeúntes, motoristas y clientes de varios cafetines fueron identificados durante la operación de control. El balance del intenso chequeo policial fue la detención por tráfico de drogas de un joven que llevaba encima varias pastillas y la apertura de cuatro expedientes administrativos por infracciones a la Ley 1/92, la conocida Ley de Seguridad Ciudadana. Las competencias policiales en aplicación de esa ley son proponer sanciones por llevar pequeñas cantidades de drogas para consumir encima, portar armas blancas y ofrecer resistencia a la autoridad.

Además, la visible y masiva presencia policial en las calles y reconditos callejones de El Príncipe sirvió para constatar que 24 de los identificados tenía antecedentes policiales, es decir, habían sido arrestado antes. No obstante, en las comprobaciones por radio que hicieron los agentes no se detectó ninguna reclamación judicial.

Los policías pararon a jóvenes que caminaban por las calles y callejones de la barriada, a otros que circulaban en sus motos y entraron en varios cafetines pidiendo la documentación a personas.

El mando policial estableció un primer control con una coche patrulla en la cuesta de subida al barrio a la altura del centro de salud de El Tarajal. Otros furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y Unidad de Protección y Respuesta (UPR) se situaron en el aparcamiento de entrada por el acceso de El Tarajal y en la carretera que conduce al Hospital Universitario de Ceuta y Loma Colmenar.

La presencia de agentes ataviados con pasa montañas, cubiertos con cascos y portando material antidisturbios en las esquinas y en una zona alta a la entrada del barrio alertó a pronto a los que no querían ser vistos. Así, un niño que estaba en una ladera terriza a unos metros de los primeros edificios entrando desde Príncipe Felipe avisó a un chico de unos 13 años que circulaba en la parte de atrás de un ciclomotor con cabina. Este vehículo dejó la carretera y estacionó a la derecha, bajando su ocupante trasero.

El operativo repitió a lo largo de la tarde un mismo esquema de trabajo; el mando y un grupo de agentes de paisano de la Policía Judicial y la Brigada de Información se adentraron en un callejón estrecho y los miembros de la UIP y UPR se apostaban en la esquina de entrada. Poco después esos agentes salían a la vía principal tras hacer sus comprobaciones.

Desde las ventanas y azoteas, numerosos vecinos, muchos de ellos niños, observaban la vigilancia de los policías, sus idas y venidas.

La calle san Daniel, arteria principal de El Príncipe y la vía que conduce a la plazoleta de la mezquita concentró a numerosos hombres, adolescentes y niños. Miraban entre murmullos. El dueño de un comercio de ultramarinos tuvo su pequeña puerta tapada por los policías un rato hasta que optó por cerrar. Una vecina comentó “esa tienda cierra cada vez que hay algo así”. La misma mujer dio paso libre a una chiquilla, con el uniforme de un colegio, a que cruzara la calle. La niña no se atrevió a cruzar. En ese punto caliente, un agente de la UIP espetó a un joven que protestaba, “cállate la boca”.

A través de un intrincado laberinto de callejuelas plagado de curvas imposibles y escalones, se accedía al corazón de la operación. La esquina regalaba una visión privilegiada de la ‘toma del Príncipe’. Cascos, escudos, una moto que llega por la acera, la Policía que la para y dos chicos que se identifican. Un policía pasa con un chaval cogido del brazo. Presencia y control.
 


“Que no me vean con usted que aquí a los que hablamos nos amenazan de muerte”

Los vecinos de El Príncipe vivieron la espectacular presencia policial y el trajin de los agentes con cierta rutina tranquila. No era la primera operación de ese tipo. Fue otra más.

Algunas mujeres salieron a las esquinas a ver que pasaba. “No se me acerque. Que no me vean con usted. Aquí a los que hablamos nos amenazan de muerte”, advirtió una vecina al periodista.

Algunos pequeños cafetines fueron ‘tomados’ por los policías y hubo comercios que cerraron.

El dueño de una tienda que prefirió no dar su nombre contó a EL PUEBLO que “aquí la mayoría de la gente está asqueada de la inseguridad y si quitan el autobús antes de su hora normal, los perjudicados son los mayores”. Este comerciante revela que “si tienes un coche, piensas que te vas a levantar y te lo vas a encontrar quemado”. Los comentarios en voz baja de algunos vecinos fueron interrumpidos por algún grito aislado que atrajo la atención policial hacia un callejón. Un grupo de agentes se introdujo en él, otro advirtió a los periodistas de este diario “procurad no quedaros solos que os han visto haciendo fotos”. Nos esperaba el dédalo de callejuelas.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto