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OPINIÓN - JUEVES, 20 DE ENERO DE 2011

 
OPINIÓN

Lapsus imperdonable

Por Antonio Gómez


Reconozco que soy un firme seguidor de Carlos Herrera y de su programa matutino ‘Herrera en la Onda’ que se emite en Onda Cero, emisora que una vez fue mi casa y que aun la considero así, como la Ser -cuestión sentimental-. Ayer atendí, como casi cada día, a la entrevista política que se realiza a partir de las 09:00 horas. Tocaba el turno a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez y como habitualmente oí la entrevista mientras me dirigía en coche al periódico.

Aparte de interpretar el papel de representante de la diplomacia española con un argot típico de neutralidad, sin mojarse un pelo y repitiendo hasta la saciedad la palabra ‘ámbito’, además diciendo sin decir y sin decir diciendo, Carlos Herrera le preguntó por los vecinos marroquíes, que “hoy te montan un pollo en la frontera de Melilla, mañana en Ceuta y pasado levantan la mano en el control de pateras”, dijo Herrera... “¿Y lo del Sáhara?”.

Trinidad Jiménez resbaló en su respuesta. Imperdonable en quien representa la cara de España en el exterior. La ministra ahora de Exteriores, antes de Sanidad y perdedora de las primarias madrileñas a la secretaría general del PSOE, soltó la imbecilidad del día: “Con Marruecos nos llevamos bien y debemos seguir manteniendo buenos lazos... hay que tener en cuenta que sólo nos separan 15 kilómetros de orilla a orilla con este país”.

Y se quedó tan ancha la ministra en su jerga diplomática aprendida en un cursillo rápido de la Academia Moratinos. Alguno de los contertulios de Herrera hizo ver la barbaridad. “La ministra ha utilizado el mismo mensaje que Marruecos, pero no nos separan 15 kilómetros, sólo nos separan unos metros en Ceuta y Melilla, porque a la ministra se le ha olvidado que España es frontera terrestre con Marruecos”.

A la ministra de Asuntos Exteriores ya le habían despedido cuando aún maldecía abiertamente -intentando encontrar aparcamiento en Jáudenes- a la Trini por la facilidad del olvido, lo que interpreté -con generosidad- como incapacidad y lapsus por un lado, pero rápidamente tomó cuerpo en mi rápido análisis la idea de que este olvido es una prueba de la falta de convicción cognitiva que este Gobierno tiene sobre Ceuta y Melilla más allá de las puntuales posiciones oficiales, ya conocidas, en las que se interpreta el papel de la clara postura española.

Es imperdonable el que un político español diga que de Marruecos nos separan ‘apenas’ 15 kilómetros. Pero peor aún es que quien lo diga sea la persona que el Gobierno de España ha ‘colocado’ para ser la cara del Ejecutivo en el exterior.

El que la ministra de Asuntos Exteriores declare públicamente lo que declaró en ‘Herrera en la Onda’ es para mandarla a la nevera inmediatamente, como en su día se hacía con los árbitros tras una mala actuación. No debería permitirse torpeza semejante y convendría que más pronto que tarde Trinidad Jiménez rectifique y aclare el lapsus -si es que lo fue-.

Situaciones como ésta suelen poner en un brete a socialistas ceutíes como el bueno de José Antonio Carracao, que seguro tendrá motivos para molestarse internamente, claro. Y es que, la Jiménez, no se percató -cuando soltó la prenda- de la posición en que dejaba a los del PSOE de Ceuta, incluso a su delegado del Gobierno, por cierto socialista, como no puede ser de otro modo, y que tiene que tratar diariamente de solventar los múltiples problemas que causa precisamente la frontera terrestre española con Marruecos, esa que olvidó la ministra.

¡Qué torpe! ministra, en qué manos estamos caray.
 

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