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economía - DOMINGO, 23 DE ENERO DE 2011


Yahia y Zacarías. fidel raso.

FORMACIÓN A DESEMPLEADOS PARA SU INSERCIÓN LABORAL
 

La oportunidad de trabajar
les llegó en la Hípica

Jóvenes discapacitados aprenden el mantenimiento de una granja, jardinería y apicultura en el recinto de la federación
en el que han creado la instalación para
las llamas, ovejas y conejos que hay allí
 

CEUTA
Luis Santiago

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Zacarías El Handi tiene 17 años y solo había visto una llama cuando fue una vez al zoológico de Casablanca. Después de hacer cursos y buscar trabajo en un sitio y en otro ha encontrado su camino para la inserción laboral en el recinto de la Federación Hípica de Ceuta. Zacarías y su compañero Yahia Bacali son dos de los 24 alumnos de la escuela taller ‘Jardínes del Tarai’. Durante varios meses han trabajado creando ellos mismos la instalación, donde se refugian dos llamas, formada por una casa de madera y un vallado. Esta escuela taller se desarrolló a lo largo de 400 horas en el último trimestre de 2010 y tiene el valor añadido de que sus alumnos son todos discapacitados físicos y psíquicos.

Al igual que su compañero, Bacali está encantado. “Yo estaba haciendo cursos de albañilería, cocina, camarero de piso y me salió esto”, explica este joven de 18 años que muestra tener muy claro el camino de la inserción laboral cuando explica que “si tequedas en la casa, el trabajo no va a venir a buscarte. Aquí, en este curso, se aprende a poner bloques de piedra, vallas y techos”.

Federico Candela ofrece otro perfil. Es titulado en Técnico en Lenguaje de Signos, “un trabajo difícil de encontrar en Ceuta”, y llevaba un año en el desempleo. Hizo el curso de jardinería, englobado en la misma escuela taller, y cuenta que en San Amaro, donde hizo las practicas, aprendió técnicas de jardinero, variedades de rosas, plantas con bulbo y como tratar el césped, entre otras cuestiones. El aprendizaje le pareció “interesante”.

En la jardinería ha visto su oportunidad Saba Mohamed, una chica de 21 años, que explica que “a mí me gustan las plantas muchísimo. Antes tenía plantas en un terreno de mi familia. Aquí he estado porque me llamaron del INEM. Me dijeron que de 100 aspirantes elegirían a 12 y yo fuí una de ellas. He estado tres meses con la teoría y uno de prácticas. Ahora viene la Escuela Taller”. Saba mira con orgullo una de las laderas de los alrededores del centro hípico y cuenta que “aquí el terreno estaba fatal. Lo veías y decías, ¿pero donde está el jardín? y ahora mira como lo hemos dejado”.

Otra de las especialidades que se han impartido en la escuela taller que acabó en diciembre fue la de avicultor, el oficio dedicado a cuidar los animales. Sara Ahmed, de 19 años, fue una de las alumnas y también ha estado encantada de cuidar a los conejos, cabras, llamas y ovejas del recinto.

El convenio entre el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) y la Ciudad ha servido para poner en marcha la segunda parte, el Taller de Empleo para técnicos agropecuarios que duarará hasta finales de 2012. El objetivo es crear un Centro Especial de Empleo para personas con discapacidades.
 


Herrador de caballos, un oficio aprendido en Francia

José Luis Torres es el monitor de un curso de formación para enseñar a herrar caballos. Dura 250 horas a lo largo de 44 días y lo están recibiendo otros 12 desempleados en las instalaciones del Centro Hípico. Se trata de una opción diferente y casi desconocida para buscar la inserción en el difícil mercado laboral actual.

Torres explica que él ha estado ocho años aprendiendo el oficio de herrar caballos en la Costa del Sol y en Madrid done aprendió “de los franceses porque en Francia hay una licenciatura sobre este tema”. Este joven monitor calcula que en el plazo de dos meses “se ve si a un alumno le gusta el oficio o no y después se podría iniciar aquí con los caballos”.

El proceso para colocar una herradura en la pata de un equino dura una hora. Consiste en desherrar, aplomar o aplanar el casco de la pezuña, que también se recorta, forjar la herradura, trabar y remachar. “Al final cuando el caballo sale de la cuadra, se ve si la herradura ha sido bien colocada”, detalla Torres. Uno de los detalles que faltan por mejorar en la instalación de la hípica es habilitar un suelo plano para comprobar el buen herraje de los caballos.
 

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