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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 26 DE ENERO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Táctica y concentración se entrenan
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Leí unas declaraciones de Michael Laudrup, entrenador del Mallorca, un día antes de enfrentarse su equipo al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, en las que, entre otras cosas importantes, dijo una verdad como un templo: hay jugadores que no saben regatear pero eso no les impide que tácticamente puedan ser extraordinarios.

Hay jugadores que pueden estar muy limitados técnicamente. Lo cual no es óbice para que sean imprescindibles en las alineaciones por su enorme capacidad táctica. El trabajo táctico es tarea que concierne a los entrenadores.

Los medios para desenvolverse los jugadores en un terreno de juego los eligen los entrenadores. Y ellos son los encargados de entrenar los movimientos de sus futbolistas cuantas veces sean necesarias hasta que consigan un automatismo adecuado a las necesidades del equipo.

Un equipo compuesto por jugadores de medio pelo, si han sido aleccionados por su técnico de modo que puedan hacer alardes de sus cualidades y evitar que sus defectos sean muy visibles, siempre será capaz de conseguir logros por encima incluso de lo previsto.

El Mallorca, por ejemplo, mostró en el Bernabéu sobradas razones para hacernos comprender que el entrenador bermellón sabe a lo que juega porque conoce perfectamente defectos y virtudes de sus futbolistas. Así que estuvo en un tris de dar la campanada como ya lo hiciera en el Camp Nou, en Mestalla y en Nervión.

Los entrenadores, además de ser los responsables de trabajar la táctica, siempre en consonancia con las aptitudes de los componentes de la plantilla, han de estar capacitados para que el conjunto adquiera una concentración ideal cuanto antes mejor.

La concentración de un equipo es fundamental para evitar que suceda lo que les suelen suceder a muchos equipos: que apenas han pisado el césped ya llevan un gol en contra. La falta de concentración de los jugadores también puede entrenarse. Más aún: debe entrenarse. Sobre todo cuando la falta de atención se convierte en un problema crónico que redunda en la pérdida de puntos cada dos por tres.

Los problemas de la Asociación Deportiva Ceuta, hasta el momento, han sido tácticos y, desde luego, de falta de concentración. Y ambos son corregibles, siempre y cuando se proceda a combatirlos con trabajo extenuante.

La plantilla de la ADC está compuesta por jugadores que no tienen que envidiar nada técnicamente a los componentes de otras plantillas tenidas por la flor y nata de esta competición: llámese Cádiz o Murcia. Lo cual no quiere decir que no esté carente de un futbolista que propicie un juego de conjunto que tanto se echa de menos. A lo mejor es Manolo Pérez, jugador recién fichado, la pieza que faltaba para poder completar el puzzle.

En lo tocante a la disciplina, convendría saber lo siguiente: Ceuta es una isla, para todos los efectos, y en sitios así hay que adaptarse a vivir cuanto antes. Los jugadores deberían tener asumido que jugar en esta tierra merece la pena. Aunque exige sacrificios. Y, naturalmente, los directivos han de ser conscientes de que deben ser mucho más flexibles en cuestiones acerca de la vida nocturna. En fin, este último asunto merece mucha atención y vista larga para que los jugadores no puedan decir que se sienten agobiados.
 

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