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OPINIÓN - JUEVES, 27 DE ENERO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Detestan nuestra línea fiable
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Son las dos de la tarde, cuando recibo la llamada de quien me dice que ha estado esperándome en los lugares que yo suelo frecuentar y que, en vista de que no aparezco, ha decidido localizarme por medio del teléfono.

Muy importante debe ser lo que tienes que comunicarme como para que te molestes en querer hablar conmigo ahora, sin esperar a verme mañana, le digo a mi interlocutor.

De ahí que su contestación sea rápida:

-En realidad, Manolo, he preferido no verte y así poder comunicarme contigo por teléfono. Y la explicación es clara; no quiero ni por asomo que al verme contigo piensen en que soy yo el que te ha podido poner al tanto de lo que sigue.

-Vaya, hombre, tal y como hablas no parece más que me vas contar que Jesús Fortes disfrutará en su momento de un buen número en la lista electoral del Partido Popular.

-Tú siempre, Manolo, tratando de ironizar con mis cosas. Con mi manera de ser y entender la política. Y, sin embargo, cada vez que te he anticipado algo nunca has tenido el menor motivo para echarme en cara el que haya tratado de equivocarte.

-Cierto. Desembucha, pues.

-Mira, Manolo, hace unos días tuve la oportunidad de estar muy cerca de dos personas pertenecientes al PP; una ejerce cargo de diputado, y otra ostenta actualmente un puesto de escaso relieve, aunque tiene asignado una buena cantidad de dinero para quien lo representa. Una bicoca, en el sentido exacto de la palabra. Pues bien, las dos personas citadas, cuyos nombres debes silenciar, porque si no lo haces me pones a mí en una situación delicadísima, no tuvieron el menor inconveniente en jactarse de que a ambas les desagrada “El Pueblo de Ceuta”. Tal y como suena. ¿Qué me dices…?

-En principio, hay algo que no falla: cuando dos personas revelan que les desagrada otra es una cómoda manera de expresar que se agradan mutuamente. Y te diré, además, que acabo de parafrasear a Oscar Wilde. Que no quiero yo apuntarme sentencias que no me corresponden. En lo tocante a estas personas, sé que detestan, desde hace ya mucho tiempo, que el editor de este periódico sea cada vez más fiable cuando se trata de defender la línea que sigue el Gobierno presidido por Juan Vivas. Al que ellos, las personas que tú me has nombrado, adulan por delante y luego, en cuanto creen sentirse fuera de peligro, ponen como chupa de dómine.

-Llevas razón –dice quien dialoga conmigo-. Y, desde luego, a partir de este momento harán todo lo posible, según tengo entendido, para meter cizaña entre bastidores, aprovechándose de que el PP, como partido, ha perdido la entidad de la que venía gozando hasta hace no mucho. Motivo: el presidente de la Ciudad no puede estar en misa y repicando.

-Bueno, los problemas del partido, los que tú apuntas, son de poca monta. Y lo son por algo tan simple como innegable: Juan Vivas es quien gana las elecciones. Y ante esa obviedad nada pueden hacer los conspiradores de tres al cuarto. Lo que sí me preocupa -y mucho- es que en esta Casa se siga tratando de lujo a dos señores que nos tienen tirria. Mucha tirria. Pues a mí, lo de poner la otra mejilla, en estas circunstancias, me parece un comportamiento tan desagradable como masoquista.
 

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