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sociedad - LUNES, 21 DE FEBRERO DE 2011


La asesora de La Maleta Roja. RODRÍGUEZ

Reportaje / Sexo en la ciudad
 

A las puertas del clímax

El sexo continúa siendo un negocio muy lucrativo en Ceuta y así lo demuestran empresas como ‘La maleta roja’ o el único sexshop de la ciudad, ‘Tentaciones’
 

CEUTA
Paulina Rodríguez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Stubby, Icebreaker, Sally seo, Pequeño Paul... Mil nombres que derivan en uno solo: placer. Los juguetes eróticos, la cosmética y los disfraces, en definitiva, el negocio del sexo tiene cada vez más presencia en Ceuta. No importa que haga frío, tampoco que las relaciones sexuales continúen siendo, en ocasiones, tema tabú o que estemos en pleno invierno. Ceuta es, por descontado, una ciudad caliente y así lo demuestra este reportaje que pone de manifiesto la importancia que los ceutíes le dan al sexo y a la variedad e innovación dentro de nuestras relaciones sexuales.

El único sexshop de la ciudad no para de crecer. En un principio su propietario, Emilio, no tuvo intención de crear uno. En la tienda ‘Tentaciones’ de la calle Jaúdenes sólo se vendían artículos para despedidas de soltero o lencería comestible. Sin embargo, comenzó a recibir peticiones para ampliar el negocio y, hoy, un almacén del establecimiento se ha convertido en un completo sexshop. De hecho, la demanda es tan importante que los pedidos a la península no dejan de sucederse todas las semanas.

Emilio vende una amplia variedad de artículos. Vibradores, estimuladores, bolas chinas, disfraces, columpios, muñecas hinchables... Todo lo que sea para satisfacer la demanda del ceutí. No obstante, las ganas de disfrutar del sexo siguen estando reñidas con el pudor, y muchos de los pedidos que se reciben se realizan a través de Internet. De hecho, y aunque pueda sorprender, es el hombre el que muestra una mayor vergüenza, “la mujer es más deshinbida en estos temas, al hombre le cuesta más porque parece que regalar un vibrador a su pareja le resta virilidad”, señala el dueño de Tentaciones.

Una sesión de ‘tuppersex’

Sin embargo, no sólo de juguetes eróticos se sustenta este negocio. La cosmética también juega un papel fundamental. EL PUEBLO quiso vivir in situ una de las famosas reuniones ‘tuppersex’. Para ello, nos desplazamos hasta la casa de Laura Pareja, lugar de celebración de este tipo de encuentros. Laura es la asesora de ‘La Maleta Roja’, empresa de ámbito nacional con una cada vez mayor aceptación. Laura se tomó muy en serio la sesión concertada con el periódico. Ambientó su casa con una de las velas que se comercializan, y allí comenzó a desgranar los secretos de esa maleta roja que tanto nos estimula...

La primera parada en el camino llegó de la mano de la cosmética, el aspecto más demandado por las caballas. Sin embargo, es una cosmética con mucho truco. Un mundo de sensaciones al alcance de cualquier bolsillo. Desde aceites para masajes hasta velas que, una vez derretidas, se vierten sobre el cuerpo para que la pareja pueda lamer todo el cuerpo.

Comenzó en mayo a ejercer como asesora de esta empresa. Aunque no llegue a ser un empleo a jornada completa, Laura está satisfecha con los resultados obtenidos en Ceuta, a pesar de es “una ciudad pequeña” y no es posible realizar reuniones todas las semanas. La época más floja es, curiosamente, en la que se suele practicar más sexo: el verano. La llegada del verano benefició el negocio y ahora puede llegar a organizar una reunión por semana.

Para disfrutar de una ‘tuppersex’ no hay un perfil definido. Desde jóvenes de 20 años hasta mujeres de más de 60, además de despedidas de soltera. Las de mayor edad, de hecho, suelen comprar más, y los pedidos, en ocasiones, pueden llegar a sorprender, “una señora mayor compró hace poco uno de los vibradores con mayores dimensiones, el ‘icebreaker’ y señaló que era para ella, no para ningún familiar”.

Las sesiones suelen durar más de dos horas y pueden llegar a asistir más de 15 personas aunque nunca “menos de 8, es el número mínimo que solicito”. Las asistentes no tienen la obligación de comprar y, en el caso de que sí lo hagan, los pedidos se realizan en la intimidad, “suelen tardar una semana y la clienta viene a recogerlo a mi casa”.

Uno de los productos que más se vende es el ‘Volaré’, un gel para el clítoris que potencia “las sensaciones”. También hay lubricantes de sabores, como melón, mango o chupachups, que pueden utilizar aquellas mujeres a quienes no les guste practicar felaciones o cuando el pene desprende un olor desagradable. En el caso de que se quiera despertar el deseo en los hombres, ‘La maleta roja’ vende un perfume para potenciar las feromonas, “te aseguro que funciona”, reconoce Laura.

De la cosmética pasamos a los juguetes eróticos. Y ahí la variedad se multiplica. Desde patitos vibradores para disfrutar de un baño muy estimulante, hasta un sinfín de vibradores y estimuladores para todas las preferencias, “los más discretos son los que tienen forma de barra de labios y se pueden llevar en el bolso”. No obstante, para quienes no les importe la discreción, están los vibradores más potentes que llegan a estimular el clítoris y el punto G. El más curioso: ‘el realista’, una réplica exacta del pene de un hombre que se adhiere a cualquier superficie para que la mujer se pueda balancear encima.

La última parada es la lencería. Disfraces de enfermera, de policía, mallas de rejilla... ‘La maleta roja’ o ‘Tentaciones’, el consumidor elige con qué quiere ampliar sus horizontes sexuales. No obstante, el mayor estimulador no es un ‘icebreaker’ o un disfraz pecaminoso, sino la imaginación y las ganas de disfrutar del sexo.
 

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