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OPINIÓN - MARTES, 1 DE MARZO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS POLÍTICO

G de gaviota & G de garrapata

Por Nuria de Madariaga


Odia el diablo la sagrada hostia?. ¿Les gusta a determinados elementos del Partido Popular ser impunemente flagelados?. Mi reflexión deriva de la lectura de un articulo titulado “La gaviota” aparecido en un diario de esta ciudad, artículo cuyas peyorativas fulminaciones contra quienes acudieron a celebrar los diez años del PP en el poder, no dejan lugar a dudas sobre el enfrentamiento político que la autora mantiene contra el Gobierno. Y menos dudas aún sobre la abierta hostilidad que pregona hacia los votantes populares que acudieron al evento.

Un escarnio en toda regla, a saber, los allí presentes, culpables tan solo de seguir una determinada opción política eran, según expresiones de la furiosa periodista : “los militantes de los que siempre ‘echa mano’ el partido, antiguos socialistas-gilistas, desfenestrados del Gobierno, el grupo que aupó Don Pedro y entre los pasillos se colaban quienes buscan el pan nuestro de cada día” eso sí, añade piadosamente que “los arrastrados” tienen sus disculpas. ¡Curioso contingente de invitados al acto!

¿Y quienes predominarían? ¿Los hambrientos del “pan nuestro”, los “desfenestrados” o la mayoría de “arrastrados”?. La autora del articulejo en cuestión me ha hecho experimentar un gran desasosiego social porque, de ser cierto lo que ella relata, aquello, más que un acto conmemorativo era una especie de parque temático de la ignominia con invitados arrastrándose y reptando en busca de algún despojo orgánico para saciar sus hambres caninas. Eso sí, la periodista “disculpa” a esa muchedumbre de desheredados políticos que se diría que llegaron al acto del PP en una patera, huyendo de la pobreza y de las calamidades. Por eso el artículo se llama “La gaviota” porque, cuando irrumpieron los “arrastrados” en La Muralla, iban desesperaditos a ver si le echaban mano al pájaro para ponerlo en la parrilla y darse un festival gastronómico. Será que los voraces prefieren las carnes jugosas con sabor a pescado del ave marina antes que la desazón crujiente de mascar una garrapata. De hecho, a la periodista no quisieron comérsela, iban en pos de la otra, de la gaviota lozana.

¿Qué murmuran?. ¿Qué si la autora del despectivo artículo, pese a sus burdas pinceladas de sarcasmo, estaba allí, en el acto, parasitando a la gaviota y agarrada a su plumoso sobaquillo?. Claro, de donde hay se puede sacar, pero de donde no hay no se saca, por pura física cuántica, me aclaren, ¿han oído en alguna ocasión que a una reseca garrapata se le aferre un parásito al sobaco para nutrirse? Nunca. Pero se palpa que, la periodista que perdona a los arrastrados, siente un alto desprecio por imperativos éticos como la coherencia y la gratitud, ya que, los huevos del ave marina en cuestión, aportan nutrientes básicos y proteínicos al medio de comunicación que constituye el medio de vida de la encarnizada enemiga de los colegas de la gaviota.

Colegas que, por cierto, andan-andamos, huerfanillos de partido político, porque allí, en ese acto plagado de pateristas, hambrientos y villanos de la peor catadura, no se habló del PP, añade la que subsiste entre los plumones del sobaco de la gaviota : “Mejor, que no, no hay partido ¿O es que ustedes creen que existe?” La verdad es que, creer profundamente, aparte de en Dios, en nuestros principios y valores y en los españoles, nosotros no creemos acérrimamente en nada, vamos, en nada que sea relativo-relativista.

Pero menos aún creemos en que sea saludable andar por la vida política aquejados de una especie de enfermizo “Síndrome de Estocolmo” y expuestos al virus letal de las garrapatas que no es otro que el virus de la “porcojonitis”. ¿Sintomatología? Un ejemplo clínico: “Ustedes me favorecen y me apoyan y yo les insulto y les desprecio ‘por cojones’ y entonces ustedes se asustan y me favorecen y apoyan aún más, sin atreverse a enfrentarse, víctimas medrosas de la “porcojonitis”, ¡arrastrados! ¡babosos!”.

¿Qué preguntan echando mano al Vademécum y al Ayurveda? ¿Qué si existe una vacuna contra la “porcojonitis”? Pues casualmente sí y se extrae de la proteína de los huevos de la gaviota y se llama “darporculitis”, el mecanismo biológico se basa en que, la “darporculitis” pone en peligro las fuentes de nutrientes específicos de la “porcojonitis” y este microorganismo acaba falleciendo por desnutrición.

Otro ejemplo clínico ilustrativo (en caso de dudas consulte a su médico o farmacéutico) quienes se encuentran aquejados por la “porcojonitis” presentan la sintomatología de tratar de ridiculizar el resultado de las encuestas nacionales ironizando sobre el “término de la victoria: Vivas”. ¿Y quienes aplauden a Vivas? Los que ayer aplaudieron a GIL. Imperdonable. ¿Y quienes aplauden hoy en las encuestas nacionales al Partido Popular y le dan la mayoría? Pues una gran parte quienes le dieron la mayoría al PSOE. Y esa es la libertad implícita en el ser humano : la de acertar, la de equivocarse y la de rectificar. A eso se le llama libertad para evolucionar y la evolución es imparable. Y todos tenemos ese derecho, incluso los “arrastrados” que acudieron a La Muralla, “las maris” que adoran a Vivas más que a Jesulín (comparación despectiva, al Presidente tan solo le adoran “las maris” ¡nivelón!) y también el inexistente y extracorpóreo PP, reencarnado en pulcra gaviota. Y precisamente los rigurosos hábitos higiénicos de nuestra alada amiga, son los que pueden dar al traste con las aspiraciones de la garrapata, de hecho un pájaro aseado no puede tener parásitos ni en la ingle ni en los sobacuelos, porque eso trasciende y ¿Qué dirían sus amistades? Sería quedar mal por quedar mal.
 

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