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sucesos - MIÉRCOLES, 2 DE MARZO DE 2011


La magistrada del Juzgado de lo Penal.

III SESIÓN DEL JUICIO SOBRE SUPUESTA DENUNCIA FALSA DE ABUSOS SEXUALES A UNA MENOR
 

El informe de la menor en el caso de denuncia falsa de abuso sexual “está mal hecho”

El psicólogo judicial, no obstante, cree que los documentos presentados en el juzgado “no son falsos” y asegura que la psicóloga imputada “se dejó llevar por el momento”

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La representante del Ministerio Fiscal y el letrado de la acusación particular pusieron ayer en tela de juicio la veracidad de la denuncia interpuesta por una mujer contra su ex marido por supuestos abusos sexuales a la hija menor del matrimonio. Causa que quedó archivada y que ayer otra vez veía la luz sentando en el banquillo de los acusados no sólo a la madre de la menor sino también a la psicóloga de la niña, quien en su informe profesional afirmaba tajantemente que la menor había sido víctimas de esas conductas sexuales. Informes que el psicólogo judicial afirmó “estar mal hechos” aunque dudó de su falsedad.

Dos mujeres fueron sentada ayer, por tercera vez, en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal por el delito de denuncia falsa que les imputaba tanto la representante del Ministerio Fiscal en la ciudad como el letrado de la acusación particular, abanderada por el ex marido de una de las imputadas. Por tales delitos, la Fiscalía pide un año de prisión y una multa de 6.000 euros para cada una de las procesadas mientras que la acusación particular solicitó dos años de cárcel y 7.200 euros de multa.

Los hechos tuvieron su origen en una denuncia planteada el 25 de julio de 2003 por una de las acusadas hacia su ex marido, al que imputaba abusos sexuales a su hija menor de edad y fruto del matrimonio. Causa que ante los tribunales quedó archivada después de que la investigación y las pruebas practicadas por el forense a la menor determinasen que la misma no había sido víctima de tal vulnerabilidad. Sin embargo, el procedimiento veía ayer de nuevo la luz aunque de manera contraria, sentando a la madre de la menor y la psicóloga que la trató en el banquillo de los acusados para que diesen cuenta de cómo se diagnosticaron tales conductas delictivas y si a la menor la habían inducido a efectuar tales declaraciones que iniciaron el primer procedimiento, que quedó archivado.

Justamente en la sesión de ayer, que dio por concluido el juicio después de tres citas, declararon como testigos el médico forense y el psicólogo del juzgado, cuyos análisis fueron determinantes para que el juez decretase el archivo de la causa contra el padre, y para que, en esta ocasión, ambos profesionales evaluasen la veracidad de esos informes aportados por la madre de la menor.

El médico forense señaló que en la exploración realizada a la menor se observó una cicatriz de “pocos milímetros” en la región torácica, cuya autoría la madre de la menor lanzaba sobre el progenitor con un cigarrillo. Sin embargo, el profesional señaló que dicha cicatriz no era “típica de un cigarro” y que en su entrevista con la niña “no había indicios de ningún tipo de maltrato físico ni de abusos sexuales” aunque añadió que podía haber “tocamientos que no dejan señales”. Para finalizar su intervención ante el tribunal, el forense constató que en su revisión de la menor !no había lesiones genitales, ni postillas no pruebas físicas de abusos sexual” además de aclarara que la niña “estaba normal, ni cortada, cohibida o negada”.

Para cerrar el interrogatorio, subió al estrado el psicólogo del juzgado que por aquella fecha examinó y entrevistó a la menor, y en este procedimiento analizó los informes presentados por la madre y la psicóloga de la niña, sentadas ayer en el banquillo de los acusados por supuesta denuncia falsa y falsedad documental, además de calumnias e injurias sobre el padre de la menor.

Sobre los informes aportados a la causa inicial, el profesional no dudó en afirmar que estaban “mal hechos al no responder a la lex artis, careciendo de rigor metodológico, sin ajustarse a un informe psicológico forense para presentar en un procedimiento judicial”. Pero al mismo tiempo que el testigo hizo su evaluación profesional sobre la forma de los documentos también añadió que no creía que “fuesen falsos”. Por ello, y como juicio de valor, el experto aclaró que la psicóloga, imputada en la causa como cooperadora de la madre, “se ha dejado llevar por la emoción del momento para ayudar haciendo un informe precipitado en el que faltan muchas pruebas”.

Durante su análisis, el psicólogo dedujo que la menor había sufrido la “monitorización de la fuente”, es decir, que los relatos que había ofrecido sobre esos supuestos episodios sexuales se los podía haber aprendido a través de “terceras personas, experiencias vividas o canales como la televisión, internet o cualquier medio”. Y a preguntas de la magistrada sobre si había sido la madre la que habría inducido a la menor puesto que esta así lo refería esta, el forense señaló que “podía ser que la madre sólo le repitiese que contara toda la verdad ante quien fuera, no que la hubiera convencido”.

Para concluir el interrogatorio, el psicólogo judicial diagnosticó que en dichos informes “se ve la falta de objetividad” y que a la psicóloga “o se le extralimitó en sus funciones o hubo demasiada buena fe o demasiada inocencia”.
 


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