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melilla - JUEVES, 3 DE MARZO DE 2011


Antonia López García, Ana Santos y Mª Jesús Ramírez. melilla.

reconocimiento
 

La Ciudad reconoce la labor de tres empleadas del Centro Asistencial

“De todos estos años no hay nada malo que destacar, sólo hemos pasado muy buenos ratos”, decía una de las homenajeadas
 

MELILLA
Rosario López

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y la consejera de Bienestar Social, Mª Antonia Garbín, homenajearon ayer a tres mujeres trabajadoras del Centro Asistencial por sus años de dedicación tras haberse jubilado recientemente, lo que aún no se creen, después de tanto tiempo. Sus nombres son Antonia López García, Ana Santos Priego y Mª Jesús Ramírez Méndez.

Ana Santos nos contaba que este homenaje “ha sido una gran alegría, una gran sorpresa porque yo no me esperaba esto, he sido muy bien acogida en mi trabajo, al que he dedicado 42 años, para mí ha sido un encanto trabajar con los niños, en la casa cuna, en el Centro Asistencial”. Es por ello que “me da mucha pena jubilarme”, de hecho “aún creo que estoy de vacaciones, porque 42 años son toda una vida y he recibido mucho de ellos”, nos aseguraba.

Antonia López, por su parte, decía que “ha sido lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, he tenido ratos malos, pero más buenos que malos. He estado con ancianos, con niños, 29 años muy feliz, he tenido muy buenas compañeras, nos hemos llevado muy bien”, nos contaba emocionada, bromeando con que “Mª Antonia Garbín y el presidente nos han dado las gracias por lo bien que nos hemos portado”.

La tercera homenajeada, Mª Jesús Ramírez, relataba que ahora “realizaremos una vida de ama de casa, vienen unos años más tranquilos. Yo he estado trabajando con los niños también 27 años, nos han dado mucho cariño, hemos tenido nuestros ratos buenos y malos, pero ha sido nuestra casa”, destacando que “el Centro Asistencial hace muy buena labor” y “seguiré yendo por allí”, aunque también reconoció, pese a que de cierta pena jubilarse que “es una felicidad llegar ya a esta edad”.

De todos estos años, “no hay nada malo que destacar, hemos pasado ratos muy buenos, los niños nos han dado mucho cariño, aunque ahora ha cambiado todo, antes éramos como padres para ellos”, nos aseguraba Ramírez, comparando con que “ahora hay más educadores y se han repartido más el trabajo”.

Con el paso del tiempo, nos contaron que han recibido la visita de niños que ya están casados y con hijos, pues “hemos criado muchos, hemos sufrido muchos problemas con ellos y hemos llorado mucho con ellos”, nos relataron emocionadas. Es el sentir del deber cumplido.
 

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