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cultura - VIERNES, 18 DE MARZO DE 2011


blanca oteyza. cedida.

ENTREVISTA / Blanca Oteyza, actriz
 

«Si uno se confía creyendo que conoce al máximo su personaje, la función estará muerta»

El Teatro Auditorio del Revellín acogerá hoy y mañana la obra ‘Por el placer de volver a verla’ en la que la actriz comparte escenario con su marido, el actor argentino Miguel Ángel Solá
 

CEUTA
Paulina Rodríguez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Atiende de forma rápida el teléfono. Llama la atención su simpatía arrolladora y esa predisposición a hacerte partícipe de las grandes pasiones de su vida: la actuación y su familia. Se sabe afortunada porque ha tenido la oportunidad de compartir vocación y escenario con alguien a quien admira... y que además es su marido, Miguel ángel Solá. . Decidió marcharse a Argentina buscando ese “amor al arte” y junto a eso también encontró a su mayor cómplice. A pesar de llevar muchos años sobre las tablas mantiene la ilusión y los nervios de una principiante, el público debe entrar en la historia y esa misión corresponde a los actores. Fue un placer charlar con ella, como a buen seguro que será ‘Por el placer de volver a verla’.

Pregunta.- ¿Qué tiene ‘Por el placer de volver a verla’ de especial?’

Respuesta.- Es una obra preciosa, llena de humor y de ternura. Son escenas en las que nos podemos sentir identificados. Llevamos un año y medio representándola y tiene unas críticas maravillosas. La gente sale conmovida.

P.- ¿Qué representa Nana en esa historia?

R.- Nana es madre ante todo. Y está llena de inquietudes y temores. También es divertida y muy preocupada de su hijo. Tiene sueños y está llena de vida. Es simple en el mejor de los sentidos y se da cuenta que uno de sus hijos, Miguel, será el que necesite una mayor atención. Hemos conseguido que las madres se sientan identificadas.

P.- ¿En su vida también se puede aplicar?

R.-No lo había pensado de forma consciente pero mis allegados me dicen que me parezco bastante (risas). El director ha conseguido que esta madre pase por todos los momentos típicos, te puede llegar a sacar de quicio pero a la vez es una figura imprescindible.

P.- ¿Puede llegar a cansar un personaje?

R.- No, a mí Nana no me cansa. Es como si me cansara de conocerme día día. Los personajes tienen un mundo infinito. No puedo decir que conozca todos los matices de Nana, apenas estoy empezando a descubrirla. Los personajes de largo recorrido, al menos para mí, suponen un gran enriquecimiento.

P.- ¿Por qué tiene tan buena fama entre los actores el teatro?

R.- Es actuación en estado puro. Para el actor es un riesgo y un desafío todas las noches. Es tan artesanal que cualquier noche puede ser diferente. Ningún público es igual y cada noche manejas diferentes energías.

P.- ¿Permanece ese cosquilleo de los primeros tiempos?

R.-Sí, por supuesto, y no se me pasan hasta pasados unos minutos desde el inicio de la función. Si no sigues escuchando al personaje y te confías creyendo que ya lo conoces de memoria, la función estará muerta.

P.- ¿Tiene algún tipo de ritual antes de subirse al escenario?

R.-No soy supersticiosa pero sí que tengo fé. Tengo velas en el camerino y una preparación mental.

P.-¿Reconforta estar con alguien tan cercano como ocurre en vuestro caso?

R.-Desde luego. Miguel y yo amamos el teatro y compartir esa pasión es maravilloso. Además de obras de teatro, hemos hecho radio y televisión juntos. También cine y tenemos una productora por lo que nos gusta mucho trabajar en equipo. Somos una pareja privilegiada, en ese sentido. Es un verdadero lujo actuar con alguien como Miguel Ángel Solá.

P.- ¿Por qué decidió marcharse a Argentina a finales de los 80?

R.- Por curiosidad. Allí hay una gran tradición de buenos actores y culturalmente siempre me atrajo. Fui a conocerla y me quedé ocho años. En Argentina descubrí más que mi vocación, que ya la tenía, el amor al arte. El teatro es muy respetado allí.

P.- ¿El público no lo valora tanto en España?

R.- El actor de teatro no está desprestigiado pero la popularidad no te la va a dar. Ya es una elección personal, yo no me dedico a esto por popularidad. El teatro aporta otras cosas. Pero es curioso que haya gente que acuda al teatro para ver a un actor que sale en la tele, pensando que va a interpretar al mismo personaje. Eso ha pasado, por ejemplo, con Carmen Machi al abandonar Aída.

P.-Al margen de esta profesión-pasión, ¿cómo pasa el tiempo libre?

R.-¿Qué tiempo libre? (risas). Me encanta estar con Migue, ir al cine, salir con mis hijas, pasear a mis perros, leer... Me gustan las cosas de lo más cotidianas, estar con mi familia, con mi madre. El tema de las giras en teatro es complicado y cuando no no actúo por la noche, prefiero quedarme en casa. La vida me ha dado a personas muy importantes.
 

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