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OPINIÓN - VIERNES, 18 DE MARZO DE 2011

 
OPINIÓN / ANALISIS POLITICO

“El pan nuestro da cada jueves…”

Por Nuria de Madariaga


Ayer “le tocó” convertirse en diana a Urbaser y sobre la empresa cayeron las fulminaciones. Tal y como lo expresaron parecía una realidad aún más calamitosa que la de aquella desventurada empresa llamada “Ciudad Limpia” de cuando el sr. Aróstegui era Concejal de Hacienda, allá por los años ochenta.

Como todos y cada uno de los jueves del mes acudimos ayer a la convocatoria de la Coalición Caballas, levemente más motivados ya que, al haberse publicado los tres primeros puestos de la candidatura esperábamos presenciar algo interesante, motivador y positivo de boca del número dos Fatima Hamed, acompañada por Mohamed Alí que es el número uno.

Nuestro gozo en un pozo, nada nuevo bajo el sol, como Fatima no estaba se procedió al periódico ritual de “las críticas juevosas”, es decir, correspondientes a ese día de la semana. Hicimos apresurados pronósticos: “¿De qué abominarán esta vez?” De acuerdo, ayer “le tocó” convertirse en diana a Urbaser y sobre la empresa cayeron las fulminaciones. Tal y como lo expresaron parecía una realidad aún más calamitosa que la de aquella desventurada empresa llamada “Ciudad Limpia” de cuando el sr. Aróstegui era Concejal de Hacienda, allá por los años ochenta. Època del sentido eslogan: “Si quiere que su pueblo esté limpio y hermoso vote a Fructuoso”, a lo que la desdichada empresa a quien Aróstegui se negaba a pagar las facturas por nosequé enfrentamiento con la renovación, respondía entre lloros: “Si quiere que los de la limpieza acaben muertos de hambre y en el foso, sigan votando a Fructuoso”.

¡Que espantosa odisea la de “Ciudad Limpia”! Así las criaturas tuvieron que acudir a la Justicia a litigar y la broma le costó a los ceutíes, algunos años después, cientos de millones de las antiguas pesetas, pero con todo y con eso jamás se llegó a compensar moralmente las fatigas y las penalidades por las que Aróstegui hizo pasar a los de la empresa. Posteriormente aconteció el desembarco de Urbaser y Ceuta resplandece para todos menos para los agrios miembros de la Coalición Caballas que califican el servicio como “caro” y hacen todo tipo de alusiones a “agujeros negros”, rectifico, acusan directamente y no por medio de alusiones a la empresa de ser un “agujero negro”. ¡Que curiosa sincronización! Parece que esta Coalición descubre aberraciones y maldades, que jamás denuncian ante los Juzgados, cada siete días, con un sentido del ritmo encomiable. ¿Y por qué no convocarán los miércoles o los viernes? No. Ya tienen “el cuerpo hecho” a alargarse los jueves a realizar acusaciones y no les gustan las novedades.

Ni las novedades, ni los “importados”, ni Juan Vivas, ni El Pueblo de Ceuta, ni el Partido Popular, ni la muchedumbre caudalosa de racistas convictos y confesos, ni las reuniones en el Ulises, ni los empleados de Correos a quienes presumen malas intenciones, ni los de la Televisión Pública, ni los caballos de la Hípica y ahora no les gusta la limpieza, ni la recogida de basuras, ni las veces que se baldea cada calle, ni los empleados de la limpieza porque algunos tienen más de un empleo. ¡Qué mezquindad! Cuando una criatura tiene que reventarse con dos trabajos no es porque tenga instinto de japonés, sino porque le hace mucha falta.

Críticas y sospechas. Pero, eso sí, con buen tono, con moderación y de forma cívica, primaban las buenas maneras.

No obstante, dentro de las abominaciones contra Urbaser y las exigencias de municipalización, no se pararon un poco en soterrar los contenedores, reciclar a tope y azuzar a Medio Ambiente para que lleguen los ceniceros urbanos. No. Venga “criterio de rentabilidad social” “han sospechado siempre que detrás de las contratas de basura hay dinero para todos”. ¡Que suerte!. Puede hasta que sea el dinero por el que gemían y suplicaban los pobrecillos de “Ciudad Limpia” cuando Aróstegui reciclaba los papeles de las facturas arrojándolas a la papelera. ¡Hambrientitos!.

Por lo menos ahora, entre agujero y agujero y la casa sin auditar (me contestan que nunca han exigido una auditoría de Urbaser, es decir, que no han empleado la exigencia debida caso de estar seguros del “dinero para todos”) al menos parece existir una cierta prosperidad y los de Urbaser no han tenido que pedir justicia en los Tribunales demandando a los morosos como las infelices víctimas de “Ciudad Limpia”.

“El pan nuestro de cada jueves…” Es decir, la acometida dialéctica con la consistencia y la sutilidad de un chusco de pan y el título de “malos-malosos” de esta semana ha recaído sobre… ¡Urbaser!.

Les parecerá a ustedes una reflexión digna de Torrente y un ensalzamiento de la mamarrachería, pero les digo que existe el Derecho Consuetudinario, es decir, la costumbre como fuente del Derecho y llegará un momento, a fuerza de reiteraciones semanales, que para ser “alguien” en esta ciudad se tendrá que pasar necesariamente por el elegante requisito sociopolítico de ser insultados un jueves en la sede de la Coalición Caballas y los ceutíes se pelearán por ser el sujeto de la fulminación semanal, ya saben, por aquello de las categorías. De otra cosa no sabré pero de análisis y de marketing estoy muy puesta y el tiempo me dará la razón.
 

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