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                     Lo que nos faltaba, y eso que no 
					hemos entrado, de lleno, en la campaña electoral. Pero ahora 
					es cuando empiezan a salir a la arena esas cosas que, a lo 
					largo de los meses, se van guardando, “se silencian”, o se 
					acusan “por lo bajini”, para que aflore, con toda su fuerza, 
					cuando es un momento desde el que se puede dar alguna 
					solución, además de hacer el daño que se busca, en muchas de 
					estas ocasiones. 
					 
					Cuando el sindicato acusa a la consejera de manejar “ a su 
					antojo” el ICD, no sé si está dando plenamente en la diana, 
					pero los tiros no se están desviando mucho, o eso es lo que 
					parece, desde fuera. 
					 
					Porque hay una cosa clara, el ICD funciona, no mal, sino 
					peor y ha pasado de ser una institución que nació para 
					abordar, promover y llevar el deporte por el recto camino, a 
					una institución en la que se refugian muchos apadrinados, 
					por alguno de los políticos de turno. 
					 
					A veces pienso que hay quien debe estar haciendo sus cábalas 
					para llegar a la conclusión de que, con un padrino “de medio 
					pelo” no le faltará un puesto en el ICD, y si el padrino es 
					de más talla, a lo mejor, incluso, le hacen responsable de 
					alguno de los polideportivos. 
					 
					Por cierto, y saliéndonos del tema ¿Conoce Kissy 
					Chandiramani el problema de Santa Amelia?. Por si le sirve 
					de base, no hay un solo empleado, de los que están en los 
					polideportivos, que no tenga algo que decir de Santa Amelia. 
					Podría enterarse la señora consejera, porque los sueldos de 
					ahí y todo lo que rodea a Santa Amelia también se sufraga 
					con dinero público. 
					 
					Y vuelvo al problema, o enfrentamiento de FSP-UGT con la 
					señora consejera, a la que, también se acusa de crear en el 
					ICD plazas “sin consignación presupuestaria y sin 
					negociación”. 
					 
					De ser eso así, en voz alta yo tendría que decir, otra vez, 
					“¡Qué mala suerte tiene el bueno de Larita, el que se ha 
					tenido que marchar de Ceuta, para ir mal viviendo fuera, sin 
					que aquí haya encontrado un padrino que le hiciera un sitio 
					en el ICD”!. 
					 
					De todos es sabido que no soy dado a hacerme eco de las 
					denuncias de los sindicatos, porque siempre he creído que 
					los sindicatos van a lo suyo, y los temas serios los tocan 
					si es que pueden sacar algo para hacerse más fuertes, para 
					tener más fondos o para tener más peso en las instituciones. 
					 
					Pero aquí, la FSP de la UGT no se queda en simplemente 
					“amagar”, llega más lejos y ya ha solicitado la dimisión o 
					el cese inmediato de la consejera de Juventud, Kissy 
					Chandiramani, basándose no en la ineficacia, que podría 
					basarse en eso, sino en como lleva y maneja el ICD, a su 
					antojo y capricho. 
					 
					Si levantara la cabeza el bueno de José María Rodríguez 
					Portillo, al que se negó que su nombre fuera en el nuevo 
					polideportivo, estoy seguro que diría:” No sé para qué hice 
					tantos viajes y me traje un modelo nuevo para el deporte de 
					Ceuta con el IMD”. 
					 
					Lo que son las cosas, aquel trabajó, esquivó alojarse en 
					hoteles de cinco estrellas, no hacía uso de los restaurantes 
					caros, porque él iba en plan de trabajo y si cuando iba por 
					su cuenta no visitaba esos lugares, al ir a cargo del 
					Ayuntamiento no consideraba ético hacerlo. 
					 
					Eran otros tiempos y como en botica, en el Ayuntamiento, 
					también entonces había quien pasaba de todo, cosa que no 
					creo que suceda con la consejera, que pase, lo que sí creo 
					es que el ICD es un traje demasiado bonito y le queda un 
					poquito grande a la señora Chandiramani, especialmente 
					cuando hay que entrar en los asuntos calientes y que pueden 
					traer algún dolor de cabeza. 
					 
					Las elecciones están cercanas, Juan Vivas va a volver a 
					ganar, de sobra, y no estaría mal que en el ICD apareciera 
					alguna cara nueva con otro talante, pongamos por caso. 
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