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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE MARZO DE 2011

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Josefina R. Aldecoa
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Maestra de maestros, escritora y pedagoga, Josefina Aldecoa siempre defendió otra manera de enseñar. Criada en los valores de la Institución Libre de Enseñanza, de Francisco Giner de los Ríos y otros, siempre defendió una educación basada en la libertad y el respeto al alumno. Plasmó estos preceptos en la creación del Colegio Estilo (1959) en Madrid. Fue todo un atrevimiento en la España franquista y frente a un sistema que pesaba como “una losa”.

El innovador centro educativo se ha quedado huérfano al fallecer su fundadora a los 85 años en Mazcuerras, localidad cántabra donde vivía desde hace años, aquejada de una larga enfermedad degenerativa.

Nació como Josefina Rodríguez Álvarez en la localidad leonesa de La Robla (1926). Allí tuvo sus primeros contactos con las directrices de Giner de los Ríos. Su madre y su abuela habían sido maestras, y ella escogió el mismo camino. “Mi madre era maestra en la República y para mí sigue siendo el proyecto educativo más importante que ha habido en España, basado en el respeto al alumno, en la libertad, en la cultura y en todas las cosas que a mí me gustan”.

La educación que fomentaba era aquella que respeta al niño. “Por encima de todo, sea cual sea la profesión que elija, está el enriquecimiento cultural que debe acompañar al proceso de formación desde el principio. En ningún caso hay que programar a un niño para que sea lo que el padre o maestro quieren, sino tratar de ayudar a descubrir y desarrollar aquello en lo que destaca”.

Maduró estas ideas tras pasar por la facultad de Filosofía y Letras y Doctorarse en Pedagogía en la Universidad de Madrid. Comenzó a frecuentar el Café Gijón, donde conoció al escritor vitoriano Ignacio Aldecoa con el que se casó en 1952 y cuyo apellido adoptó: “Discutimos siempre apasionadamente, compartimos descubrimientos y escritos. Vivimos la Literatura de modo desmesurado en esa España siniestra”, recordaba.

Durante esa época también cambió experiencias literarias con Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santo, y Ana María Matute, último premio Cervantes. Este grupo formó la brillante Generación de los 50, marcada por una escritura realista y dura. Una generación que, según Aldecoa, sería despreciada con posterioridad. “Nuestra vida estuvo marcada por la guerra y la represión”.

Publica su primer libro en 1960, un año después de la creación del Colegio Estilo. “El arte del niño” es un compendio de su tesis doctoral y los principios que quería recuperar. Un año más tarde publica una colección de cuentos: “A ninguna parte”…

En 1983 volvía a la literatura con “Los niños de la guerra” e inició una profusa producción memorialística… Siempre se jactó de haber equilibrado muy bien la literatura y la docencia en su vida. “Ambas me han dado satisfacciones y disgustos”.

En los noventa comenzó una trilogía autobiográfica: “Historia de una maestra (1990), “Mujeres de negro” (1994) y “La fuerza del destino” (1997)… su última novela “Hermanas” la publica en 2008.

Entre los muchos reconocimientos que recibió, detaca en 2005 la “Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio” y un año más tarde se le otorgó la medalla del Oro de las Bellas Artes…

Con motivo de mi obligada retirada del mundo de la enseñanza, a finales de Junio de 2002, mi amigo y compañero, Gregorio Basurco, me regaló dos libros escritos por maestras: “Historia de una maestra” de Josefina R. Aldecoa y “Diario de una maestra” de Dolores Medio, lamentando no haber encontrado ningún libro escrito por un maestro. ¿Existiría? Él, Gregorio, me invitaba a que yo, libre de mis cotidianas obligaciones, me dedicara a escribir mis memorias.

Y, de inmediato, me puse manos a la obra, con mucha ilusión y escasos recursos económicos. Mi primera aventura fue “Vivencias de un maestro I”, a la que continuó, en la misma línea, “Vivencias de un Maestro II”, para finalizar la trilogía con “Un antes y un después” (2004; 2006 y 2007). Libros muy lejos de los de las escritoras Josefina R. Aldecoa y Dolores Medio. Pero, creo que llenarían de satisfacción a mi gran amigo y compañero Gregorio.

Del libro de Josefina R. Aldecoa he seleccionado, de las págs. 32 y 33, unos magníficos párrafos, ejemplares para todos aquellos que nos dedicamos a la enseñanza o nos hemos dedicado:

“Todos los días, antes de acostarme, escribía a la luz de la vela, mi Diario de Clase: He dividido a los niños en tres grupos. Los que no saben ni las letras. Los que están torpes en lectura y escritura, pero ya van sabiendo dominar estos mecanismos y, por último, los que leen y escriben con cierta soltura. Mientras unos trabajan en cálculo y los otros hacen ejercicios de lenguaje, los más atrasados trabajan directamente conmigo. Estoy empleando el método de la lectura por la escritura y me da buenos resultados.

Luego voy cambiando de actividad: enseño a contar a los últimos, hago leer en voz alta al grupo intermedio y los más adelantados escriben una redacción. Después del recreo, la última hora de la mañana hago una explicación para todos de temas muy elementales, un día de Ciencias, otro de Geografía, otro de Historia…

Nunca han oído estos niños una explicación sobre el lugar que ocupa la Tierra en el Universo, Europa en la Tierra, España en Europa. Creo que ni siquiera están seguros del punto de España en que se encuentran. Les entusiasma el descubrimiento de los movimientos de la Tierra, al paso del día a la noche, la marcha de las estaciones”…
 

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