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OPINIÓN - MARTES, 29 DE MARZO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Tertulia en la terraza del Hotel Ulises
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Los lunes son días muy desagradecidos. Sale uno a la búsqueda de tema para la columna o bien para la miscelánea semanal, y se encuentra con un panorama desolador. Menos mal que hay lunes gloriosos. Lunes en los que hay personas que hacen posible que el columnista consiga ganarse el jornal.

El jornal de este principio de semana se lo debo al delegado del Gobierno: José Fernández Chacón. El mejor delegado del Gobierno que jamás haya tenido Ceuta. Y me atrevo a decir que pasarán muchos años antes de volver a tener la suerte de contar con una persona que viva siempre dispuesta a que el Gobierno de la nación beneficie a esta ciudad, en cuanto le sea posible.

El delegado del Gobierno y un servidor nos tropezamos en la plaza de los Reyes, a esa hora vaga de mediodía. Él iba con Sergio Moreno y, tras los saludos de rigor, acordamos tomar el aperitivo en una terraza céntrica: la muy celebrada del Hotel Ulises. Y allá que nos encaminamos hablando de ese extraordinario edificio que se ha inaugurado en la barriada Parques de Ceuta.

Un edificio que estará dedicado íntegramente al servicio de las mujeres. La obra hará posible que esa barriada adquiera un protagonismo que redundará en su beneficio. Máxime cuando a pocos metros del conocido como edificio de Ibarrola, se va a erguir otro que acogerá en su seno la Jefatura Superior de Policía.

Apenas transcurridos unos minutos de nuestra llegada a la terraza del Hotel Ulises, en día donde la primavera se muestra ya exhaustiva, se suma a la conversación Karim Bulaix y Olga, mujer encargada de defender los intereses del Ulises por encima de todo lo habido y por haber.

A partir de ese momento, es decir, de la llegada de los propietarios del hotel, la conversación toma unos vuelos extraordinarios y nos pasamos tres horas deliciosas. Lo cual demuestra que es posible pegar la hebra durante tanto tiempo sin que haya ni siquiera ocasión para bostezo alguno.

La charla permite que todos los reunidos tengamos la oportunidad de expresar lo que creamos convenientes, lo que nos dé la gana, y hasta somos capaces de comportarnos como si estuviésemos sometidos a la voluntad de un moderador inflexible.

José Fernández Chacón, utrerano pasado por el tamiz de un Cádiz señorial, se muestra en todo su esplendor como contertulio. Y se le escucha atentamente. Y nos hace pensar en que es una pena que deba marcharse de una ciudad tan necesitada de dirigentes como él. Pero la política es así.

Karim Bulaix, de quien escribí lo que escribí cuando era candidato a la presidencia de la Cámara de Comercio, me oyó hablar de las razones que tuve para ponerme contra él en aquel entonces. Y Olga, tan importante en la vida de Karim, también anduvo atenta a mis explicaciones, mientras Sergio Moreno disfrutaba del ambiente reinante.

En suma: que este lunes, cuando estaba estrujándome las meninges para encontrar un tema del cual escribir, tuve la suerte de hallarme con José Fernández Chacón cuando éste caminaba hacia la Delegación del Gobierno. Y, al verme, decidió cambiar de idea e invitarme a compartir con él el aperitivo en la terraza del Hotel Ulises. Sitio privilegiado. Un acierto, sin duda, que me ha venido de maravilla.
 

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