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					La espera tocó a su fin ayer. La Cruz del Papa y el Icono de 
					María llegaron ayer a Ceuta para ser recibidos por cientos 
					de personas en el Muelle España. Estos símbolos de la 
					juventud, confiados por el Papa Juan Pablo II, permanecerán 
					en la ciudad 48 horas aunque el tiempo será muy bien 
					aprovechado. Tras el acto de acogida, los emblemas llegaron 
					al Santuario de la Virgen de África. Tras esta celebración 
					se realizó un pasacalles así como una ofrenda de flores y 
					velas en la Plaza de los Reyes. El obispo de Cádiz y Ceuta, 
					Antonio Ceballos Atienza, presidió todos los actos, así como 
					el presidente de la Ciudad, Juan Vivas. 
					 
					Un fluir incesante de personas se dirigía ayer, pasadas las 
					17:00 horas, hacia el Muelle España. Todos para vivir un 
					“día histórico”, como lo expresó el obispo de Cádiz y Ceuta, 
					Antonio Ceballos Atienza. Llegaban dos símbolos para la 
					juventud cristiana confiados por el Papa Juan Pablo II. Por 
					primera vez, la Cruz del Papa y el Icono de María visitaban 
					Ceuta.  
					 
					Culminaba, por tanto, una larga espera. Meses previos de 
					preparación, y mucha ilusión, para que todo saliera a la 
					perfección. La Cruz llegaba desde Cádiz, donde ha 
					permanecido los últimos ocho días, a bordo de un barco. Una 
					vez en tierra las canciones y los aplausos se mezclaron a 
					partes iguales. Además del obispo, al acto de recibimiento 
					acudió el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, acompañado de 
					la consejera de Cultura, Mabel Deu. Asimismo, también 
					quisieron vivir este momento el vicario de Ceuta, Francisco 
					Correro Tocón junto a representantes de la Iglesia.  
					 
					Juan Vivas se mostró muy satisfecho con la llegada de la 
					Cruz a Ceuta, un momento que consideró “todo un lujo”, por 
					lo que representaba para tantas personas.  
					 
					Por su parte, el obispo, además de explicar la trayectoria 
					de este símbolo de la juventud, hizo hincapié en la “ocasión 
					única” que se estaba viviendo en Ceuta, además de resaltar 
					que no era “una Cruz cualquiera” porque “a su paso se han 
					sucedido las conversiones de los jóvenes que han encontrado 
					su camino”.  
					 
					Por ello, el obispo invitaba al pueblo ceutí a que 
					“acogiera” la Cruz en una ocasión “única” para los jóvenes y 
					las familias cristianas. Además, Monseñor Ceballos recordó 
					los problemas por los que atraviesa la juventud española 
					como son el paro, las drogas o la violencia. 
					 
					Tras este acto de acogida, los símbolos fueron procesionados 
					hasta el Santuario de la Virgen de África. No obstante, la 
					cofradía de ‘La Amargura’ con casa de hermandad en el Muelle 
					España, quiso rendir tributo a la Cruz y salió recibirla, 
					con su hermano mayor a la cabeza, Raúl Moya, acompañado de 
					su banda de música.  
					 
					Ya en la Iglesia de África, los jóvenes se convirtieron en 
					protagonistas absolutos de esta celebración. Junto a las 
					canciones, se vivieron otros momentos ‘mágicos’ y nunca 
					mejor dicho porque el acto contó con la colaboración del 
					‘Mago Gonzalo’ quien realizó algunos trucos de magia, 
					siempre haciendo hincapié en las palabras que mejor 
					representan la llegada de la Cruz: tolerancia, solidaridad y 
					amor. La ciudad autónoma disfrutará del acontecimiento. 
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					Más de 70 de voluntarios implicados para que todo salga a la 
					perfección en las próximas horas 
					Sólo había que echar un vistazo a 
					las caras de los numerosos jóvenes que ayer recibieron a la 
					Cruz del Papa. Era un momento ansiado por todos pero, 
					especialmente, por los voluntarios que en las últimas 
					semanas han preparado a fondo todo el itinerario que va a 
					desarrollarse en Ceuta. Uno de ellos, el joven Everio 
					Ampliato Gómez, realizó un pequeño discurso de bienvenida en 
					donde declaró que la Iglesia estaba “más viva que nunca”, 
					además de afirmar que los “jóvenes estamos dentro de ella”. 
					Gómez tuvo unas palabras de recuerdo al Papa Juan Pablo II, 
					“futuro beato” para reconocer el regalo tan grande que había 
					supuesto para la juventud los dos símbolos que ayer llegaban 
					a Ceuta. Pero además, muchos otros jóvenes expresaron lo que 
					sentían en ese momento a través de canciones y cánticos 
					alegres. El más escuchado en el día de ayer fue el llamado 
					himno conmemorativo. Palabras que resumen el sentir general, 
					“Yo construyo mi vida en Cristo, en él tengo mi raíz”. Hoy 
					tienen previsto una convivencia juvenil, un acto más de los 
					numerosos organizados hasta la despedida de estos emblemas.  
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