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                     De momento, el “libro electrónico” 
					(e-book), en nuestro país, está paralizado. Se habla mucho 
					de él y, desde hace tres años, casi nadie posee uno. El 
					mercado prácticamente es nulo. Apenas existen en español. 
					 
					Es conveniente poseer un lector de libros electrónicos (e-reader 
					o tableta), dispositivo que permiten comprar, descargar, 
					almacenar y leer libros digitalizados. Cuestan alrededor de 
					200 euros. 
					 
					Ventajas del “e-book”: a) La pantalla es opaca y no cansa la 
					vista; b) Es mucho más ligero que un libro; c) Permite 
					cargar cientos de títulos; d) Es muy apropiado para llevarse 
					varias lecturas a un viaje; e) La batería dura mucho tiempo; 
					f) Tiene salidas de audio, por lo que permite escuchar 
					música mientras se lee. 
					 
					Desventajas: a) Es más impersonal que un libro impreso; b) 
					Apenas existe catálogo en español, ni mercado de compra de 
					“e-books”; c) Como hay poca oferta, los precios son 
					excesivos; d) Es imprescindible saber (y querer) leer en 
					inglés; e) Es difícil encontrar buenas novedades de 
					escritores hispanoamericanos y españoles. 
					 
					El mayor portal español de búsqueda y venta de “e-book” es 
					Libranda, fundada por siete de los grandes grupos 
					editoriales de nuestro país, entre los que se encuentran 
					Planeta, Santillana, SM… No venden directamente al público, 
					sino que actúan de intermediarios entre las editoriales y 
					las tiendas online, ofreciendo servicios de gestión. 
					 
					“Entre tabletas y e-readers, en España tenemos unos 250.000, 
					cuando en EE UU ya se han vendido 13 millones”, explica la 
					Directora General de Libranda, quien de nuevo informa que 
					“el año pasado vivimos la fase de negociar los derechos, 
					hablar con agentes literarios, empezar a digitalizar, pasar 
					los textos al formato estándar... Ahora la oferta empezará a 
					crecer”, subraya. Y deja un dato para la esperanza: “En dos 
					meses, enero y febrero, hemos vendido más que en todo el año 
					pasado junto”. 
					 
					Todos critican, además, que el sistema para comprar, 
					descargar e instalar libros electrónicos es complicado, 
					sobre todo para las personas mayores y los que no tienen 
					unos ciertos conocimientos de informática. 
					 
					Una encuesta realizada en Febrero –que demuestra que España 
					no es una excepción- por la Asociación Internacional de 
					Editores y publicada por la web Future Booth, muestra que el 
					impacto del libro electrónico en Europa es mínimo: el 
					mercado del “e-book” supone un 0,5% de las ventas totales en 
					Francia; un 1% en Alemania; un 0,2% en Italia y un 1,6% en 
					España (en Libranda rebajan este porcentaje al 0,1%). 
					 
					Los editores están haciendo su trabajo: según una encuesta, 
					una de cada cuatro editoriales españolas espera 
					comercializar en versión digital más de la mitad de sus 
					catálogos en 2012. “Lo más positivo es que los editores han 
					decidido andar este camino y lo están haciendo con firmeza, 
					realizando todo el trabajo de catalogación y digitalización, 
					que no es barato. Dentro de poco habrá un gran incremento de 
					la oferta”. 
					 
					Los libreros están de acuerdo en que de todos modos, el 
					camino será lento: “En España hay todavía una serie de 
					cuestiones sin resolver de diversidad de formatos, asuntos 
					legales, etc. Pero todo lo que sea ampliar el espectro 
					lector nos parece bien”. 
					 
					En la actualidad, el “e-book” es un producto estadounidense. 
					Allí representa el 8% de las ventas totales de libros, según 
					datos de la Asociación de Editores Americanos, y ha 
					experimentado un crecimiento muy rápido desde 2009, cuando 
					sólo suponía un 3%. 
					 
					Al frente, Amazon.com, la librería online más grande del 
					mundo y su Kindle (lector), con cerca de 8 millones de 
					unidades vendidas, según la consultora IDC. A finales del 
					año pasado, esta compañía comunicó que ya vende más libros 
					electrónicos que de tapa dura. Sin embargo, el volumen de 
					negocio –el precio del ebook es bastante más bajo– era 
					todavía muy inferior. 
					 
					Amazon tiene previsto desembarcar en España este mismo año. 
					Muchos consumidores piensan que será la panacea que 
					impulsará al e-book. Otros creen que será un operador más 
					que no aportará un cambio cualitativo. Su marketing es 
					magnífico, pero la realidad de los datos desmiente su 
					importancia. En algo sí coinciden los expertos: “pase lo que 
					pase, el libro de papel no desaparecerá”. 
					 
					Conviene tener en cuenta que en EE.UU. el libro electrónico 
					cuesta entre un 50% y un 70% menos que el de papel. En 
					España esta reducción es de apenas el 30%. Además, el precio 
					está muy condicionado por el IVA, mientras que el libro de 
					papel es de un 4%, el electrónico está sujeto a un 18%. Una 
					diferencia que muchos consideran absurda. La razón es que la 
					legislación europea incluye la compra de libros digitales 
					dentro del comercio electrónico, al que no puede aplicarse 
					el tipo “súper reducido” del que gozan los libros de papel. 
					Es una incoherencia que haya tipos de IVA distintos para un 
					mismo producto, aunque se vendan en distintos soportes. Una 
					rebaja ayudaría muchísimo a fijar precios más baratos y 
					dinamizar el mercado. Llegará el momento que se pueda hacer. 
					Habrá que esperar. 
					 
					Comentaba las excelencias del libro electrónico con un amigo 
					en mi misma situación de retirado de la docencia, y mostraba 
					su poco entusiasmo por el “e-book”. Tendrá que transcurrir 
					mucho tiempo para que pueda competir con nuestros clásicos 
					libros. Y apuntaba: “Su introducción en la escuela sería de 
					gran éxito, ya que los estudiantes los llevarían en los 
					bolsillos. Y en el caso de los alumnos del primer tramo, se 
					verían liberados de la pesada carga para transportarlos”. 
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