PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 6 DE ABRIL DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

El general La Cerda
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El que yo haya dicho repetidas veces que veo poca televisión, y que la poco que veo es para ver al Madrid, a Nadal, la Feria Taurina de San Isidro y la Asociación Deportiva Ceuta, o una película adecuada a mis gustos, ni es para darme pote de que me paso la vida leyendo ni tampoco para demostrar mi desafecto por un medio en el cual los hay que se pasan las horas muertas delante de la pantalla y hasta darían media vida por aparecer en ella.

No obstante, en algún momento ha llamado mi atención el anuncio de una serie televisiva y no he dudado en prometerme que la vería. Así, exigiéndome voluntad, en ocasiones he conseguido darme la satisfacción de ver la serie completa. De modo que mediante esa disciplina, les puedo asegurar que aún no me he perdido un solo capítulo de ‘La República’; serie que viene dando la 1. Y que, como no podía ser menos, está generando polémicas. Pues los hay que vienen poniendo el grito en el cielo al acusar a los mandamases de la televisión de volver a recordar historias de un pasado que solamente les interesa a las personas mayores de 60 años. Y, de paso, la serie ha recibido las críticas desde amplios sectores de la derecha española y parece ser que el Partido Popular está estudiando a ver de qué manera le pueden decir de todo a Alberto Oliart, presidente de RTVE.

Yo no tengo 60 años, sino setenta y dos. Y admito que la serie me agrada. Me agrada sobremanera porque sé las dificultades que debe entrañar darle vida a ese momento crucial de ‘La República’ que fue el fallido golpe de Estado que intentó Sanjurjo desde Sevilla. Visto, principalmente, a través de la familia de un marqués y que cuenta con unas tierras donde los caseros forman parte primordial de la trama.

Uno, que no se cansa de leer la Historia de España, sigue acudiendo a los libros donde se cuenta la vida de ‘La República’: sus aciertos, sus errores, y cuanto dio de sí un régimen que generó grandes ilusiones y acabó provocando un conflicto social, político y militar, que desembocó en una Guerra Civil, en la que hubo una cifra mareante de muertos. Pero dejaré la tragedia a un lado, pues ya viví sus consecuencias en la niñez, para contarles algo que se me vino a la memoria mientras veía el capítulo del lunes pasado. El que se refiere al fallido golpe de Estado de Sanjurjo y de cómo monárquicos y falangistas tratan de unirse a fin de salvarles la vida a los implicados en el golpe que han sido detenidos. Por cierto, Azaña, el hombre que ha sido siempre tenido en el ejército cual si fuera Satanás, fue quien hizo todo lo posible y más para que el general Sanjurjo no se viera frente a un pelotón de fusilamiento.

A lo que iba: que mientras asistía al revolcón entre Jesús y Mercedes, en plena era, se me vino a la memoria el nombre del primer hippie que hubo y que bien podría formar parte de cualquier secuencia de la serie. Se llamaba La Cerda. Y era un general que participó en el complot. Y el informe que recibió Azaña de él, por parte de los militares afectos a la República, decía lo siguiente: “La Cerda es incapaz y loco. Un desastrado, hasta en el vestir. Tiene una finca en la sierra de Ávila, en Las Navas. El general practica el naturismo y se pasea desnudo por el pinar. A cierta distancia va el asistente advirtiendo a los veraneantes: “Apártense, que viene el general en cueros”. El general, como pueden ustedes comprobar, vio claro que el futuro estaba en Ibiza. Todo un visionario.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto