PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 10 DE ABRIL DE 2011

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 4

Francisco Martínez Racero, director general de Relaciones Institucionales, está en el Hotel Tryp esperando a Francisco Márquez de la Rubia, cuando yo llego a mi cita de los lunes al establecimiento. Lo primero que hago, como no podía ser de otra manera, es felicitar a Martínez Racero por la medalla de oro al mérito profesional en las Relaciones Industriales y Ciencias del Trabajo, que le fue concedida hace unos días en Granada. En cuanto el consejero de Hacienda y diputado del Partido Popular, FM, hace su aparición, nos ponemos a pegar la hebra. Y así estamos muchos minutos. Hasta que van llegando todos los asistentes a las II Jornadas Jurídicas que se están celebrando en la ciudad. La charla con el diputado fue provechosa, a mi modesto entender. Pues a veces resulta más que necesario hablarle sin tapujos a quienes suelen vivir en otro mundo. Cuando dejo de charlar con Márquez, comienzo a hacerlo con Fernando Tesón y María Teresa Troya. A quienes les recuerdo siempre el aprecio que les tengo.

Martes. 5

Llevo muchos años siendo cliente del Hotel Tryp. De la misma manera que lo he sido, y lo soy, del Hotel Parador La Muralla. Suelo llevarme muy bien con los empleados de ambos establecimientos. Y, cuando alguno tiene el menor contratiempo, mi preocupación es sincera. En esta ocasión, llevaba varios días sin ver a Alí Habib: jefe de comedor del Tryp. Y, tras preguntar por él, me han dicho que ha sido operado de una hernia inguinal. Alí es un magnífico profesional. Pero es, por encima de todo, una estupenda persona a la que yo estimo muchísimo. Estima que se ha ganado durante los muchos años que nos venimos tratando. Por consiguiente, he decidido dedicarle estas líneas a mi amigo Alí Habib. Quien, por ser lector fijo de cuanto escribo, tengo la certeza de que las va a leer. Y, como amigo tuyo que soy, hazme el favor de hacer una recuperación tan rápida como buena para que cuanto antes estés en el comedor dispuesto a charlar conmigo de todo cuanto se encarte. Un abrazo.

Miércoles. 6


Me entrevisto con Ángel Muñoz en su despacho. El gerente de este medio y yo repasamos la actualidad. Y coincidimos en que hay personas que tienen una tonelada de resentimiento y de mala intención. Y a las que ya habrá tiempo para cargarles en sus tarjetas visa las respuestas a las canalladas que vienen cometiendo porque sí. Me despido de Ángel y me reúno con Carlos Méndez, arquitecto nacido en Camas, pueblo sevillano donde nacieron ilustres toreros, y comemos acompañados por dos amigos. La conversación transcurre por cauces culturales. Y sale a relucir el escritor Antonio Domínguez Ortiz: uno de los grandes historiadores españoles, autor de ‘España. Tres milenios de Historia’. Y, claro está, salen a relucir en la sobremesa las culturas ibéricas. Y, cómo no, sobresale la de Tartesos, cuyo apogeo coincidió con los siglos VII-VI a. J. Carlos dice que su área se circunscribía al valle inferior del río Betis o Tartesos, hoy Guadalquivir, incluyendo la ría de Huelva, donde se han localizado yacimientos importantes ligados a la explotación de las minas de plata, hierro y cobre. Llegamos a la conclusión siguiente: que el área de influencia de Tartesos fue muy amplia, incluyendo casi toda Extremadura, parte de la Mancha y toda la costa mediterránea del sureste. En fin, que por una vez, aunque sin que sirva de precedente, en la sobremesa no se habló ni de Xavi Hernández, ni de Cristiano Ronaldo, ni de… Iker Casillas. Así da gusto.

Jueves. 7

Ha sido un día muy fructífero para mí. En principio, porque me ha sido posible mantener una conversación con Nuria Van den Berghe. Es la segunda vez que hablo con ella. Y me he sentido bien. Me ha transmitido, como se suele decir ahora, buenas vibraciones. Nuria es abogada con muchas horas de vuelo y gusta de fajarse con quienes a ella le apetece. Lo cual, cuando uno tiene la oportunidad de conocerla, le parece lo más normal del mundo. Nuria lleva ya su tiempo escribiendo en este periódico. Pero, desde hace unos meses, lo hace cada día y además está viviendo en la ciudad. Es muy valiente y trata de decirle al pan, pan, y al vino, vino. Así que no tiene el menor inconveniente en meter en sus escritos el coño conversacional que tanto estudiaron Sánchez Ferlosio y Cela, y que es quizá la palabra más usada del castellano, actualmente. Sobre todo por las mujeres. Quién lo iba a decir hace nada que una mujer fuera capaz de usar un lenguaje de carretero con tan buen son. Nuria Van den Berghe ha conseguido, en unos minutos de charla, ganarme para su causa.

Viernes. 8

Ayer jueves, amén de haber pegado la hebra con nuestra compañera Nuria Van den Berghe, tuve la oportunidad de encontrarme con Emilio Barrientos y Francisco Gómez. Emilio es portavoz del sindicato de enfermería. Pero no es de su cometido actual de lo que yo quiero hablar hoy, tras estar hablando con él casi una hora, sino de la época en que siendo él casi un niño tuve a bien darle la oportunidad de jugar en Segunda División B, en el campo de la Balompédica Linense. Oportunidad malograda por una lesión que se produjo apenas habían transcurridos veinte minutos del partido. Emilio, como he comprobado otras veces, se mostró afectuoso conmigo y no dudó en decirle a su amigo Francisco, una y otra vez, lo muy agradecido que sigue estando a la confianza que yo deposité en él como jugador. Y lo mejor del caso, y que a mí me sigue causando satisfacción, fue oírle contar todos los pormenores que se dieron aquella semana en la cual yo le di la mejor noticia de su vida deportiva: el domingo juega usted con el primer equipo de su tierra, en la Línea de la Concepción.

Sábado. 9


Salgo a comprar este periódico en una gasolinera cercana a mi domicilio y me encuentro con Félix Jiménez, ‘El Maño’. Y, tras los saludos de rigor, nos ponemos a recordar épocas pasadas. Y allá que nos trasladamos a los años ochenta, cuando El Maño llegó a esta ciudad y se quedó en ella para siempre. Félix se puso al frente, tras trabajar en varios sitios, de un bar, rotulado con su sobrenombre, sito en la calle Méndez Núñez. Y allí estuvo hasta que un día decidió arrendarlo. Con El Maño he pasado yo ratos extraordinarios. Porque siempre fue un tipo educado, amable, y desprendido. Hoy, tras contarme por encima todo lo que ha vivido en Ceuta, me dice que sigue enamorado de esta tierra. De la que se enamoró en el preciso momento en que arribó a ella. Mientras le oigo contar sus vivencias, aprecio que El Maño refleja en su cara el entusiasmo que le produce hablar de Ceuta. Pues bien, cualquier día, un niñato saldrá echándole en cara a El Maño que presuma tanto de una tierra en la que no le nacieron.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto