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sociedad - DOMINGO, 17 DE ABRIL DE 2011


juan carlos aznar. archivo.

ENTREVISTA /JUAN CARLOS AZNAR, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE HERMANDADES Y COFRADÍAS
 

Juan Carlos Aznar: «Esperemos
que la climatología acompañe, estamos a mitad de abril»

Siempre hay que elegir el camino más
corto entre la salida, la estación de
penitencia, la carrera oficial y el regreso
 

CEUTA
José Manuel Rincón

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Ceuta, Juan Carlos Aznar analiza en EL PUEBLO la situación de la Semana Santa en la cudad; habla del Consejo, de su trabajo, de los preparativos y de los problemas de cada año, sus soluciones, su visión. A partir de hoy, Domingo de Ramos, se abre paso a la Semana Mayor de Ceuta, la Semana de Pasión donde las Cofradías de Ceuta sacan lo mejor que tienen para ponerlo en valor en la calle. Son los garantes de una tradición ancestral que perdura en el tiempo aunque con la compicación añadida de que se pasa por una época con escasez de costalería, algo que no se repetía desde hacía años. Un asunto que ha de saber resolveerse.

Pregunta.- Estamos a tres semanas del Domingo de Ramos. ¿Son días de mucho trabajo?

Respuesta.- La verdad es que sí. La Mesa del Consejo, el esfuerzo más grande que tiene que realizar viene en los dos meses previos a la Semana Santa. Una vez que pasa el pregón ya nos queda esperar al Domingo de Ramos y participar en las salidas procesionales de todas las hermandades. Pero, nuestro trabajo fuerte es en estos días, y este año se multiplica por dos porque hemos organizado dos espectáculos, buscando lo mejor para el mundo cofrade de Ceuta. También ha complicado bastante el hecho de que tendrán su desarrollo en el Auditorio del Revellín.

P.- ¿Cuántas personas están implicadas en estas tareas?

R.- La Mesa la componemos seis personas, y cada uno tiene su respectivo trabajo, por lo que nos quedan pocas horas para dedicar a los asuntos del Consejo, que vienen a ser las últimas de la tarde y primeras de la noche.

P.- Cuando da comienzo la Semana Santa, ¿qué papel juega el Consejo a partir de entonces?

R.- Hay que tener en cuenta que previamente ya se ha hecho un trabajo al respecto, como es recoger todas las sugerencias de las hermandades sobre sus salidas penitenciales y sus cultos. Eso lo tenemos que encajar dentro de los días de la Semana Santa, porque una de las principales funciones del Consejo, recogida en el reglamento diocesano es que la Mesa del Consejo marca la hora de paso por la carrera oficial de todas y cada una de las hermandades. Para no hacerlo de forma unilateral, consensuamos las peticiones de cada una. Si existe solapamiento de horarios, intentamos mediar para que cada uno de los implicados ceda para que no haya cortes en la carrera oficial. Ese es un trabajo que comienza en el mes de diciembre, y una vez que se confecciona el programa de salida, ya no hay más que hablar al respecto, todo está encajado. También atendemos cualquier modificación sobre los recorridos, siempre y cuando no afecte a las demás cofradías.

P.- ¿Hay muchas peticiones de las hermandades sobre sus recorridos?

R.- Una cosa está clara, las cofradías quieren estar más tiempo en la calle, siempre. Y más aún, en la carrera oficial. Damos el tiempo que consideramos que es necesario para pasar. También suele haber algunos pequeños cambios sobre salir más tarde, al anochecer, especialmente quienes llevan un paso de palio porque salir con las velas apagadas de día no luce. Si se trata de un cambio de itinerario, hay que estudiarlo mucho porque cuesta mucho trabajo coordinar que no se crucen cofradías con otras en ningún sitio de su recorrido. En el momento en que hay dos hermandades que confluyen en un punto, hay que darles sus tiempos de paso para que no lleguen a la vez al mismo lugar. Es complicado. No suele haber cambios importantes, el programa es casi igual de un año para otro. La última gran modificación fue el año pasado con el cambio de día del traslado del Medinaceli al sábado y su salida en el Lunes Santo. Si alguna hermandad quiere cambiar de fecha, hace falta un cabildo general del Consejo y pasaría a ser la última en salir con el nuevo día elegido, porque hay un protocolo que se debe cumplir.

P.- A las seis de la tarde del Domingo de Ramos sale la primera cofradía. ¿Qué significa para ustedes?

R.- Principalmente, nuestro papel pasa a fiscalizar que cada hermandad cumple lo que se ha establecido en el programa. También estamos pendientes de todo lo que signifique coordinar la organización con distintos servicios públicos de la Ciudad, como la Policía Local, la limpieza viaria del recorrido, presencia de posibles obstáculos que haya que retirar, contenedores de basura. También estamos en la representación del palco en la Gran Vía todos los días. Puramente dedicado a las hermandades, estar pendientes a cualquier situación que pudiera surgir; los diputados de día se encargan de controlar el horario del paso de las cofradías por la carrera oficial y por la Catedral. Normalmente, solemos quedarnos hasta que todas las hermandades están recogidas en sus sedes por si surgiera un problema.

P.- Ha comentado antes que son seis los componentes de la Mesa del Consejo. ¿Para todas estas actuaciones también?


R.- Pues sí, somos los mismos. Desde el Viernes de Dolores ya estamos inmersos en la tarea con la organización del Vía Crucis. Ya no paramos hasta el Domingo de Resurrección. Ya he comentado que, cada día, uno de nosotros es responsable del palco de la carrera oficial; pero tenemos la costumbre de repasar el recorrido de las cofradías de cada jornada con la suficiente antelación de tiempo como para poder corregir cualquier contratiempo que pudiera existir como un cable caído, un contenedor que dificulte el paso… todo eso lo miramos. El sábado iremos al traslado del Medinaceli; el domingo estamos ocupados desde por la mañana con el Obispo y por la tarde con la Pollinica. De ahí, todos los días muy ocupados. Y lo hacemos con satisfacción porque queremos que la imagen que haya de nuestras hermandades en la calle sea la mejor posible.

P.- Por lo que está diciendo, interpreto que ustedes aparte de no descansar, se quedan todos los días hasta muy tarde.


R.- Cuando ya ha finalizado la carrera oficial, cuando han pasado todos los desfiles procesionales, intentamos acompañar a todas las hermandades hasta sus respectivas recogidas. Si no es posible ir juntos por diferencia de hora o por distancias entre unas y otras, nos separamos por grupos. El caso es que durante todo el recorrido, la hermandad pueda tener cerca de alguien de la Mesa para lo que pudiera necesitar. En el caso de que no ocurran incidentes, nosotros no intervenimos para nada.

P.- ¿Se tiene en cuenta la antigüedad de una hermandad de penitencia en el cortejo de las procesiones?

R.- Sí. La más antigua de cada día es la que elige la hora de paso por la carrera oficial, siempre y cuando sea una hora congruente. A partir de ahí, se van encajando en el recorrido las demás. No se puede pedir salir a las tres de la tarde y entrar en carrera oficial a las doce de la noche. Es más, siempre hay que hacer el camino más corto entre la salida, la estación de penitencia en la Catedral, el paso por la carrera oficial y el regreso.

P.- ¿Siempre es el camino más corto?


R.- Debe serlo. El espíritu de la cofradía es ir por el camino más corto para hacer la estación de penitencia y regresar lo antes posible a su casa, pasando por la carrera oficial. Esto no quiere decir que algunas veces se vaya por la calle de al lado, estar media hora más de recorrido. Hay que comprender que es el resultado del trabajo de todo un año y no es malo estar media hora más en la calle, siempre y cuando no estorbe a las demás.

P.- La Ciudad Autónoma otorga una subvención económica al Consejo de Hermandades para su distribución entre las cofradías. ¿Cómo es el sistema de reparto?


R.- A través de los medios de comunicación, los ciudadanos conocen cada año que se firma ese convenio, que no significa que se reciba el dinero automáticamente, sino que pasa bastante tiempo. También me gustaría comentar que aunque parezca que es una cifra importante de dinero, desde una perspectiva muy optimista diría que puede llegar al diez por ciento del presupuesto del gasto de una cofradía durante todo el año. Indudablemente, la subvención es muy bien recibida y se lo agradecemos a la Ciudad, porque ayuda muchísimo al elevado coste de las bandas para que acompañen a los pasos, pero no llega más allá, no da para más. Si las hermandades no hicieran las loterías, las cruces de mayo, sacrificados durante la feria con las casetas, los belenes y algunas otras cosas más que se ocurran, serían incapaces de llevar esto adelante. Hay que tener en cuenta que el mundo cofrade tiene también una industria detrás donde los precios se han disparado en los últimos años. Conservar el patrimonio es una de las cosas más caras. Si hablamos de la cera, por ejemplo, parecería una tontería decir que un kilo de cera cuesta nueve euros, pero cada cirio puede pesar unos tres kilos. Cada paso de palio lleva una media de setenta candelabros… Si se empieza a multiplicar, se puede comprobar cuánto cuesta salir… Respecto al sistema de reparto, no se hace sin ton ni son. La comisión de economía estudia esa distribución, y se divide en dos partes. La primera consiste en una cantidad fija e igual para todas las hermandades, y una ayuda para la contratación de las bandas de música. Aquí ya se ha gastado entre el cincuenta y el sesenta por ciento de la subvención. El resto de la partida se lo tienen que ganar las cofradías, y me explico. Cada hermandad tiene que aportar una documentación en la que se refleje la vida de hermandad que han hecho a lo largo del año. En base a ello se va puntuando y se obtiene la otra parte de aportación económica. Por ejemplo, se obtienen puntos si se edita cartel propio, si editan boletín informativo, por las obras sociales, por restaurar su patrimonio… Quien recibe dinero de la subvención, primero ha tenido que trabajar. Y otra cosa que me gustaría que constara es que se reparte entre dieciocho cofradías, porque la de la Virgen de África queda aparte de este convenio por ser Alcaldesa perpetua.

P.- ¿Y los gastos del Consejo de Hermandades?


R.- También entran en la aportación de la Ciudad. En total son catorce hermandades de penitencia, tres de gloria y el Consejo, porque con ese dinero se organizan, por ejemplo, los conciertos que hemos programado este año, los carteles, los programas…

P.- ¿Se contentan las cofradías con esta aportación?


R.- En realidad, todos quieren más. Hay que tener en cuenta que se establece el sistema de puntuación con seis apartados diferentes, y el valor económico de cada punto puede estar en unos ochenta euros. Cuantos más puntos se obtenga, más ayuda se recibe. Me gustaría destacar que fiscalizamos mucho la concesión de todas estas ayudas económicas presentando cada año en la Ciudad las cuentas justificadas con facturas originales de los gastos de todas y cada una de las hermandades. Es un expediente enorme porque también aportamos ejemplares de todos los carteles y boletines que se editan, y entre otras, las certificaciones de Cáritas sobre las aportaciones que haya hecho cada cofradía en su parroquia.

P.- ¿Cómo está la relación con el estamento militar este año?


R.- Hemos tenido contactos con ellos para la solicitud de cooperación con alojamiento, como cada año. Hasta ahora, desde la Comandancia General no nos han informado que vaya a haber ningún problema. Respecto a las hermandades que salen acompañadas por unidades militares con las que tienen vinculación, como el Nazareno con la Legión o Buena Muerte con Ingenieros, ninguna ha manifestado que tenga problemas. Imagino que si lo hubieran tenido, ya nos lo habrían comunicado. De todas maneras, el Consejo tiene poco que intervenir en este sentido. La vinculación es entre la cofradía y el estamento militar, y a ellos les corresponde realizar la oportuna petición al coronel de la unidad, a la Comandancia General o al Ministerio de Defensa.

P.- ¿Cómo ven los preparativos para esta Semana Santa?


R.- Con cierta inquietud, me preocupa mucho el hecho de que este año no haya habido la semana blanca y eso pueda significar un éxodo masivo en la Semana Santa. También me preocupa la costalería. Suenan algunas hermandades con ciertos problemas que esperamos que se puedan subsanar. Esto es un problema que se nos escapa de las manos. En Ceuta tenemos lo que tenemos y somos los que somos. No sería de recibo que empezáramos a pensar en traer cuadrillas de fuera para que nos ayudaran a sacar los pasos. Quizás deberíamos pensar si conviene tener tantos pasos en la calle…, no lo sé. Es un problema que viene poco a poco. Hace veinte años también ocurrió este mismo problema y de la noche a la mañana resurgió un importante volumen de costaleros. Ya pensábamos que si iba a ser necesario sacar los pasos de nuevo con ruedas, pero hubo muchas incorporaciones de costaleros que salvaron la situación. Confiemos en que el Señor nos ayude.

P.- Este es un problema que se viene arrastrando ya varios años…

R.- Yo siempre digo que sacar un paso a la calle con una cuadrilla de costaleros no tiene que significar que la hermandad tenga que hipotecarse a esa cuadrilla o a ese capataz. Ese es, quizás, uno de los problemas de la costalería; creer que si ellos no salen, la hermandad no va a seguir viviendo, y no es así.

P.- ¿Están ya consultando las previsiones meteorológicas?


R.- Sí, aunque es pronto. Las primeras noticias son bastante buenas, algunas perturbaciones a principios de la semana, pero el resto de los días serán tranquilos. Hay que tener en cuenta que hablamos de casi finales de abril. Si el tiempo no es bueno entonces…

P.- Cuando se recoja el paso del Resucitado, ¿cuál será su siguiente objetivo?

R.- Termina la Semana Santa, pero empiezan a funcionar las hermandades de gloria. Seguiremos trabajando en ese sentido, y también prepararemos el programa del año que viene, que será el último de esta Mesa del Consejo. Me gustaría poder presentar y proyecto serio y fuerte, bien trabajado y volcado en los pilares de nuestra actuación durante los últimos tres años: formación, juventud y obra social. Especialmente, en la última parte, porque no olvidemos que una parte del dinero que nos dan en la subvención y del que consigue cada hermandad va destinado a obras sociales.

P.- Dígame un deseo para este año.


R.- Me gustaría mucho que las hermandades fueran conscientes del trabajo que lleva consigo organizar y conjuntar el esfuerzo de cada una de ellas para que se vea el reflejo de todas ellas. La Mesa lo hace con gran cariño e ilusión y se encuentra, algunas veces, con cierto rechazo. Me gustaría que se mantenga el lazo de unión y lealtad que existe entre todos los hermanos mayores y el Consejo.
 

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