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                     Aclarando que es gerundio. Dicen 
					que rectificar es de sabios aunque, la verdad sea dicha, 
					rectificar según mi personal criterio es poner bien algo que 
					ha hecho mal, sea sabio o deje de serlo. Así que vamos a 
					rectificar dos errores que cometimos en la entrevista que le 
					realizamos al capitán de la Compañía de Mar, José León 
					Jiménez. 
					 
					El primer error fue darle un nombre que no era el suyo a su 
					hermana, cuyo verdadero nombre es Matilde. Subsanado el 
					primer error vamos al segundo que, por supuesto, queremos 
					dejar igual de claro que el primero. 
					 
					En el salvamento que realizó lanzándose el agua y salvándole 
					la vida a un señor, dijimos que le había salvado la vida a 
					un legionario, cuando la realidad es que le salvó la vida a 
					Luciano Ezquerra Ruiz, vendedor de chucherías, que por le 
					motivo que sea, al parecer, perdió pie y cayó al agua. 
					 
					En aquella época en la que, José León Jiménez, se lanzó al 
					agua para salvarle la vida al mencionado señor, ostentaba el 
					cargo de Sargento de la Compañía de Mar. Por esta altruista 
					acción de arrojarse al agua para efectuar el citado 
					salvamento, siendo claro exponente de las virtudes cívicas 
					que se inculcan a los miembros de las Fuerzas Armadas, 
					recibió las felicitaciones del Capitán General de la 2ª 
					Sección y del Comandante General  
					 
					Así consta en ambos escritos, enviado por las altas 
					instancias militares con fecha 27de julio de 1971. Pero no 
					es sólo esa la felicitación que recibió, José León Jiménez, 
					también recibió otra felicitación con motivo de los auxilios 
					prestados en relación al hundimiento del pesquero “Pedro 
					Juan” 
					 
					Como decía la sabia de mí abuela: parodiando la frase 
					bíblica: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es 
					Dios”. Que no quería decir más, según mi viejita, que a cada 
					uno hay que darle lo suyo. Y si por un casual, uno ha 
					cometido algún error, hay que subsanarlo lo antes posible. 
					 
					Aclarado el asunto y habiéndole dado a cada uno lo suyo, 
					tengo que decir y digo que, después de no se cuántas miles 
					de entrevistas realizadas a lo largo de más de cincuenta 
					años pegándole a las teclas, es la primera vez que cometo 
					dos errores, para mi imperdonables.  
					 
					Igual que la neuronas empiezan a patinarme algunas de ellas, 
					y al transcribir lo que tenía escrito, se me fue el santo al 
					cielo y tuve esos dos errores, que espero y deseo no vuelvan 
					a producirse más. 
					 
					Creo que han quedado subsanados los dos errores, cometidos 
					en la mencionada entrevista. Así que dejamos el asunto y nos 
					vamos a otra cosa mariposa. Otra cosa que no puede ser más 
					que escribir sobre la Semana Santa ceutí, pues ya he dejado 
					claro que esta semana voy a ser bueno.  
					 
					Tan bueno que hasta me voy a olvidar de los chinos de la 
					China y el “chinazo” que nos han pegado en todo el “bebe”. 
					¿Qué “bebes, Andrés?. Una cerveza sin alcohol que es mi 
					bebida favorita. Y ya puestos me acercas, si no tienes 
					inconveniente, una tapita de “cerdo agridulce”. Por favor, 
					ni se te ocurra traerme un “lollito de plimavela”. Que no 
					está el horno para bollos. 
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