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OPINIÓN - DOMINGO, 17 DE ABRIL DE 2011

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Aclarando que es gerundio. Dicen que rectificar es de sabios aunque, la verdad sea dicha, rectificar según mi personal criterio es poner bien algo que ha hecho mal, sea sabio o deje de serlo. Así que vamos a rectificar dos errores que cometimos en la entrevista que le realizamos al capitán de la Compañía de Mar, José León Jiménez.

El primer error fue darle un nombre que no era el suyo a su hermana, cuyo verdadero nombre es Matilde. Subsanado el primer error vamos al segundo que, por supuesto, queremos dejar igual de claro que el primero.

En el salvamento que realizó lanzándose el agua y salvándole la vida a un señor, dijimos que le había salvado la vida a un legionario, cuando la realidad es que le salvó la vida a Luciano Ezquerra Ruiz, vendedor de chucherías, que por le motivo que sea, al parecer, perdió pie y cayó al agua.

En aquella época en la que, José León Jiménez, se lanzó al agua para salvarle la vida al mencionado señor, ostentaba el cargo de Sargento de la Compañía de Mar. Por esta altruista acción de arrojarse al agua para efectuar el citado salvamento, siendo claro exponente de las virtudes cívicas que se inculcan a los miembros de las Fuerzas Armadas, recibió las felicitaciones del Capitán General de la 2ª Sección y del Comandante General

Así consta en ambos escritos, enviado por las altas instancias militares con fecha 27de julio de 1971. Pero no es sólo esa la felicitación que recibió, José León Jiménez, también recibió otra felicitación con motivo de los auxilios prestados en relación al hundimiento del pesquero “Pedro Juan”

Como decía la sabia de mí abuela: parodiando la frase bíblica: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios”. Que no quería decir más, según mi viejita, que a cada uno hay que darle lo suyo. Y si por un casual, uno ha cometido algún error, hay que subsanarlo lo antes posible.

Aclarado el asunto y habiéndole dado a cada uno lo suyo, tengo que decir y digo que, después de no se cuántas miles de entrevistas realizadas a lo largo de más de cincuenta años pegándole a las teclas, es la primera vez que cometo dos errores, para mi imperdonables.

Igual que la neuronas empiezan a patinarme algunas de ellas, y al transcribir lo que tenía escrito, se me fue el santo al cielo y tuve esos dos errores, que espero y deseo no vuelvan a producirse más.

Creo que han quedado subsanados los dos errores, cometidos en la mencionada entrevista. Así que dejamos el asunto y nos vamos a otra cosa mariposa. Otra cosa que no puede ser más que escribir sobre la Semana Santa ceutí, pues ya he dejado claro que esta semana voy a ser bueno.

Tan bueno que hasta me voy a olvidar de los chinos de la China y el “chinazo” que nos han pegado en todo el “bebe”. ¿Qué “bebes, Andrés?. Una cerveza sin alcohol que es mi bebida favorita. Y ya puestos me acercas, si no tienes inconveniente, una tapita de “cerdo agridulce”. Por favor, ni se te ocurra traerme un “lollito de plimavela”. Que no está el horno para bollos.
 

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