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					LUNES. 11 
					 
					Comparto cháchara con el director del Hotel Tryp. Quien se 
					muestra muy dolido por cómo lo he tratado hace dos semanas 
					en este espacio. Y le digo que haría muy bien en no dolerse 
					tanto de una situación concreta cuando él ha sido uno de los 
					personajes que más se han beneficiado de mis escritos. En el 
					momento oportuno aparece Francisco Sánchez Paris y me 
					dice que está celebrando su cumpleaños. Ni siquiera se me 
					ocurre preguntarle cuántos ha cumplido. Sobre todo porque 
					oigo que le dice al camarero que él viene dispuesto a pagar 
					todo lo que se consuma. Y, ante ese gesto desprendido, 
					Sánchez Paris se ha ganado el derecho a que uno hable bien 
					de él. Pero pronto, el todavía jefe de Gabinete de la 
					Presidencia, trata de mostrarse irónico conmigo. Y yo no 
					tengo más remedio que salirle al paso de lo que dice. A 
					Francisco Sánchez Paris, a quien no se le puede negar lo 
					mucho que ha vivido en la política, desde que la democracia 
					se asentó en España, le falta todavía un hervor para 
					entender que una columna no tiene nada que ver con un 
					análisis farragoso. El día que lo entienda, seguramente será 
					hasta capaz de atreverse a escribirla él. Quiero decir la 
					columna, naturalmente.  
					 
					MARTES. 12 
					 
					Hace muchos años que conozco a Mohamed Alí Susi. A 
					quien saludaba todas las mañanas cuando yo escribía en el 
					periódico añejo. Ya que él se ganaba la vida en un almacén 
					de comestibles sito en la calle Antioco. De él, en aquel 
					entonces, la gente hablaba muy bien. Y uno recogía los 
					elogios hacia una persona con la cual, al margen de los 
					saludos, nunca había tenido la oportunidad de conversar. Al 
					cabo de los años, casualidades de la vida, nos tocó ser 
					vecinos en un bloque de la Avenida del Ejército Español, y 
					me ha sido posible comprender por qué Mohamed Alí Susi había 
					ganado fama de ser como es. Es amable, sin estridencias; es 
					educado por naturaleza; da gusto coincidir con él en 
					cualquier momento y apetece conversar de lo que se encarte 
					con alguien tan dispuesto siempre a pegar la hebra. Luego, 
					cuando me ha dado por adentrarme en su vida, con sumo 
					cuidado, he podido enterarme de que es padre de cinco hijas. 
					A las que les ha dado una educación y unos principios que 
					para sí quisieran las familias más encopetadas. Mis sinceras 
					felicitaciones para Mohamed Alí Susi. 
					 
					MIÉRCOLES. 13 
					 
					Comida en El Velero con varias personas a las que aprecio de 
					veras. Del restaurante, o sea de El Velero, no tengo más 
					remedio que redoblar el tambor y, como no podía ser de otra 
					forma, elogiosamente. Celebramos el cumpleaños de Marina; 
					una gaditana que ha conseguido ganarse nuestra confianza. La 
					comida sirvió para alegrarnos la vida durante más de dos 
					horas. Y lo hicimos conscientes de que la ley del buen gusto 
					es contraria a que las señoras digan los años que cumplen y, 
					mucho menos, festejarlos. Lo cual, con todos mis respetos 
					para quienes se aferran a esa norma no escrita, me parece un 
					absurdo. De modo que si agradable fue la comida, qué 
					decirles de la sobremesa. Hablamos de todo un poco. Y 
					acabamos riéndonos de nosotros mismos. Y es que entre 
					gaditanos, pues éramos mayoría en la mesa, si no sale a 
					relucir nuestra guasa es que algo nos falla. Evidentemente.
					Luis Parrilla, José y Mohamed Chaib, le 
					cantamos el clásico cumpleaños a Marina, de manera más 
					afinada y con más sentimiento aún que el mundialmente 
					conocido de la Monroe al presidente Kennedy. Y 
					que cumplas muchos más, Marina.  
					 
					JUEVES. 14 
					 
					Me preguntan por el cierre de El Periódico de Ceuta, debido 
					a que ayer tuve a bien recordar un hecho que acabó siendo un 
					escándalo mayúsculo en esta ciudad y en toda la península. 
					Incluso El País no tuvo el menor inconveniente en enviar a 
					unos de sus mejores corresponsales de guerra, que estaba 
					disfrutando de un permiso, tras llevar ya su tiempo 
					cubriendo la llamada Guerra de los Balcanes, para que diera 
					fe de cómo la Policía Local, con Ángel Gómez a la 
					cabeza, cumpliendo órdenes del alcalde, Francisco Fraiz, 
					alentado por un empresario y político (!) local, precintaba 
					las instalaciones del medio y procedía a desalojarnos a 
					todos los empleados. Quienes me oyen relatar los hechos, así 
					por encima, quieren saber si es verdad que me detuvieron y 
					si en el coche policial me acompañaba José Antonio 
					Alarcón: Director de la Biblioteca Municipal. Y digo que 
					sí. Que fue la única persona que, tras comprobar la 
					injusticia que se estaba cometiendo, un atropello 
					descomunal, se puso de mi parte y ambos le echamos a la 
					situación todo el coraje que estuvo a nuestro alcance. De 
					modo que nos llevaron a Comisaría como si fuéramos 
					delincuentes consumados. Contestada la pregunta, les digo a 
					mis oyentes que no les seguiré contando nada más. Pues 
					quiero reservarme el grueso de lo ocurrido para una próxima 
					columna.  
					 
					VIERNES. 15 
					 
					De Fatima Hamed he escrito yo pocas veces. Lo cual no 
					significa que no siga sus actividades políticas y, mucho 
					menos, que no lea sus artículos. Y debo confesar que me cae 
					la mar de bien. Con Fatima he hablado una vez. Y fue durante 
					un descanso de una sesión plenaria a la cual acudí yo porque 
					así me lo pidieron quienes mandan en este periódico. Pero de 
					eso creo que hace ya más de un año. Lo que sí me acuerdo 
					perfectamente es que nuestra conversación se redujo a 
					ensalzar la intervención que había tenido Mohamed Alí 
					en la primera parte de la sesión. Aproveché el encuentro con 
					FH en el pasillo de la primera planta del edificio 
					municipal, para que ella le transmitiera al que era todavía 
					líder de la UDCE la magnífica impresión que me había causado 
					su oratoria. Fatima, amable, educada y sorprendida ante mi 
					opinión, me dio las gracias y quedamos en vernos en otra 
					ocasión. Incluso creo que le pedí una entrevista. Pues bien, 
					me ponen al tanto de algo que he decido contar porque tiene 
					su interés, y lo sé de buena tinta. Fatima Mohamed, que va 
					como número dos en el partido de Aróstegui, es decir, 
					Caballas, ha contraído el siguiente compromiso: caso de que 
					el partido solamente consiguiera dos escaños, y en vista de 
					que el ya reseñado Aróstegui es el número tres, al mes de 
					haberse celebrado las elecciones, Fatima le cedería su 
					escaño a cambio de convertirse ella en la abogada de CCOO. 
					En suma: Juan Vivas no conseguirá quitarse de en medio a 
					Aróstegui, ni tan siquiera perdiendo éste. Cosas peores se 
					han visto. 
					 
					SÁBADO. 16 
					 
					Cuando escribo son las once de la mañana, y como 
					comprenderán ustedes faltan muchas horas para que comience 
					el primer partido de los cuatro que han de jugar Madrid y 
					Barcelona. Cuatro partidos entre Barcelona y Madrid, en tan 
					corto espacio de tiempo, me parece una locura. De momento, 
					esta noche comienza la semana de pasión futbolística más 
					espectacular de la historia y que concitará la atención de 
					millones de personas alrededor del televisor. El Barcelona, 
					grandioso equipo que tiene cautivado al mundo del fútbol, 
					goza, por tal motivo, de las ayudas milagrosas en momentos 
					decisivos. Cuando, por ejemplo, sus extraordinarios 
					futbolistas, por ser mortales, tienen un mal día, siempre se 
					ve favorecido el conjunto azulgrana por alguna decisión 
					arbitral. Aunque, hablando de milagros, sería injusto no 
					referirse a Víctor Valdés; que los hace en cada partido. 
					Cierto es que, por no ser persona mediática, han tardado lo 
					indecible en reconocerle su enorme categoría. En el Madrid, 
					sin embargo, quienes manejan los medios siguen colmando de 
					elogios a dos futbolistas: Iker Casillas y Xabi Alonso. Como 
					si los demás, entre los que se cuenta Ronaldo Cristiano, 
					fuesen todos prescindibles. Que razón tenía Almunia, ese 
					españolito que se hizo gran portero en el Arsenal, cuando 
					dijo un día que si a él le contaran nada más que sus 
					aciertos y omitieran sus fallos, seguramente sería el mejor 
					portero del mundo. En lo tocante a Xabi Alonso, tengo la 
					impresión de que tiene que ser listo hasta lo impensable; de 
					no ser así, no sería posible que hasta sus errores se 
					enumeraran como aciertos. Una vez más, vuelvo a declararme 
					madridista fetén. Y, naturalmente, quiero que mi equipo gane 
					los cuatro partidos. Pero continúo sin entender las razones 
					por las que Iker Casillas y Xabi Alonso están tan bien 
					apadrinados como para ser sobrevalorados a cada paso. 
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