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					Unión, Progreso y Democracia, en nota de prensa, pidió ayer 
					al delegado del Gobierno, Antonio María Claret, que 
					comparezca públicamente para dar explicaciones a la opinión 
					pública sobre los “gravísimos incidentes” del viernes en el 
					Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).  
					 
					En este sentido, el coordinador de UPyD en Melilla, Emilio 
					Guerra, exigió “garantías plenas” sobre la seguridad de los 
					trabajadores del centro, así como la “detención e inmediata 
					expulsión” del país de los cabecillas e instigadores de las 
					revueltas y actos violentos. 
					 
					Para Guerra, lo acontecido “no son hechos aislados fruto de 
					enfrentamientos entre argelinos y cameruneses como si de un 
					partido de fútbol se tratase y como nos quieren hacer ver”.
					 
					 
					Emilio Guerra instó a la Delegación del Gobierno a “hablar 
					con claridad, ya que los focos de violencia se vienen 
					produciendo desde hace tiempo y la dirección del CETI no se 
					quiso enterar a pesar de las denuncias, en un proceder 
					absolutamente negligente”. 
					 
					“Peligro extremo” 
					 
					UPyD considera “extremadamente peligrosa” la situación en la 
					que están desarrollando su trabajo los melillenses empleados 
					en el CETI, donde soportan toda serie de “insultos, 
					actitudes violentas y presiones de inmigrantes que están 
					campando a sus anchas sin que se tomen medidas efectivas”. 
					“Espero que no tengamos que lamentarnos de más desgracias”, 
					dijo el líder de los upedistas locales, quién criticó la 
					“pasividad y dejadez” de la dirección del CETI, “que tenía 
					perfecta información de intentos de agresión anteriores a 
					trabajadores por parte de inmigrantes y no hizo 
					absolutamente nada”.  
					 
					Investigación 
					 
					Guerra solicitó al nuevo delegado del Gobierno que abra una 
					“investigación exhaustiva” en el CETI, donde dijo “están 
					pasando cosas muy raras últimamente”, ya que unido a la 
					presión que supone los más de 600 internos, se están 
					observando “camarillas o pequeños clanes organizados que 
					pueden estar tras los incidentes”. 
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