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                     En esta ocasión, compartiré con 
					los lectores de este medio de comunicación algunas 
					reflexiones en relación a las críticas totalmente infundadas 
					vertidas por los portavoces de la coalición Caballas contra 
					el Ejecutivo de la ciudad en relación a una decisión 
					legítima adoptada por la dirección de la televisión privada 
					ceutí, Ceuta Televisión, quien decidió la pasada semana 
					finalizar momentáneamente las emisiones del programa 
					dirigido y presentado por Nada Gad, un espacio informativo 
					sobre la actualidad ceutí emitido íntegramente en árabe.  
					 
					En primer lugar, puntualizar que de la misma forma que 
					algunas formaciones políticas de la ciudad decidieron 
					felicitar a Ceuta Televisión por su histórica decisión 
					ahora, que han decidido legítimamente cancelar la emisión de 
					dicho espacio televisivo, correspondería de la misma forma 
					valorar la decisión adoptada por la dirección de dicha 
					televisión y no dirigir sus acusaciones contra un Gobierno 
					ceutí, que en todo momento ha defendido y protegido la 
					libertad de expresión de todos los medios de comunicación de 
					la ciudad y por supuesto, respetado como corresponde en 
					democracia las decisiones adoptadas por los diferentes 
					editores en el libre ejercicio de sus responsabilidades 
					directivas. 
					 
					Por tanto, resulta totalmente inadmisible, que la coalición 
					dirigida por Mohamed Alí y Juan Luís Aróstegui, acuse al 
					Ejecutivo ceutí y en particular, a la portavoz del Gobierno, 
					Yolanda Bel, de censurar las emisiones de un espacio 
					televisivo producido, elaborado y emitido por un medio de 
					comunicación totalmente privado de la ciudad. En este punto, 
					debo recordar a nuestros lectores, que el artículo 20 de la 
					Constitución Española de 1978, aprobada mayoritariamente por 
					el pueblo español, reconoce y protege entre otras 
					cuestiones, el derecho a expresar y difundir libremente los 
					pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el 
					escrito o cualquier otro medio de reproducción por tanto, 
					acusar al Ejecutivo ceutí de tal decisión es acusarlo de 
					actuar en contra de nuestra Carta Magna. 
					 
					Por todo ello y en virtud de las manifestaciones recogidas 
					en diferentes medios de comunicación de la ciudad, solicito 
					a los dirigentes de la formación política a la que 
					pertenezco desde hace más de una década, el Partido Popular 
					de Ceuta, valoren en profundidad la viabilidad de adoptar 
					las acciones legales correspondientes en virtud a estas 
					presuntas acusaciones vertidas por los portavoces de la 
					coalición Caballas puesto que, como militantes de dicha 
					formación ni puedo, ni debo consentir que acusen al Gobierno 
					sustentando por mi partido de cercenar los derechos 
					constitucionales que protegen a los medios de comunicación. 
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