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					La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado 
					sentencia condenatoria contra una mujer a la que imputaban 
					un delito contra la salud pública por el que, de momento, 
					tendrá que hacer frente a tres años de prisión. Y será de 
					momento porque la defensa ha recurrido la sentencia, que 
					deberá ser revisada por el tribunal de la Sección VI de la 
					Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta.  
					 
					Fueron los agentes de la Guardia Civil los que detuvieron el 
					pasado 4 de febrero, sobre las 20:00 horas, a la acusada en 
					el embarque de pasajeros de la Estación Marítima, llevando 
					adosadas a su cuerpo un total de 300 cápsulas de resina de 
					hachís que sumaron un peso exacto de 2.974 gramos, casi tres 
					kilos de la droga. “La vida de mi madre dependía de mí 
					porque necesita ser operada. Viene a España desde Paraguay 
					para conseguir dinero y ahora me encuentro sin empleo y sin 
					papeles”, justificó la procesada en el juicio celebrado el 
					pasado 4 de marzo. 
					 
					Según el relato de la misma, había acordado con un 
					madrileño, al que había conocido limpiando un bar, 
					desplazarse hasta Ceuta, donde estuvo durante tres días con 
					los gastos del viaje pagados por ella misma. Su objetivo era 
					trasladar la sustancia estupefaciente hasta Madrid, donde le 
					pagarían 1.500 euros por el pase de dos kilos de hachís. Sin 
					embargo, en el pesaje de la sustancia intervenida, tanto en 
					las básculas de la Guardia Civil como del perito, arrojaron 
					los casi tres kilos. “Yo no pensaba venderla, sólo 
					trasladarla, aunque no tenía el teléfono del encargado 
					porque todo fue a la prisa por la necesidad urgente de la 
					operación de mi madre allá en Paraguay. Por eso vine y me 
					iba sola, sin pertenecer a ninguna red ni organización”, 
					añadiría la imputada. 
					 
					A este respecto, y como fundamento de la sentencia dictada, 
					la magistrada considera que un “error excusable” no implica 
					que la condenada llevase droga adosada a su cuerpo. Y con 
					respecto al peso de la misma, la jueza advierte que podía 
					haber pesado la sustancia estupefaciente para corroborar que 
					sólo eran dos kilos, frente a los más de tres intervenidos.  
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