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					El senador del Partido Popular (PP) por Ceuta y presidente 
					de la Comisión de Presupuestos del Senado, Nicolás Fernández 
					Cucurull, calificó ayer el episodio de los 9.000 millones de 
					euros que los chinos iban a invertir en las cajas de ahorro 
					españolas de “metedura de pata” y de “espectáculo con 
					efectos negativos en los mercados”. El parlamentario 
					preguntó en la Cámara Alta por este asunto al Gobierno, en 
					nombre del que contestó el ministro de Presidencia, Ramón 
					Jáuregui. 
					 
					El senador del Partido Popular (PP) por Ceuta y presidente 
					de la Comisión de Presupuestos del Senado, Nicolás Fernández 
					Cucurull, calificó ayer el episodio de los 9.000 millones de 
					euros que los chinos iban a invertir en las cajas de ahorro 
					españolas de “metedura de pata” y de “espectáculo con 
					efectos negativos en los mercados”. Asimismo, reclamó a 
					Zapatero que no trate los asuntos económicos “como si fueran 
					un mitin de fin de semana”. Según recoge una nota de prensa 
					de los populares, estas fueron consideraciones dirigidas por 
					el senador ceutí Ramón Jáuregui, ministro de Presidencia, 
					que contestó en nombre del Gobierno, en el pleno del Senado, 
					a su pregunta sobre los ya famosos fondos de inversión 
					chinos.  
					 
					Para ilustrar la cuestión, Fernández Cucurull relató cómo el 
					pasado 13 de abril, en plena gira asiática del presidente, 
					se anunció una inversión de 9.000 millones de euros 
					procedente de fondos soberanos chinos en las cajas de ahorro 
					españolas. Apenas 24 horas después, recordó el senador del 
					PP, un representante del mayor fondo soberano chino 
					desmentía dicho anuncio, asegurando que “los informes 
					carecen de fundamento y no están en consonancia con la 
					verdad”. Tras dicho desmentido, el Gobierno español 
					reconoció que no era correcta la información. 
					 
					En opinión de Fernández Cucurull, “todo este espectáculo 
					tuvo su impacto negativo en la bolsa y los mercados, a los 
					que, en la situación actual, sólo les faltaba que el señor 
					Zapatero y el Gobierno español les ofrezcan este espectáculo 
					de vodevil”. 
					 
					El senador popular consideró que una “metedura de pata de 
					este calibre” no podía pasar desapercibida fuera de nuestras 
					fronteras y explicó a la Cámara que, apenas unos días 
					después, el 19 de abril, la prensa económica internacional 
					ofrecía titulares como “la apuesta china de 9.000 millones 
					de euros en España, perdida en la traducción”, encabezando 
					una noticia en la que, además, se describía a Zapatero, como 
					un “incauto viajero occidental”, y definía su actitud como 
					“política vacua”. 
					 
					El representante de Ceuta en la Cámara Alta aseguró con 
					ironía que todo esto resulta “muy alentador para España, sin 
					duda”. Por ello, hizo una reflexión y reclamó que, “si queda 
					alguien en este Gobierno que esté pensando en el interés 
					nacional y no en su futuro personal inmediato, debería 
					decirle al señor Zapatero que, ni en política económica, ni 
					en las relaciones internacionales, valen para nada sus 
					truquitos propagandísticos, ni sus puestas en escena, sino 
					que, por el contrario, la precipitación y el autobombo 
					pueden acabar perjudicando lo que, de otra manera, podría 
					haber sido una buena gestión”. 
					 
					El parlamentario ceutí del PP exigió al ministro de 
					Presidencia que no recurriese al manido argumento de que 
					quien les critica es antipatriota. Así, insistió en que 
					“nada nos gustaría más que la gestión que estamos comentando 
					fructifique, porque para salir del lío en que este Gobierno 
					ha metido a nuestra economía, una de las claves es 
					solucionar la situación de las cajas de ahorro y que vuelva 
					a fluir el crédito, y para eso es imprescindible captar 
					capital en el exterior”.  
					 
					Fernández Cucurull concluyó su intervención instando al 
					Ejecutivo a que, “en vez de dar tantas clases de 
					patriotismo, deberían practicarlo un poco: y eso significa 
					ser prudente, ser sensato, ser serio, y no dar a una gestión 
					económica internacional de esta importancia el mismo 
					tratamiento que si fuera un mitin de fin de semana del señor 
					Zapatero”. 
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