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OPINIÓN - JUEVES, 28 DE ABRIL DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Jacob Hachuel y Javier López
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Los presidentes de fútbol están tan expuestos a la crítica como a la gripe. Y el presidente que no sea capaz de asumir que sus decisiones puedan ser censuradas, bien le valdría dejar el cargo. En ocasiones, yo les zurré la badana a los dos presidentes que antecedieron a José Antonio Muñoz. Eso sí, casi siempre motivado porque ellos se habían metido antes con Muñoz, para que los aficionados se olvidaran de los malos resultados del momento.

Tampoco he dudado lo más mínimo en poner como chupa de dómine a los integrantes de la plantilla actual de la Asociación Deportiva Ceuta. Recuerdo haber titulado así una columna: “La Asociación Deportiva Ceuta va de mal en peor”. Y tampoco me ha temblado el pulso para decirle al presidente, cuando lo he creído conveniente, en qué se estaba equivocando.

Lo que no entiendo, dado que la temporada no ha finalizado todavía, es que Jacob Hachuel, político perteneciente a UPyD, pida ya que el presidente justifique los gastos por estar el equipo subvencionado. Como si con esa denuncia a destiempo, su partido pudiera salir beneficiado. Con todos mis respetos para el señor Hachuel, a mí me gustaría saber por qué no reclamó lo mismo durante épocas pasadas. Es decir, durante las cinco o seis temporadas anteriores.

Aunque no tengo el menor inconveniente en anticiparle que el presidente de la ADC, José Antonio Muñoz, en cuanto acabe la competición, presentará las cuentas de esta temporada y el estado económico del Club. Para que usted, Hachuel, sepa a qué atenerse. De modo que la espera será corta. Y hará más el presidente: le pondrá fecha a unas elecciones para que los candidatos se vayan preparando. Pues la intención de JAM es estar nada más que dos temporadas en la presidencia.

Ahora bien, el mismo respeto que le profeso a Jacob Hachuel, por más que considere que ha cometido un error mayúsculo pidiendo que se justifiquen unos gastos sin haber concluido aún la competición, no tengo más remedio que decirle a Javier López García de Vinuesa que se le nota que está dejando de ir al psicólogo.

En principio, porque ese valor (!) del cual suele presumir el tal López, por el mero hecho de darle la tabarra a José Antonio Muñoz, bien lo podría haber demostrado cuando le tocaba hacer frente a sus obligaciones laborales. Porque no entiendo que lleve tantos años sin dar ni golpe. Perdiendo el tiempo por la calle, acudiendo a emisoras de radios y escribiendo de fútbol. En suma, aprovechándose de un diagnóstico que le auguraba desquicio si seguía viviendo sometido a la presión que le hacía estar rilado a todas horas. Qué pena, pues, que no haya nadie capaz de revisar la invalidez permanente de este funcionario. Ya que si acusaba canguelo por amenazas, o sea, que se le veía el pánico a la legua, ahora parece haber recobrado la apostura jaque y desafiante, usada, en su día, cuando trataba a los débiles. Lo dicho: Javier López está para no perderse ni una sola sesión de diván.
 

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