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					La Planta de Transferencia del Hacho se encuentra estos días 
					más “tranquila” y aunque no han cesado los intentos de los 
					inmigrantes de colarse en los camiones que transportan la 
					basura a la península no se han producido “avalanchas”. 
					Urbaser ha reforzado la valla y adoptado otras medidas. 
					 
					La Planta de Transferencia de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) 
					del Hacho vive estos días “cierta” tranquilidad, tras los 
					incidentes que la pasada semana dieron lugar a la detención 
					de siete inmigrantes que trataban de colarse en avalancha 
					para acceder a los camiones con destino a la península. La 
					Guardia Civil realizó con posterioridad, según informó EL 
					PUEBLO, un detallado informe acerca de los puntos más 
					“vulnerables” de la planta con el objetivo de buscar 
					soluciones ante la continua presión por parte de los 
					residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
					 
					 
					Por su parte, los responsables de las instalaciones, que 
					gestiona la empresa Urbaser, han adoptado también, según 
					explicaron a este diario, otras medidas, entre ellas, la 
					finalización del cierre de todo el perímetro, que comenzó a 
					reforzarse con la construcción de un muro tras registrarse, 
					en diciembre pasado, la muerte de un inmigrante, Paul 
					Charles, de Camerún, al volcar el camión en el que se había 
					ocultado. A este muro se ha añadido el refuerzo de las 
					vallas, que días atrás habían aparecido de nuevo forzadas en 
					algunos puntos del recinto. Las vallas se han reforzado con 
					un sistema de “tirantas” que “hace más difícil que puedan 
					levantarse en la parte baja”, indican las mismas fuentes. 
					Además de ello, se ha establecido un sistema distinto en 
					cuanto a la salida de los camiones. “En los contenedores 
					cerrados ya es imposible colarse”, explican, mientras que 
					los abiertos se sacan ahora los primeros, y no al revés, 
					como se hacía antes, “así están más controlados y no les da 
					tiempo (a los inmigrantes), de acceder a ellos”. 
					 
					Todo ello ha dado lugar a que, por el momento, la situación 
					sea más “tranquila” en la planta del Hacho, aunque esto no 
					signifique que el problema se haya erradicado: “Más 
					tranquilo significa que hoy (por ayer) sacamos a tres de la 
					planta, pero al menos ya no se han vuelto a dar avalanchas”, 
					concluyen. 
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