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					Fué un mazazo, y lo sigue siendo. Conduciendo de Mérida a 
					Sevilla. La llamada de Susi Santacreu me dejó atónito, sin 
					palabras, sin razón, sólo quedó el gesto de estupor. Sin que 
					la mente encontrara excusas para poder engañar al corazón y 
					decir eso de que ya estás con Dios Me contaron de la 
					entereza de Carmen, y la de tus hijos.  
					 
					Te ví por última vez en la toma de posesión de Pepe Faura, 
					en Regulares. Tan risueño, tan cariñoso como siempre, tan 
					amable, tan bien,... te dije abrazándote: “eres como el 
					osito de Mimosín”, y reímos. Leo y releo tu dedicatoria en 
					el libro de pintura con tu exquisita caligrafía cervantina, 
					los buenos ratos contando recuerdos en la exposición del 
					Parador La Muralla. Joder, que putada Luis, que putada. 
					 
					Llegué a Ceuta. Hoy estuvo en casa Victor Carrillo, no 
					sabíamos ni que decirnos, la XXXVII muchísimo tiempo 
					llevaremos tu luto. 
					 
					Tu rostro, tu semblante era de Coronel de Artillería, pero 
					podría haber sido perfectamente de Cardenal de Sevilla. Tu 
					inmensa bondad te salía por los poros. No creo que haga 
					mucha falta rezar por tí, si es que las cosas del Cielo no 
					están igual de mal que acá en la Tierra. Mas bien rezaremos 
					por tu esposa, para que supere la tarea más cruel y difícil, 
					vivir sin tí querido Luis, vivir sin tí. 
					 
					Estoy buscando una foto tuya para ponerla al lado de otras 
					tantas de personas buenas y muy queridas, cerca de mi madre, 
					ya sabes de mis creencias y mis locuras.  
					 
					Así te sentiré siempre cerca, y me observaras, como ahora, 
					en la soledad de mi despacho escribiendo, o inventando, o 
					pintando, o llorando.  
					 
					Un fuerte y gran abrazo, mi querido amigo y compañero 
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