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OPINIÓN - DOMINGO, 1 DE MAYO DE 2011

 
OPINIÓN / EL ALA OESTE

En defensa de los hombres aburridos

Por Juan Carlos Hernández


Se que me estoy metiendo en un jardín peligroso y que muchos de mis amigos y conocidos, me dirán, después de leer esta colaboración, que me estoy volviendo poco crítico; o de forma menos cariñosa que me deslizo peligrosamente por la pendiente del servilismo partidista.

Nada hay más lejos de mi intención que convertirme en un “pelota”, sobre todo a mi edad y con mi condición ideológica de “liberal” a la espalda. Quien me conozca bien sabe que a pesar de todos mis defectos, el de cambiar de chaqueta, políticamente hablando, no se encuentra entre ellos, y que lo que voy a escribir parte de una análisis personal y de una posición de coherencia ideológica.

El lunes pasado toqué aquí el tema del liderato, cosa que dicho sea a parte me ha costado algún que otro disgusto personal, y reflexionando sobre el tema, he llegado al asunto de los hombres aburridos o de los líderes aburridos.

El hecho de que las chicas se enamoran de los chicos “malos” es algo archisabido por cualquier buen chaval, entre los cuales me incluyo. Es algo que nuestra sociedad ha inmortalizado en la cultura popular: Julieta se enamora de Romeo que resultaba un golfo para su época, la Reina Juana se enamora de Felipe “El Hermoso”, que era un auténtico pendón se le mire por donde se le mire; cualquier idiota con una buena motocicleta tiene más oportunidades de deslumbrar a una muchacha que cualquier empollón con el Aranzadi debajo del brazo.

Esto funciona así en el cine y en la tele, y generalmente también funciona así en el mundo real.

En la vida, y teniendo en cuenta lo que traen aparejadas cuestiones como las drogas, la enfermedad, el divorcio y las familias deshechas, encontramos el motivo por el que los padres, sabiendo lo que pasa en el mundo real y el valor que tiene un buen partido, siempre llegan a la pregunta clásica de: ¿porqué no pudiste enamorarte de un buen hombre como Pepito que es registrador de la propiedad?

Ahora mismo en los Estados Unidos tenemos un ejemplo estupendo de enamoramiento de un chico “malo”; según las últimas encuestas una gran parte del electorado conservador se decantaría por votar a Donald Trump como Presidente sólo por el hecho de que, a pesar de ser un auténtico “capullo”, es un capullo millonario en dólares americanos. Y sobre todo, porque los candidatos potenciales son “blanditos y aburridos” como ellos solos. No hay nadie dinámico, arriesgado o sexy atractivo a los ojos del electorado. Y eso que los conservadores americanos tienen el orgullo de pertenecer al llamado partido de la razón, en vez del partido de la emoción, que sería el Demócrata.

Pero bueno, para partir una lanza a favor de los ”tíos aburridos” podríamos poner el símil de la compra de un coche. Cuando uno va a comprar un coche, generalmente es el coche mas excitante el que suele entrarnos por el ojo. Aunque en realidad, y para las necesidades personales y presupuesto del que disponemos, sea el menos “brillante” pero más utilitario coche “familiar” el más adecuado. Te sientes enamorado del coche/candidato deportivo, por su lujo, brillo y esplendor. Pero el coche/candidato que necesitas ahora para hacer el trabajo es otro, gasta menos por kilómetro, resulta duradero y sube muy bien las cuestas.

Podemos hacer un símil paralelo entre Mitch Daniels, gobernador de Indiana, y el propio Mariano Rajoy.

Los demócratas dicen de Mitch lo mismo o equivalente que los “izquierdistas” dicen de Rajoy. En el primer caso Daniels, que no tiene pelos en la lengua, es tildado de “calvorota”, “blando” y “bajito; desde luego no es lo que describiríamos como un tipo excitante.

En el segundo caso a Rajoy le tachan de “simple”, “aburrido”, “sin imagen” o como un “burócrata del partido “ sin capacidad de convocatoria, en definitiva un tipo sin carácter.

Sin embargo en el primer caso, Mitch Daniels logró reducir el déficit del Estado en 200 millones de dólares y lo convirtió en superávit, reformó la administración del Estado de Indiana convirtiéndola en una máquina eficaz, abordó con éxito la reforma educativa en colaboración con los sindicatos locales y, a nivel federal, apoyó el plan presupuestario de Paul Ryan calificándolo como la mejor medida que cualquier partido hubiese podido proponer para combatir el creciente tsunami de la deuda. Lo mas cerca que Daniels ha estado de ser considerado un chico “malo” es debido a que conduce una Harley; pero dicen sus amigos que Mitch puede hacer que una Harley parezca un scooter. En todo caso, y lo que es inopinable es que el amigo Mitch, en lo referente a la política es un tipo serio y absolutamente sólido.

Pasemos a Mariano. Un hombre que tiene una preparación jurídica y académica magnífica; que fue capaz de aprobar las oposiciones a registrador de la propiedad de manera brillante y se convirtió en el registrador más joven de España. Ministro de Administraciones Públicas con Aznar impulsó los traspasos autonómicos de manera equilibrada, fue también Ministro de Educación y Cultura donde efectuó un importante impulso de la formación profesional y diseñó un programa de potenciación educativa gracias a Internet, se hizo cargo de la vicepresidencia primera del gobierno, fue Ministro de la Presidencia, y sustituyó a Mayor Oreja como ministro del Interior donde tuvo un brillante papel en la lucha contra el terrorismo.

A diferencia de Mitch Daniels no conduce una Harley pero es aficionado al ciclismo y desde el 2001 tiene la medalla de oro del ciclismo español por su incesante apoyo a ese deporte en todas sus categorías. Sin embargo y efectivamente, y al igual que Daniels, en lo referente a la política es un tipo serio y absolutamente sólido.

Dentro de pocas semanas nos enfrentamos a elecciones locales y autonómicas importantes y, dentro también de muy poco afrontaremos unas históricas y decisivas elecciones generales para nuestro país. Elecciones donde nos jugamos algo más que un talante, una cara bonita o una imagen más o menos atractiva.

Como electorado debemos atender a algo más que un candidato simpático capaz de prometer cualquier cosa; debemos aspirar a líderes que hablen de manera clara y directa, honrados y con capacidad de estar a la altura de los problemas de nuestro tiempo: la crisis, el desempleo, el gasto y el tamaño del gobierno.

Los candidatos deben saber que para chistes ya está el club del la comedia pero que al electorado le interesan los precios de la luz y de la educación, la imposibilidad de encontrar empleo para los jóvenes, la inexistencia de crédito para las empresas, la catástrofe del funcionamiento de la justicia y tantos otros temas que no permiten ni la promesa fácil ni, la broma o la descalificación casposa.

Cuando corren tiempos tan duros flirtear con los “chicos malos” puede resultar una broma pesada, los españoles debemos considerar seriamente lo que queremos legar a las futuras generaciones: la visión, experiencia y credibilidad necesarias para volver a poner a la nación en el rumbo correcto para crecer, o más años de lo mismo a cargo de los líderes del talante

puestos de trabajo. Junto a la industria que generaba la captura del atún, existieron algo más de diez fábricas de conservas y salazones. Ya todo es historia, y en el recuerdo, cinco años vividos intensamente.
 

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