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                     Como en otras ocasiones (me pasó 
					por ejemplo con la diputada de UPyD, Rosa Díez), 
					imponderables achacables en este caso a un gravísimo asunto 
					familiar me impiden hoy estar donde quisiera, en Ceuta, 
					siempre Ciudad Querida, aun cuando solo fuera para darle un 
					caluroso abrazo a mi querido amigo el diplomático Javier 
					Jiménez-Ugarte que este martes, si no lo saben se lo voy 
					contando, presentará a las 20.00 en el Hotel La Muralla el 
					libro “El Abogado”, traduciendo directamente del griego 
					durante su intensa estancia como Cónsul General de España en 
					la vecina ciudad de Tetuán (y Larache) la interesante obra 
					del jurista heleno Dr. Tryfon Koutalidis. Excelente 
					iniciativa ésta de los organizadores del evento, el Ilustre 
					Colegio de Abogados de Ceuta, acercando al traductor y su 
					obra a esta bella ciudad africana de hondas raíces españoles 
					que, precisamente estos días así como su prima-hermana 
					Melilla, brilla incomprensiblemente por su ausencia (¿no se 
					han dado cuenta?) en los numerosos mapas electorales 
					publicados al calor del 22-M, un día sí y otro también, en 
					las ediciones escritas de los dos grandes medios, “El País” 
					y “El Mundo”. ¿Solo un error…? 
					 
					Personaje con carisma y carácter, trabajador infatigable, 
					leal amigo además de uno de nuestros mejores referentes 
					diplomáticos en el extranjero, Jiménez-Ugarte ha logrado 
					según los críticos una excelente traducción, poniendo al 
					alcance de los lectores españoles, no solo de los 
					profesionales del derecho, una obra de marcado interés. 
					Jiménez-Ugarte trabó amistad durante su etapa como embajador 
					de España en Atenas (1997-2001) con el prestigioso jurista 
					Koutalidis, autor bajo seudónimo (Papiniano) de unas  
					Memorias que llevan como protagonistas a dos carismáticos 
					personajes griegos: Aristóteles Onasis y Costantino 
					Karamanlís. Obra como digo muy bien acogida no solo por los 
					profesionales de la jurisprudencia, su esmerada traducción 
					al español por Jiménez-Ugarte fue saludada, tras presentarse 
					en Madrid y Valladolid por el Rector de la Universidad de 
					esta última capital castellana, Marcos Sacristán, como un 
					“libro de obligada lectura, no solo en la Facultad de 
					Derecho sino en otras Facultades”.  
					 
					Volviendo a nuestro traductor… “Castilla, que face a los 
					homes y los desface”, según la Crónica del Rey Don Pedro 
					escrita allá por 1570, refleja una realidad perfectamente 
					extrapolable a la vergonzante España de nuestros días. 
					Profesional cabal de los pies a la cabeza, la talla 
					intelectual y humana del diplomático Jiménez-Ugarte no pudo 
					escapar hoy a las maniobras y mezquindades del entorno 
					político dominante que, pese a lo que está cayendo, aun está 
					en el machito. Un cargado currículum y un excelente hacer en 
					su haber (su paso por la compleja y difícil plaza de Tetuán, 
					sin ser empitonado por los toracos locales, reveló una 
					insuperable maestría en el toreo diplomático), no fue óbice 
					para que el rencor y la envidia intentaran vanamente 
					arrinconarle en su nuevo destino, “apartándole” con una 
					sinecura en Edimburgo. Me faltan datos, pero intuyo que pese 
					a su alejamiento diplomático en las Tierras Altas de 
					Escocia, no tengo la menor duda de que Jiménez-Ugarte se las 
					arreglará con brillantez, como siempre, para dejar huella de 
					su paso. Aun no pudiendo estar hoy en Ceuta, disfrutando de 
					tu disertación y amenas anécdotas (lo que no puede ser, no 
					puede ser y además es imposible), si lo estará querido 
					Javier mi esposa Samira, que bien conoces y por lo que tanto 
					siempre te has molestado, quien además de saludarte 
					afectuosamente te dará de mi parte, estimado amigo, un 
					cálido y sincero abrazo. Dos besos para tu esposa Mercedes. 
					Ánimo, suerte y al toro. Salud. 
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