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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 4 DE MAYO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Esperanza Aguirre debe venir a Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Dije días atrás, que yo no asisto a ningún acto de la campaña electoral, programado por el Partido Popular de Ceuta. Bueno, tampoco me dejo ver en los que organizan los otros partidos. Miento: debo decir que sí estuve en el de los socialistas, cuando vino Manolo Chaves a cantar las excelencias del candidato José Antonio Carracao.

En honor a la verdad, mi presencia en el Hotel Parador La Muralla, el día en el cual se hacía la presentación de los candidatos socialistas a las próximas elecciones, se debió a que Carracao, que de torpe tiene poco, me mandó un mensaje por medio de un amigo, a quien él sabe que yo aprecio muchísimo, y respondí acudiendo al acto.

Y una vez que estuve allí, no tuve el menor inconveniente en dedicarle una columna a lo más destacado, según mi parecer, que hubo para mí en aquella puesta en escena de las personas que figuraban en la lista electoral. Eso sí, aún recuerdo de qué modo me dolieron los gemelos, durante varios días, por haber estado más de dos horas de pie.

Por lo tanto, ni siquiera la presencia de Mariano Rajoy, a quien ya ven los suyos como seguro inquilino de La Moncloa, me ha estimulado lo más mínimo para que yo decidiera hoy, martes, ayer para ustedes, presentarme en el Hotel Ulises. Aunque diré, cuanto antes, que a mí me cae bien este gallego; amante del ciclismo y que ha ganado fama de tener muy buen saque. Vamos, que sus amigos han de pensárselo muy bien antes de invitarle a comer.

Mariano Rajoy carece de tirón. Por lo cual es mínima la atracción que su presencia ejerce sobre la gente. Y es que no todo el mundo ha de estar revestido de encanto. Palabra que me gusta más que la que se suele emplear actualmente: carisma. Porque no creo que la gracia divina esté para conferir a los políticos dones a voleo.

Esperanza Aguirre, sin embargo, sí es merecedora de que se le reconozca ese don. Y, además, nadie puede negarle que goza, también, de buen bajío. Es decir, que la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid tiene baraca. De no haber sido así, es decir, de no tener ausencia de mala suerte, le habría sido imposible salir ilesa del accidente del helicóptero y de un tiroteo en un hotel de Bombay.

De Esperanza Aguirre, que ha sido capaz de ganarse el afecto de innumerables mujeres, me gusta sobremanera su forma de pronunciarse. Dando muestras evidentes de ser una mujer brava; cuya posición inmejorable, no le impide llamarle al pan, pan y al vino, vino. De ella se dice que, cuando vivía en el País Vasco, los independentistas acérrimos trataban por todos los medios de conseguirla para su causa. Ya que estaban seguros de que era una mujer valiosa en todos los sentidos. Una mujer que, cuando se toma dos copas y la invitan a bailar, se cuida muy bien de hacerlo con un hombre que carezca de barriga.

Reconozco que me han encantado las últimas declaraciones que ha hecho la señora Aguirre sobre Mourinho: “Es políticamente incorrecto y no oculto que a mí los políticamente incorrectos me gustan. Una rueda de prensa de Mourinho nunca defrauda”.

Una mujer que es capaz de pronunciarse así, en estos momentos, debe venir cuanto antes a Ceuta. Y yo no me perdería su actuación. Y hasta trataría de entrevistarla a fondo.
 

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