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					El Consejo de Ministros aprobó el viernes un plan de 
					regulación y control del empleo sumergido que multiplicará 
					por cinco las sanciones a las empresas sumergidas a partir 
					del próximo 1 de agosto. Pero, CCOO cree que se trata de un 
					plan “insuficiente en su planteamiento y perjudicial para 
					los trabajadores” mientras “beneficia al empresario sin 
					escrúpulos”. UGT por su parte opina que tan solo es “voluntarista”. 
					 
					Pues es un plan que “no aborda la cuestión de manera 
					correcta”, declaró a este Diario Concha López Carrillo, 
					secretaria de Organización de UGT Melilla, pues “el empleo 
					no declarado es un fenómeno que requiere un diagnóstico muy 
					serio y muy bien elaborado para conocerlo y poder luchar de 
					forma efectiva contra él”, para lo que cree necesario “un 
					reforzamiento muy importante de los servicios de inspección, 
					un aumento considerable” de personal para ello porque “las 
					sanciones se recrudecen, pero para que se puede sancionar 
					tiene que haber unos recursos humanos que detecten” las 
					empresas sumergidas. 
					 
					La secretaria general de CCOO Melilla, Caridad Navarro, 
					también mostró el “desacuerdo” del sindicato a este plan, 
					que “es una amnistía para todos aquellos empresarios 
					defraudadores, perjudicando a los trabajadores afectados”, 
					más aún tras “la vuelca de tuerca en Consejo de Ministros 
					que suprime el carácter retroactivo y no se reconocerá 
					ninguna cotización anterior”, además de “posibilitar a la 
					empresa acogerse a bonificaciones por contrataciones”. Por 
					lo que lo ve como un “premio al empresario fraudulento”, 
					beneficiando así al “empresario sin escrúpulos”, además de 
					“enviar un mensaje antipedagógico a la ciudadanía que ve que 
					si defraudas no pasa nada”, lamentó Navarro.  
					 
					La temporalidad de las contrataciones a raíz de este plan es 
					uno de los aspectos que también criticó la secretaria 
					general de CCOO: “a partir de este plan la contratación 
					podría ser de seis meses sin compromiso de mantenimiento 
					posterior” del contrato. Y otra de las cuestiones que 
					Caridad Navarro criticó es que “no actúa sobre los aspectos 
					fiscales”, mientras “a la Seguridad Social se deja de 
					ingresar 13.000 millones de euros por fraude”.  
					 
					Por todo, cree que se trata de una mera “respuesta” a las 
					“exigencias europeas”. Del mismo modo, Concha López lo 
					definió como “voluntarista” y especialmente “vulnerable” 
					para la población extranjera, con “efectos perversos” para 
					el Estado, como la competencia desleal, el fraude fiscal y 
					la merma de los servicios públicos.  
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